Ese día una gran tormenta golpe el pequeño pueblo costero en el que vivía, la lluvia cayo con fuerza haciendo subir la marea de forma rápida, recuerda a su padre y abuelo ayudando en el puerto con los barcos mientras él se quedaba en su hogar cuidando de su madre que pasaba por una grave enfermedad pulmonar. Su casa estaba situada lejos de la costa y eran pocas las posibilidades de que el agua llegara hasta ellos, así que con paciencia espero a que la tormenta se calmara, en ese tiempo no era raro que dos o tres veces al año el clima se volviera salvaje y más teniendo en cuenta el lugar donde sus tátara abuelo se establecieron.
Con el pasar de las horas y la ausencia de su padre y abuelo decidió salir en su búsqueda dejando a su madre bajo el cuidado de una vecina. Su sorpresa fue muy grande cuando encontró a la gran mayoría del pueblo cerca del puerto, acercándose pudo ver a su padre mostrando un rostro de incredulidad al igual que todos, al posar su mirada en el suelo tratando de entender porque el gran alboroto quedo anonadado.
Existieron viajas historias sobre sirenas y tritones que antes vivieron el su pueblo, en sus costas para ser más específicos. Su relación con los habitantes había sido tan buena que ayudaron a que los barcos llegaran seguros al puerto durante muchos años, pero hace décadas que desaparecieron de la noche a la mañana dejando a los pueblerinos con tristeza en sus corazones. Nadie supo el por qué y solo quedaron leyendas de lo que alguna vez fueron las cosas.
Allí en el suelo se encontraba un tritón de hermoso aspecto con piel bronceada, bronqueas a lo largo de su cuello y costillas y cabello rosado bastante corto. Su cola era larga y de un color rojizo que se asemejaba a la sangre. Kento recuerda el bullicio de gente hablando entre si sobre lo extraño de la situación y preguntándose que deberían hacer.
Su padre—que era médico— se ofreció a cuidarlo ya que su hogar era uno de los pocos que contaba con una tina lo suficientemente grande como para albergarlo, entre un buen número de personas lo trasladaron con dificultad mientras el corrió hasta la casa para preparar el baño.
Durante horas el tritón no despertó apenas mostrando signos de vida, con la confianza que el pueblo había puesto sobre su padre este hizo de todo lo que estuvo en su poder para asegurar su bienestar, lo único que les quedo fue esperar. En la tercer noche cuando la mayoría de su familia se encontraba bajo un profundo sueño él se tomó el atrevimiento de levantarse de su cama y ver el estado de su "invitado"
Allí en medio de la noche la luz alumbraba el cuerpo a medio sumergir del tritón dándole una apariencia etérea. Kento recuerda como paso horas admirando el subir y bajar de su pecho con cada respiración que daba, lo pacífico que se veía y su belleza radiante. Su tamaño era considerable y parecía alguien adulto. Fue en uno de esos momentos de contemplación cuando los ojos de la criatura se abrieron mostrando el dorado más radiante que haya visto a sus 14 años. El tritón lo observa durante varios minutos en completo silencio haciendo que el miedo comenzara a aflorar en su pecho, era un ser bello, pero sabia también podría lastimarlo si quisiera con las garras que poseía, no sería el ultimo humano en ser asesinado por un tritón asustado. El momento fue tenso hasta que el tritón mostro una sonrisa que trasmitió calidez y calma. Anonadado miro como la criatura volvió a cerrar sus ojos dejando salir de su garganta algo
En la mañana cuando volvió a su cuarto pasa las horas recordando la sonrisa que le fue regalada. En la tarde de ese mismo día su padre emocionado anuncia el despertar del tritón y junto a varios hombres mas devuelven la criatura a las aguas del puerto. Los pueblerinos contemplan como el tritón se sumerge en las aguas para desaparecer de toda vista.
Su familia fue recompensada con honores y regalos durante meses. Kento nunca presto mucha atención a nada de lo que le fue dado, su mente estuvo en otro lado ansiando volver a ver a la criatura por tan solo unos segundos más.
Agradezco de corazón sus palabras de apoyo por la horrible angina que me impidió terminar esto a tiempo, ahora estoy mejor y pasado el susto de que fuera covid les pido que se cuiden, no es nada lindo estar 7 días en cama sin poder hacer lo que te gusta por no cuidarte como es debido.
