Domador de leones ⸝⸝lanki.

⸝⸝ O2 📂

- Oye, él se ve más joven.. Que raro, Adam siempre suele estar detrás de adultos - Se encogió de brazos Miya, aquél muchacho se veía de la misma edad de Reki. - ¿Será bueno?

- Si Adam está tras él, es muy seguro éso. - Le respondió Reki. Se montó en su patineta y lentamente empezó a acercarse al trío que llegaba, escuchando las réplicas de sus amigos por atrás, era peligroso estar cerca de aquel Alpha.

El pelirrojo ignoró a sus amigos y siguió su camino, siendo interrumpido por varias personas, fanáticos de Adam. Cuando llegó, hizo notar por completo su presencia, saliendo de aquella "valla" hecha de personas, ahora se encontraba en el camino con las otras tres personas.

Adam y Tadashi decidieron no hablar hasta que llegarán al final del recorrido. Pero el chico peliceleste volteó descaradamente a ver al Omega, arqueando una de sus cejas. ¿Quién era ése Alpha?¿Adam lo conocía? Parecía de su edad, sólo que un poco más bajo que él. Habían personas que gritaban su nombre, ¿Era conocido?

- ¿Quién eres? - Preguntó sin rodeos, acercándose un poco más al pelirrojo con su patineta. Estando a esa cercanía, logró sentir el fuerte y atractivo aroma del chico. Reki se dió cuenta que ése chico era un sin vergüenza cuando sintió que clavó su nariz sobre su cuello, dándole algunos cosquilleos con la punta de su nariz.

No le gustaba ésa confianza que tenía el peliazul, así que inconcientemente dejó mostrar sus colmillos mientras gruñía, amenazando en cualquier momento en pegar un mordisco. Langa se inmutó de ésto, pero le restó importancia y siguió con lo suyo. Si bien era un aroma poco capaz de gustarle a un Alpha, había que admitir que era atractivo, delicioso.

Sin darse cuenta, se acercó un poco más y posó sin querer sus labios sobre la piel del chico. Ése fue el límite de Reki. Dejó salir un sonoro rugido, asustando a Langa y haciendo que terminara por caer hacia atrás. No se volteó a verlo, sólo volvió a salir del camino, escabulléndose entre la gente.

- Señor Langa, ¿Se encuentra bien? - Miró hacia arriba, viendo a Tadashi extenderle la mano y detrás de él Adam. El nombrado sólo asintió, aceptando su mano y levantándose. Rápidamente empezó a buscar al chico con su mirada, pero ya lo había perdido. - ¿Langa..? - Tadashi logró ver cómo la cola de Langa se movía curiosa y desesperadamente, sus pupilas se encontraban dilatas, buscando claramente a alguien.

- ¿Dónde está? - Gruñó, tomando su patineta y apretándola en su pecho. Hubiera demandando una respuesta si no fuera porque su mayor, tanto de edad como de poder, tomó su hombro y lo acercó a su pecho.

- Cálmate, ahora debemos irnos. - Demandó, pero claramente el joven no le hizo caso, sólo siguió preguntando y tratando de buscarlo con su mirada. No le quedaba de otra. - Langa, nos vamos, ahora. - Era la primera vez que usaba la voz de mando con el adolecente, pero ya lo estaba hartando.

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- ¡Reki!¡¿Estás bien?!¡¿Qué pasó?! - Gritó Miya preocupado, tirándose sobre el chico y apeguandose a él, evitando que se separara. - ¿¡Te hizo algo?! - Al terminar su pregunta soltó un sonoro gruñido, dejando salir sus fuertes fermonas inconcientemente.

- M-miya tranquilo.. - Rápidamente cubrió su nariz al igual que los dos Omegas restantes. Tal vez Miya podría ser pequeño y su aroma no tan potente, pero cuando se enojaba o marcaba territorio sus fermonas se volvían jodidamente amargas y fuertes, debilitaría a cualquier Omega existente. Vió cómo el pelinegro negaba y se aferraba más, sin cesar sus gruñidos.

- Miya.. Recuerda que son Omegas, los estás alterando - Dijo en un tono más calmado Joe, intentando que el Alpha soltara a Reki. Él se rindió, separándose e intentando controlarse. - Bueno.. Dinos qué pasó. -

- El idiota me empezó a olfatear, y cuando me dejó un beso simplemente exploté - Rodó sus ojos, acomodando mejor sus prendas que habían terminado desacomodadas por el menor del grupo. - Creo que es mejor que me vaya de aquí antes de que empiece a escuchar rumores o vuelva a ver a ése Alpha otra vez. - Los presentes estuvieron de acuerdo con su decisión. El problema es que ya era demasiado tarde y era peligroso que andará sólo por ahí, así que Mota decidió acompañarlo. Si les robaban, al menos era un sufrimiento grupal.

- Se me cuidan. Si los intentan intimidar, Miya, recuerda que te dejé el gas pimienta. - Dijo el Omega más grande del grupo, siendo mimado y consentido entre los brazos de su pareja. - Recuerden llamarnos ante cualquier cosa. - Terminó, encojiendose en su lugar para poder adentrarse más a los brazos de su Alpha.

- Si, si, ya sabemos.. Bueno, ¡Adiós! - Saludaron, montandose en su patineta cada uno y partiendo rumbo hacia la salida de "S".

Siguieron su camino, haciendo algunos trucos de vez en cuando y bromeando entre ellos. Estaban tranquilos, hasta que Miya tomó la mano de Reki y empezó a acelerar. El pelirrojo decidió no dar un comentario al respecto, prefirió imitar las acciones de su menor.

- Reki.. Vayamos por el lado de la tienda. - Imploró, mirando el camino más iluminado de los dos que había. Normalmente irían al más aislado, donde se podían divertir sin que nadie les dijera nada.

- ¿Miya?¿Pasa algo? - Dijo en forma de susurro, levantando sus orejas al escuchar el ruido de un carro cerca suyo. Instintivamente, se apagó a Miya, envolviendo su cintura con uno de sus brazos en forma protectora. - ¿Sabes quiénes son?

- No pude ver bien, pero estoy seguro de que ví a Tadashi conduciendo y creo que Adam está de copiloto. - Respondió, apeguandose de igual forma algo avergonzado. Sabía que Reki era el más adecuado para ser el que defendía de los dos. El pelirrojo le ganaba de altura, edad, músculo, carácter y confianza. Igualmente, le gustaría poder ser alguna vez un Alpha que pueda defender a otra persona sin la necesidad de aquel chico. - Reki, será mejor apresurarnos, no te separes. - Tomó la mano de su mejor amigo y ambos aceleraron su velocidad, dirigiendose hacia el camino donde aún habían tiendas abiertas y habían faros de luz. No era la mejor zona, pero era la más segura.