Capítulo 14

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Resumen del Capítulo 13:

Katsuki, lleno de rabia y desesperación por la desaparición de Izuku, participa en el interrogatorio de Himiko Toga, quien fue capturada después de hacerse pasar por Izuku durante días. A pesar de las torturas, ella se rehúsa a revelar el paradero de Izuku, lo que intensifica la frustración y el enojo de Katsuki, hasta el punto de tener que salir de la tienda para calmarse.

Al salir, Katsuki se encuentra con Inko, la madre de Izuku, quien agradece su presencia en la vida de su hijo. Sin embargo, Katsuki se siente culpable por no haber protegido a Izuku, y las palabras de Inko lo afectan profundamente. Ella revela que Izuku ha sufrido múltiples desgracias a lo largo de su vida debido a su condición como "niño bendito" y que su destino está predestinado por los dioses, lo cual es difícil de aceptar para Katsuki.

Ochako, quien presenció la conversación, interviene y decide mostrarle a Katsuki el pasado para que entienda mejor lo que significa ser el "niño bendito". Con un hechizo, lo transporta a una visión del pasado donde observa a Yoichi, el dios pacificador, conversando con el dios de la guerra, llamado Kudo, que guarda un notable parecido con Katsuki. A través de esta escena, Katsuki comienza a entender los conflictos entre los dioses y las razones detrás del dolor de Izuku, pero queda con muchas preguntas, especialmente sobre el destino de Izuku y la implicación de los dioses en su vida.

——Capítulo 14

Cuando Katsuki aceptó ir con Ochako, no pensó que la hechicera lo llevaría tan atrás. No fue difícil comprender que estaban a muchos años del presente, pues los mismos dioses caminaban en la tierra con los humanos.

La hechicera había guiado el tiempo hasta el hogar del dios Kudo, donde rápidamente fue posible distinguir a una pequeña niña castaña de siete años. Para la sorpresa de Katsuki, era una pequeña Ochako que saltaba alegre a los brazos de Kudo, el cual la abrazó carcajeando.

—Pequeña llorona, ¿qué haces aquí? —preguntó el dios, alzándola en el aire mientras recibía quejas y risas de la niña—. Creí que estarías con Izumi.

—¡Bakugo me dijo que me largara y lo dejara estar solo con Izumi! —reclamó Ochako, mientras que la hechicera mayor miraba con ternura la situación y recordaba los momentos lindos que vivió con los dioses cuando estos aún no habían ascendido al mundo espiritual—. Es muy malo el rey dragón...

Katsuki miró incrédulo a la chica a su lado.

—¿Eres una maldita vieja? —preguntó medio burlesco y medio tratando de respetar los miles de años que esta parecía tener.

—Lo repito, todas las versiones de ti me caen mal —murmuró Ochako, haciéndolo callar con una mano y acercándose al dios y a la niña que entraban a la fortaleza donde vivía Kudo.

No había pasado desapercibido para el rubio que aquel lugar era su legítima tierra, aquella que en la actualidad estaba totalmente contaminada por magia negra y por la cual él había decidido luchar.

Ver el paisaje tan hermoso y el castillo en buenas condiciones le hizo recordar la grandeza de todos sus antepasados bárbaros. Escuchar sobre aquel Bakugo le hizo dudar. ¿Era acaso su nombre? ¿Por qué tenía por nombre el que era su apellido?

Sin querer preguntarle a la hechicera amargada, siguieron a Kudo por varios pasillos y habitaciones, mientras Ochako pequeña le contaba como Izumi, el príncipe del bosque, cuya tutela estaba bajo la joven Nana Shimura, había encerrado al bárbaro Bakugo en una esfera de enredaderas y como este había chillado enfadado. La niña se reía abiertamente del rey dragón y Kudo solo negó con su cabeza, aguantando las carcajadas por lo patético que estaba siendo su sucesor.

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⏰ Última actualización: Nov 03 ⏰

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Verde Jade (Katsudeku + Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora