⸝⸝ O3 📂

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— Señor, por favor.. Sólo unos minutos, le juro que hasta le pagamos. — Rogó el Alpha pelinegro, ya alterado. El auto de Adam estaba fuera de la tienda del señor, pero éste estaba por cerrar y no les permitía quedarse más tiempo allí. Habían llamado a Cherry para que los fuera a buscar junto a los demás, pero si no tenían ningún lugar seguro en donde quedarse, simplemente estaban perdidos.

— Ya les dije que no, niños. Vayanse o llamaré a la policía. — Respondió seco, dirigiendose hacia la puerta, empezando a bajar aquellas persianas.

No les quedaba más que rendirse. Salieron de la tienda cabizbajos, tomados de las manos y con sus patinetas acomodadas en su pecho en forma de defensa. Reki acomodó disimuladamente al más pequeño detrás suya, fingiendo que no se enteraba del auto a su lado. Una vez el hombre se fué, ambos palidecieron, escuchando una puerta del auto ser abierta y una persona que bajaba.

— Hola.. — Se escuchó a sus espaldas. Reki instantáneamente cambió su posición, dejando nuevamente a Miya delante de él, escondiendolo en su pecho para que no sea visible desde el ángulo de los dos Alphas y Beta. Sus fermonas demostraban un claro signo de desagrado. Para intimidar al peliceleste, volvió a mostrar sus colmillos, levantando sus orejas y utilizando su cola para "abrazar" de cierta forma a su menor. — Dime te nombre. —

— No tengo porqué decírtelo. Fuera, pervertido. — Gruñó al igual que Miya, quien comenzaba a asomar su cabeza para de igual forma mostrar sus colmillos. Sin darse cuenta, empezó a abrazar al pelinegro con más fuerza, doblando un poco sus rodillas. Los Alphas habían empezado una pelea para ver quién marcaba territorio.

Mientras Langa intentaba llenar aquél lugar con su aroma, Miya lo impedía dejando salir el suyo. Era mejor que Reki cayera ante su aroma a que el de algún desconocido, después de todo, no era la primera vez que pasaba.

Omega, es muy notable tu debilidad ante nuestro aroma. — Dijo sin rodeos, viendo cómo el pelirojo ocultaba su rostro en el cuello de su amigo, quién si bien era un Alpha, ya estaba más acostumbrado a estar rodeado con su aroma. Ambos se inmutaron en ése momento que se había dado cuenta, no sabían cómo, pero lo había hecho.

No había demandado nada, pero el sólo hecho de utilizar la voz de mando hacía que Reki se debilitara cada vez más. Miya volteó su cuerpo, atrapando al chico en sus brazos y empezando a gruñirle de forma sonora, queriendo alejarlo.

Sintió un alivio al ver a sus amigos corriendo a su dirección, bajando la guardia lentamente.

— Reki, vámonos.. —

— ¿Reki es tu nombre? — Volvió a hablar el Alpha más alto, pero el nombrado simplemente lo ignoró. — Reki. — Volvió a usar su voz de mando, aun que ésta vez fué interrumpido por su mayor, Adam.

— Langa, no abuses de tu poder. — Dijo claro y conciso mientras miraba su máscara que tenía entre sus manos. Vió como el grupo de amigos se juntaba alrededor del pelirrojo, manteniendo una mala mirada al adolescente. — Perdonenlo, tiene sus hormonas incontrolables. Langa, sube al auto. —

El canadiense no rechistó, se subió al auto con un claro enojo en su rostro. Rápidamente se acomodó en su asiento y abrió la ventana, queriendo ver al chico cuyo nombre era "Reki", pero era cubierto por sus demás amigos. Ante la frustración volvió a emanar fermonas de desagrado y enojo inconcientemente.

— ¡Langa! Ya hablamos de las fermonas dentro del carro. — Volvió a regañarlo Adam, negando lentamente con su cabeza y abriendo su lado de la ventana para no sofocarse con aquel aroma. Lo que no se esperó fué una queja de forma de gruñido hacia él. — Langa, basta, nos vamos ahora. Tadashi, vamos. — Le gruñó de igual forma al adolescente, marcando su autoridad.

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— ¡Voy a romperle la cara a ése imbécil! — Gritó un molesto Alpha, pateando el tacho de basura que tenía cerca. Sus fermonas ya inundaban la habitación al igual que sus gruñidos. Joe intentaba calmarlo, pero era casi imposible.

— Ya, Miya. Cálmate tú y tus hormonas, si no, no tiene permitido ver a Reki. — Sabía cómo se ponía el menor del grupo cuando se trataba de su mejor amigo, pero debía calmarse si no asustaría a los Omegas con tal intensidad. — Mejor.. Vamos a hacer la comida y ya vamos a ver a Reki, ¿Si? —

— Uhm.. Vale..

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— ¡Es que no entiendo!¡¿Cómo lo supo?! — Gritó enojado, nunca nadie había sospechado de que sea un Omega, después de todo, no había razones para hacerlo. El mayor problema era que se exparsiera tal rumor, lo único que traería serían muchos problemas y acoso. — ¿Ahora que hacemos? — Le preguntó a Cherry y Takeda, quienes no sabían que responder.

— Bueno.. Recordemos que está bajo la defensa de Adam y.. Bueno, ya sabes cómo es Adam, sería peligroso tratar de enfrentarse. Es un adolescente, uno que se ve que está dispuesto a seguir los pasos de Adam. Teniendo en cuenta éso, si Adam me llegara a tirar de un barranco, créeme que ése Alpha sería capaz de hacer lo mismo. — Gruñó, estar entrometido con el Alpha de alto rango significaba peligro, en cualquier sentido. Para ser un adulto, tampoco era muy maduro que digamos. Recordaron la vez en la que un Omega lo rechazó porque ya tenía pareja, Adam no estaba muy feliz y lo que hizo fué simplemente sobornar a la pareja para que no estuvieran juntos y terminaran la relación. Claramente, muy maduro no era.

— Reki.. Será mejor que mañana te quedes aquí, no sabemos si ya se exparsió el rumor, así que por las dudas te quedas aquí hasta que tengamos otras noticias, ¿Si? — Dejó algunas caricias suaves sobre la cabeza de su falsa pareja, recibiendo bajos ronroneos como respuesta. El pelirrojo podría ser intimidante, pero adoraba ésa clase de mimos.

— Está bien.. ¿Pueden quedarse un rato más? — Preguntó rápidamente al ver que el castaño se empezaba a levantar de la cama. Tomó su mano y la volvió a colocar en su cabeza, pidiendo más atención por parte del Omega. — ¿Por favor..?

— Ah.. Sabes que no podemos decirte que no. — Dejó salir una pequeña risita, sentandose nuevamente y dejándole un lugar a Kaoru. — Mm.. Hay olor a carne, seguramente Joe y Miya ya están cocinando la comida. Después cuando nos llamen vamos, ¿Si, Reki? — Vió como el nombrado asentía mientras se abrazaba de sus caderas, manteniendo sus ojos cerrados al disfrutar las caricias que recibía.

Domador de leones ⸝⸝lanki.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora