Forbidden

1. Heredero

El frío se hacía más intenso a medida que caía la tarde. Los apenas penetrantes rayos de sol que lograban colarse tras las nubes no daban el calor suficiente y muchas hogueras se encontraban encendidas a lo largo de los patios reales. Chris acomodó su chaqueta y frotó sus manos contra el fuego, antes de caminar el último tramo hasta la fortaleza donde el resto de guerreros se encontraba reunido.

Recordó las historias de sus abuelos, aquellos relatos en los que contaban cómo aquel lugar era muy distinto antes de la Gran Destrucción. Le llamaban así a los eventos ocurridos en las primeras décadas del siglo XXI, cuando los recursos naturales se acabaron, los polos se derritieron y la erupción de un supervolcán diezmó a la humanidad hasta casi extinguirla. El caos reinó durante un período de tiempo conocido como las "décadas oscuras", donde se derrumbaron las últimas naciones y los gobiernos dejaron de ser gobiernos. Sin tecnología, sin conocimiento. Todo era anarquía pura y cruda.

Pero, tras doscientos cincuenta años de oscuridad, un líder se irguió de entre las cenizas del antiguo continente asiático, rebelándose contra ese sistema sin control. Conquistó la larga extensión de tierra desde lo que fueran China y Europa con una habilidad digna de Alejandro Magno. Logró instaurar una especie de monarquía que trajo al fin orden y paz. El planeta entero estaba sanando lentamente y el nuevo rey proclamado veló porque no se cometieran los despilfarros del pasado.

Así, generación tras generación de su linaje, asumían el trono y con ello la responsabilidad de mantener la paz y el orden, proteger a toda costa los recursos que volvían a brotar de entre las cenizas y detener a los pocos insurgentes que aún quedaban desperdigados en las regiones africanas.

—Eh Chris — llamó Paul desde la puerta — apresúrate, ya va a comenzar.

El rubio aceleró el paso, frotando de nuevo sus manos y acomodando la larga espada que adornaba su espalda. Tanto él como Paul, habían sido entrenados desde niños para ser guardianes del heredero al trono. Un príncipe de peculiar belleza, según lo que los criados decían, pero al cual no conocían aún. Pronto, serían trasladados desde su fortaleza para habitar directamente en el acorazado castillo de la familia real, donde esperarían su ceremonia de iniciación y entonces serían consagrados de por vida a servir a su rey.

Con la repentina muerte del último soberano, la reina y el consejo se habían quedado al frente mientras el pequeño príncipe llegaba a la edad para asumir el trono. Con catorce años, el chico tenía sobre sus hombros el peso del mundo.

—¿En dónde estaban? — murmuró Anthony viendo a Paul y Chris llegar al centro del salón — Samuel nos quería acá temprano...

—Algunos sí entrenamos aunque caiga nieve el doble de fría — picó Chris.

—Sí, cómo no.

—¿Están todos ya? — la voz de Samuel los hizo callar al instante. Paul, Anthony, Chris y Scarlett estaban ya prestando atención al viejo ciego. —Como saben, mañana dejarán esta fortaleza que ha sido su hogar durante los últimos dieciséis años — comenzó — para vivir junto a su rey. Esto no sucede hasta el momento de la coronación, pero tenemos muchas sospechas de que la vida del joven Sebastian corre peligro. Los necesita desde ya.

—¿Seremos consagrados desde antes de su coronación? — preguntó Scarlett.

—Aún no. Pero comenzarán a protegerlo desde ya.

—Es como una consagración en práctica — dijo Paul — ¿qué más da? nuestro destino es claro: proteger al rey con nuestra vida de ser necesario.

Chris asintió junto al resto. Samuel sonrió complacido y caminó hasta el enorme baúl que había sacado para la ocasión.

—Dentro de este baúl encontrarán las ropas que usarán para presentarse mañana ante el joven príncipe. Prepárense y estén temprano, partiremos antes del alba.