Te pusiste en mi camino sin saberlo, todos los días te arrastraba hasta que supe de tu misión.
Crecí contigo y de tu mano absorbí toda esa sabiduría que me proporcionabas. Me llevabas a mundos mágicos, me hacías vivir historias interminables y me hacías verme reflejada en el espejo leyéndote entre líneas. Fuiste mi fiel compañera desde que tengo memoria y aún sigues aquí a mi lado, cada vez más unida a mí.
Fuiste madurando a la vez que los años pasaban, en ti encontraba un refugio seguro, alguien que no me juzga y que siempre me apoya.
Algo que siempre he admirado de ti es tu capacidad de estar en las vidas de personas carismáticas, únicas y especiales como yo. Además, eres muy versátil, una cualidad que solo los aventureros apreciamos.
Todo el mundo te quiere, formas parte de pequeñas vidas a las que proporcionas luz, cariño y aventuras épicas.En la adolescencia me atreví a formar parte de tu mundo, te reté pero todo salió mejor de lo esperado. Al principio como cualquier persona novata en tu peculiar mundo cometemos faltas y hacemos cosas sin sentido pero todo es cuestión de práctica.
El tiempo iba avanzando y ya te empezaba a controlar mejor, ya sabía como dominar tus palabras, tus pausas, tus líneas. En pocas palabras, te empezaba a conocer más a fondo.A día de hoy sigo sabiendo más de ti, he encontrado mi forma de ser dentro de ti y las palabras perfectas para hablar contigo. Solo espero que esta relación de enseñanza eterna no se acabe nunca.
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Microrrelatos
AltelePequeños relatos, pensamientos explayados en palabras, miles de historias con las que sentirte identificadx.