5- Mata el sueño.

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(En la mañana: Habitación de Tatsumi)

El castaño se encontraba en un lugar extraño, ya que, lo único que había era pasto, y una luz casi cegadora por todo el lugar.

Pero el no estaba solo, ya que... En frente de el... Habían dos personas muy importantes para el castaño.

-Oigan...- habló con los ojos un poco abiertos, ya que no creía lo que tenía frente a sus ojos.

Ahí se encontraban, sus más grandes amigos y compañeros... Sayo y Ieyasu.

-Tatsumi...- le habló el pelinegro, con una sonrisa -Aqui se separan nuestros caminos...-

-Nosotros seguiremos adelante. Tu deberías regresar- le dijo la pelinegra, al lado de Ieyasu.

-¿De que hablan?- el de ojos verdes estaba confundido -Deberíamos estar juntos...-

-Ya has hecho nuevos amigos, ¿No es cierto?- lo interrumpió el de la cinta en la cabeza, con los brazos cruzados y sonriendo.

-Tienes que hacer algo, ¡No puedes depender de nosotros para siempre!- añadió Sayo, guiñando un ojo.

Tatsumi tenía una mirada melancólica mientras observaba a sus amigos.

-Nos vemos, Tatsumi...- se despidió el de ojos café.

-Si existe la otra vida, nos veremos en ella...-

El castaño alzo una mano hacia adelante para tratar de parar a sus amigos.

-¡Esperen...! ¡Un momento! No ¡No me dejen solo!-

Fue lo único que pudo hacer, mientras veía a sus grandes amigos, alejarse lentamente.

La visión de Tatsumi estaba borrosa de pronto... Solo había luz...

...

-¡A-a-ah!- el castaño se sentó en la cama muy exaltado, con un brazo alzado hacia adelante.

Lo anterior, se dio cuenta de que era solo un sueño...

Se agarró la cabeza fuertemente, mientras recordaba los rostros de sus dos queridos amigos, y tenía una venda en la frente debido a las heridas del día anterior.

-Que sueño más cruel- susurró para si mismo con dolor.

Pero, levantó la mirada, y se encontró que una cierta pelimorada con lentes, estaba durmiendo plácidamente sobre la orilla de su cama.

-Ñyan, ñyan- decía la chica como si fuera una gatita, aún dormida.

-Que tranquila duerme- pensó en voz alta con un rostro gracioso.

La de ojos morados se movió un poco sobre la cama.

-Ahora te toca entrenar conmigo, Tatsumi. Esforcemonos- le dijo la de lentes, casi susurrando, aún adormilada.

-¿Estoy a las órdenes de esta loca?- pensó con un rostro gracioso.

Sheele se levantó lentamente, haciendo que sus lentes se cayeran a la cama.

Se levantó aún muy adormilada de la silla en donde estaba sentada.

-Buenos días- dijo, haciendo una reverencia.

Pero en realidad, no le hizo una reverencia a él, sino al escritorio del castaño, aún estaba con mucho sueño.

-Aaaah, ¡Mí lentes! ¡Mis lentes!- gritó muy sonrojada de la vergüenza.

Akame Ga Kill! AlternativeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora