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A Yuji se le estruja el corazón al ver a Nanami sonreír con tanta facilidad, no lo mal entiendan, amaba ver al adulto sonreír porque era algo que pocas veces hacia siempre teniendo un rostro de seriedad, pero por lo mismo era tan extraño verlo mostrando algo que parecía intimo entre sus pocos conocidos a la mujer que tenía frente suyo. Esta devolvió el gesto junto a un sonrojo que no oculto.

Por la forma en la que se miraban parecían conocerse, puede hacerse una idea porque Nanami era un fanático del pan en todas su variedades y las panaderías eran un sitio habitual al que parecía ir —algo que descubrió luego de una misión en conjunto con el mayor—. Entonces verlo tan familiarizado con la chica no tendría que causarle tanto dolor como lo hace, incluso cuando ve como sus manos se rozan al recibir la bolsa de pan junto a un pequeño papel que entrega disimuladamente.

Yuji sabe lo que es, no es tonto.

El atardecer cae sobre ellos al salir de la panadería, el día había sido largo y exorcizaron a varias maldiciones como parte de su entrenamiento, el agotamiento lo tiene bostezando, pero aun así su cabeza no deja de reproducir la forma en la que Nanami se mostró feliz de ver a la mujer. Yuji supo desde un comienzo que hacerse ilusiones con alguien como Nanami era tonto, el hombre era...perfecto ante sus ojos y él era solo un niño en palabras del mayor.

Estando ambos en mitad de la calle rumbo a la escuela se despide rápidamente del adulto excusándose con tareas inexistente, ni siquiera espera a que el hombre responda algo cuando apresura su paso, Yuji no necesita saber cómo se desarrollarían las cosas entre el hombre y esa muchacha. Admite que es bonita, mucho más que el con su feo cabello y estupidez poco soportable.

Cuando llega se dirige directamente a su cuarto sin ganas de saludar a Fushiguro y Kugisaki, allí estando en completa soledad se adentra a su baño desvistiéndose, toma una ducha sacando toda suciedad y sudor de su cuerpo. Terminado se pone lo primero que encuentra para después dejarse caer en su cama. El sueño no tarda en llegar, pero antes de cerrar sus ojos la imagen de Nanami sonriendo en la panadería vuelve a reproducirse en su cabeza.

No duerme bien esa noche.

Al pasar los días evita al adulto tanto como puede, no necesita que rompan su tonto corazón adolescente, tiene suficiente con Sukuna riéndose de su estupidez. No tendría que ser una tarea tan complicada teniendo en cuenta lo poco que Nanami visitaba el lugar, pero para su desgracias el hombre parece tener varios asuntos que arreglar con el director Yaga y verlo pasear por allí era dolorosamente injusto, se supone que podría resguardarse en la seguridad que le brindaba la escuela, pero ni eso puede tener.

—¿Itadori?

No, Yuji no tiene suerte, la desgracias parecía seguirlo a donde fuera y de todos los lugares a donde podía cruzarse al hombre tuvo que ser en una de sus pocas salidas al centro. Era raro que lo dejaran sin supervisión por ser el recipiente de Sukuna, pero Gojo alentó su salida al verlo tan desanimado confiando en su fuerza para mantener a raya a la maldición.

Nanami se veía raro con ropa "casual" si esa eran las palabras correctas al verlo usar una camisa blanca, pantalones de vestir negros y sin sus icónicos lentes, ¿Por qué tenía que ser tan endemoniadamente guapo con ropa tan simple? No lo entiende, pero si eso no fuera suficiente el verlo acompañado de la mujer de la panadería lo hace querer correr muy lejos y esconderse.

—Hola Nanami —ni siquiera era capaz de pronunciar el apodo que el mismo le dio, se sentía incorrecto.

—¿Estas solo? ¿Fushiguro no está contigo? —se nota la preocupación en su voz y mirada, le gustaría que fuera verdadera preocupación, pero sabe que no es así, ¿Qué irresponsable dejaría salir a la vasija de Sukuna sin compañía alguna?

—Gojo confío en mi—el tono con el que lo dice no es nada respetuoso. El rostro del adulto siempre tan serio parece asombrado por su respuesta directa. La mujer mira con extrañeza a ambos, su mano cuelga del brazo de Nanami de forma tan perfecta que no puede dejar de mirar, son...el uno para el otro, no caben dudas—. Yo...Tengo cosas que hacer. Discúlpenme— dando una corta despedida se aleje escuchando al hombre llamarlo, pero eso no logra nada más que entristecerlo.

Claro, siempre lo supo, solo era la vasija de Sukuna y tenía que morir por eso. Nadie va a interesarse verdaderamente por él, todos tenían sus problemas y vidas como para preocuparse por el tonto que se comió un dedo de más de mil años. Nanami solo era otra persona encarga de prevenir el asesinato en masa que podría causar Sukuna si él no era lo suficientemente fuerte.

—Chico, sería más fácil que te tiraras por un puente antes que llenar tu cabeza con tontas esperanzas.

—Gracias Sukuna, siempre tan positivo.

—Y tu tan idiota.

Yuji pasea por la cuidad tratando de ahogar su tristeza con comida y compras estúpidas ahora que el dinero no era un problema. Sukuna lanza algún que otro comentario sin verdadera malicia curioso por todos los avances de la humanidad durante el tiempo que estuvo inactivo, parece un niño.

Cuando la noche se llega y estando a pocos metros de la escuela se encuentra con la persona que menos deseaba ver.

—Itadori —Nanami se encontraba solo al comienzo de la entrada —, he estado hablando con Gojo, ¿Hay algo que te esté molestando?

—¿Porque tendría que haberlo?

—No estas siendo tú, ¿Tienes problemas con Sukuna?

—Sukuna no tiene nada que ver.

—¿Estás seguro?, porq-

—¡Basta! —no quería gritar, enserio no quería—Puedo controlarlo si es lo que le interesa, así que deje de mencionarlo. — pasando por su lado intentado huir, pero no cuenta con que el adulto lo tomara del brazo.

—Yuji espera.

—No —Nanami lo suelta lentamente—. Todo está bien, estoy bien, así que puede volver a hacer sus cosas.

—¿A qué te refieres Itadori?

—A nada. Buenas noches Nanami.

Se aleja dejando al adulto solo.

Cuando se acuesta esa noche en su cama entiende que no solo estaba celoso de esa mujer, sino que también de Nanami, porque él podía tener una vida "normal", podía establecer lazos con otras personas mientras que el solo estaba esperando el día de su ejecución sin alternativa alguna, Iba a morir y ni siquiera tenía elección.

🌻NanaIta Week 2021🖋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora