Domador de leones ⸝⸝lanki.

⸝⸝ O7 📂

— ¿Entonces?¿Te sientes bien?¿Aún estás mareado?¿Quieres un té?¿Una pastilla?¿Ir a la cama? — Miya ya estaba siendo atacado por las preguntas del pelirojo, mientras que por detrás de éste estaba la "langosta", como lo había apodado. Sonrió victorioso, pues sabía que al fin y al cabo recibiría más atención que el otro Alpha, tal vez no había ganado en su pelea al tirarse de los pelos, pero ganó algo que el peliceleste no sería capaz de conseguir al nivel de Miya.

— Tal vez una siesta no me vendría mal.. — Dejó reposar su mejilla izquierda sobre el hombro de Reki, apegándose a él y así abrazándolo por su cintura. Volteó rápidamente a ver a Langa, quién parecía que estaba por sacarle la cabeza con sus propias manos, como si de una muñeca se tratara. — ¿Te puedes quedar conmigo hasta que me duerma? —

No, no tenía interés amoroso con Reki, pero le daba mucha satisfacción ver cómo su mayor hervía de celos gracias a él, como él era la causa de sus celos. Sonrió con malicia, Langa en definitiva le caía mal.

— Claro que sí, espera en la habitación que iré a calentarte un vaso con leche para que duermas mejor — Dejó unas caricias en el cabello del pelinegro y emprendió su camino hacia la cocina. Miya sólo obedeció, yendo a la habitación para tirarse a la cama y empezar a jugar juegos en su celular.

Mientras tanto, Langa , sin saber que hacer, siguió a Reki, aún con algo de miedo de llegar a enojarlo. Sabía que Reki era un Omega, pero a pesar de eso, era demasiado especial. Un carácter rígido, fuerte, no dejaba que nadie mirara por encima de su hombro. Había investigado un poco más de él, era una celebridad entre los Omegas de 'S', su cuerpo alto y entrenado ya daban parecidos a un Alpha, pero su voz, aroma y personalidad terminaba por cerrarlo. Reki Kyan era un "Alpha". Pequeños ilusos.

Una vez en la cocina, se quedó pasmado en la puerta. Miraba detenidamente al pelirrojo, más específicamente su cintura. Indagando, encontró que siempre llevaba ropas holgadas, logrando esconder sus curvas. Ahora mismo, llevaba una camisa color crema cuál llegaba por abajo de sus muslos, al mismo tiempo, tenía unos pantalones negros, supuso que los tenía por su cadera gracias al bulto extra que se formaba en la zona por debajo de la camisa.

Sin pensarlo mucho, se acercó en silencio, intentando esconder su aroma lo más posible. Más que él, su Alpha estaba dando órdenes a su cuerpo. En un cerrar y abrir de ojos, el canadiense ya se encontraba aferrado a la espalda de Reki cuál niño pequeño a su madre, sonriendo inconcientemente mientras degustaba el delicioso aroma cual ingresaba por sus fosas nasales.

El pelirojo se quedó quieto, bajando lentamente es vaso que estaba lavando hasta dejarlo apoyado dentro del lavaplatos. Se quedó quieto por uno o dos minutos, hasta que sintió que el Alpha hacía más presión con sus brazos, apretando con algo de rudeza su abdomen bajo. Rápidamente se dió cuenta de que intentaba llevárselo cuando Langa lo alzó y empezó a caminar hacia la dirección contraria.

Sin pensarlo dos veces, mordió el antebrazo de Langa en forma de autodefensa, dándole un gruñido molesto antes de irse de la cocina. Ya después le pediría a Kaoru que le alcanzara el vaso de leche para Miya, hasta el momento se quedaría con él.

Se adentró a la habitación, pegando un portazo y dejando salir un suspiro cansador, preocupando un poco a Miya.

— ¿Está todo bien, Reki?¿Pasó algo? — Arqueó, una ceja, pero Reki sólo sonrió y se acercó a él, dejando caricias tiernas y lentas en su coronilla. — ¿Mm?.. —

— No te preocupes por eso.. Ahora sólo hablemos lo orgulloso que me tienes, no lo notas, pero cada vez te estás comunicando mejor — Aguantó las ganas de soltar una ligera risa por la ternura que causaba ver cómo a el pelinegro se le iluminaban los ojos. Hace dos meses había comenzado junto a Reki y su psicóloga un proceso para que pudiera comunicarse mejor y no ocultar sus emociones gracias a su orgullo, afortunadamente, estaba obteniendo frutos, unos muy buenos. — No te pude traer tu vaso con leche, pero ahí le mando un mensaje a Kaoru para que te lo traiga. ¿Te sientes mejor? — . . . .

Se entretuvieron por un largo rato charlando, un buen rato.

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Okay.. En definitiva, Langa no tenía ganas de ver a Ainosuke, sabía que lo castigaría, de seguro le quitaría el celular y su skate.