Tiffany caminó de manera furiosa por los pasillos de Dior. Sus ojos color avellana eran tan gélidos y sombríos que daban miedo, iba encajada en un apretado y costoso vestido de Gucci. Ella era modelo; delgada, hermosa, engreída y fan de sí misma.
A su lado la acompañaba Michael, su abogado. En realidad Michael deseaba dedicarse al teatro, pero no le fue muy bien en esa carrera. Terminó como abogado de Tiffany Anderson; para algunos era la modelo del año, para otros una mujer hermosa pero sin cerebro.
Era casi gracioso imaginar cómo alguien tan inteligente e intelectual como Marcel Styles se prometió con ella. Tiffany fue declarada Miss Universo hace dos años, y como todas ni siquiera sabía ubicar un país. Gastaba su poco cerebro en solo pensar en qué poses se veía mejor.
O en cuánto dinero podía gastar.
Maya enarcó una ceja al verla acercarse desde lo lejos. Puso los ojos en blanco y suspiró. "No me pagan lo suficiente por atender a los enemigos de Louis." Maldijo en un susurro entre dientes. Sonrió amable cuando Tiffany llegó y clavó sus tacones ahí. "Buenos días, ¿puedo ayudarles en algo?"
Ella retiró sus gafas de sol. "Louis Tomlinson." Exigió.
La asistenta suspiró, ya acostumbrada. Ni siquiera se molestaba en preguntarle a Louis qué hacía para ganarse tantas enemistades. "Señorita, estamos en horario laboral. Debe entender nuestra—"
"Soy la prometida de Marcel Styles." Dictó, Maya vaciló unos instantes. Menuda mujer caprichosa, pensó Maya, era más joven que ella y se dirigía con muy poco respeto.
"Oiga..." Maya trató de sonar lo más agradable posible. "Nuestros horarios de trabajo son los que son, y nunca podemos hacer excepciones. Recibimos visita de gente que ha concertado una cita y además cargamos con un gran trabajo."
Tiffany estaba indignada. "Louis Tomlinson es el nombre del diseñador que va a hacer mi vestido. Mi prometido no ha sido capaz de venir a hablar con él y he tenido que venir por mi cuenta. ¿Me está prohibiendo el paso?"
"Me temo que sí, señorita Anderson."
La modelo tensó su mandíbula fuertemente y apretó sus puños, furiosa. El pobre Michael, a su lado, trató de hacerla entrar en razón. "Señorita Anderson, será mejor que nos vayamos. Dior es una empresa muy ajetreada, le dije que lo mejor era pedir cita y.."
"Pues pide cita para hoy." Le exigió a su abogado.
Michael parpadeó incrédulo. "Pero, señorita, yo no puedo..."
"Haz algo."
"Señorita, pero yo soy abogado..."
"Pues para algo te pago." Siseó con veneno. Miró a Maya, que estaba cruzada de brazos y su bonita falda de empresa estaba perfectamente lisa. La fulminó con la mirada. "Volveré." Advirtió, y volvió a ponerse las gafas.
Michael suspiró y vio marchar a Tiffany furiosamente hacia la salida, siendo observada por varios trabajadores. "Lo siento mucho." Se disculpó Michael, Maya le sonrió suave.
"¡Michael!" Le gritó Tiffany muy enfadada, llamándolo.
"¡Ya voy!" Respondió nervioso, miró una vez más a Maya y sonrió avergonzado. "Adiós."
Ella sonrió de vuelta y se despidió del chico pelirrojo.
Louis apareció justo en cuanto Tiffany y Michael se fueron. "Hola."
Maya respiró hondo y miró a Louis, que estaba vestido con una ancha sudadera gris y unos pantalones capris de pierna ancha de algodón para mujer. Louis no tenía un estilo en concreto, un día lo puedes encontrar vestido como una Miss Universo y al día siguiente traía ropa deportiva y una mancha de batido en su sudadera.
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Add more lipstick and attack ;; trillizos!styles
Fanfiction«¡Última noticia, se rompe el compromiso de los trillizos empresarios, Styles, con las mayores modelos de Gucci! ¿Tiene algo que ver Louis Tomlinson, diseñador de Dior, en todo esto?» Amor a uno mismo, maquillaje y una buena pizza; esas son las tres...