Aquella tribu dominada por Katsuki había sido creada para ser descendientes de los dragones. Un reino lleno de aquellas criaturas maravillosas que, sostenidas por el dios de la guerra, habían librado maravillosas batallas.
La fortaleza abandonada del dios de la guerra estaba entre las montañas. Ahí habían vivido desde el primer bárbaro hasta el último rey dragón, que en su lucha por proteger lo amado, perdió su reino y murió solo.
Ya no quedaba nada para los bárbaros, pues su rey había muerto y habían sido despojados de su castillo y de sus tierras. Como los valientes soldados que habían sido, decidieron morir junto a su rey y sepultar su tribu, pero un hombre escapó y con él su familia, decidiendo que sería el nuevo jefe de la nueva tribu de los bárbaros, cortando finalmente el linaje de aquel rey dragón.
Mitsuki había decidido contarle a su hijo aquellas historias, porque ella sabía que su esposo si era un verdadero descendiente del primer rey dragón. Su historia era tan extensa que alcanzaba muchos años en el pasado, y viendo como era aquel líder bastardo, criaría a su hijo para continuar con lo que siempre les había pertenecido.
Era esa la razón por la cual aquel líder temía tanto. Sabía que los Bakugo habían estado demasiado tranquilos, demasiado callados, aún considerando que el verdadero título de familia real les pertenecía a ellos. Y cuando la hechicera le proclamó aquella profecía, donde un hijo verdadero de la tribu lo mataría y reclamaría el verdadero nombre de los Bárbaros, supo que sería Katsuki.
Mitsuki y Masaru lo protegieron tanto, que él no pudo planear en secreto un asesinato para que aquel niño dejara de existir.
En sus últimos momentos, el rostro eufórico de Katsuki y el odio en sus ojos fueron la horrible visión que tuvo.
Era de esperar que Katsuki no olvidara aquellas historias. Sí, pensaba que faltaban detalles y que le gustaría saber la historia completa, de por qué murió su primer antepasado y cómo fue que le arrebataron el título de rey, pero en ese momento, tenía un deseo mucho más fuerte.
Devolverle la gloria a su tribu. Que todos pudieran volver a recordarlos como en el pasado, al punto de que ni siquiera los otros reinos pudieran hacerle frente.
Quería recuperar sus tierras, su fortaleza, lo que les pertenecía. Ellos merecían algo más que vivir en el bosque, alejados de su verdadero hogar. No le gustaba para nada, porque aquel bosque jamás le había parecido su territorio.
Además, él ya era conocido como Rey Dragón, pues cuando se llevó a cabo la segunda guerra por el territorio contra el Reino Helado, Katsuki había liderado a sus compañeros y derrotó la cuarta parte de los soldados del general Endeavor. No pasaba de los catorce años, pero su ferocidad en el campo de batalla era tan grandiosa, que nadie pudo negar cuando la hechicera Ochako, gritando a grandes voces, hizo visible su parecido con los antiguos Rey Dragón, mencionando a Bakugo y a Gogo.
Katsuki no entendió una mierda, pero le gustó mucho aquel nombre, "Rey Dragón".
El apodo se hizo famoso, realmente famoso. Al igual que el chico de catorce años que no satisfecho con asesinar a tantos soldados, saltó desde su amigo dragón y corriendo hacia la reina Rei, la amenazó con la espada en su cuello.
Al instante, miles de espadas fueron desenvainadas y apuntaban a Katsuki, al igual que mil arqueros más.
—Esa maldita corona que llevas, será mía —dijo, sonriendo socarronamente.
Sabía que, si lograba matar a la reina y escapaba vivo, podría tener mayores hazañas para convertirse en el líder de su tribu, pero no esperaba que aquella reina de cabello platino y rostro armonioso, pudiera sonreír de tan tranquila.
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Verde Jade (Katsudeku + Omegaverse)
FanfictionKatsuki Bakugo tiene un sueño recurrente. Puede ver a un joven de espaldas. Lleva una capa similar a la suya, verde y con muchas plumas. Diseños con pintura que reflejan símbolos extraños, los cuales no entiende. Que esa capa sea tan larga, es sin d...