20- Mata la masacre.

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(Días después: en la sala de conferencias del palacio: con el primer ministro)

-¡Otro castillo se rindió sin pelea!- avisó molesto uno de los que se encontraban en la sala.

-¡Que cobardes! ¿Acaso no les queda algo de lealtad?- habló otro de los miembros de la conferencia, con el mismo tono de molestia.

-Bueno, lo virreyes de las regiones más remotas fueron destituidos simplemente por oponerse a los ideales de la capital. No me sorprende para nada su traición- mencionó el primer ministro, sosteniendo un pedazo de carne en sus manos.

-Pero si esto sigue, el ejército rebelde alcanzará la capital- alertó otro de ellos.

-No teman- habló una voz un tanto grave, que todos reconocieron al instante, y se sorprendieron enormemente.

-¡General Budo!- reconoció uno de ellos al tipo.

El mencionado tenía un cabello rubio, tenía una altura bastante grande, y estaba vestido con una armadura plateada por todo su cuerpo, que se veía bastante resistente, y una capa de color rojo sobre dicha armadura.

-Un general nunca debería cuestionar al gobierno. Siempre entendí que esa es la lógica, pero dadas estas circunstancias, no puedo quedarme callado, ministro- habló el general en tono serio.

Ante esto, Onest simplemente se limitó a reír.

-No sé que decir- dijo sin más.

-La protección del imperio ha sido la responsabilidad de mí familia durante los últimos mil años. Acabaré con todo lo que perturbe la paz de mí país con mis propias manos. Sin importar qué o quién- explicó de brazos cruzados el hombre rubio.

-¡Oooh! ¡Que admirable! Pero igual no te preocupes. Aunque las masas llegaran a rebelarse, ya tomamos las medidas necesarias- explicó ante lo dicho por él.

Acto seguido, el ministro se levantó lentamente de su asiento.

-Permítanme presentarles... A la nueva fuerza de élite que mantendrá el orden en nuestra capital- avisó caminando hacia la puerta del lugar.

Entonces, el ministro abrió la puerta, dando paso a tres personas encapuchadas, y... También, en la habitación, entró el hijo del primer ministro: Syura.

-Con permiso- habló el pelivioleta mientras entraba a la habitación.

Al ver a aquellas personas, los demás presentes se sorprendieron un poco.

-Les presento a mí hijo, Syura- nombró al mencionado mientras lo abrazaba del hombro -Aunque todavía no se convirtió en general, mí hijo será quien se encargue de todo- les avisó a todos los presentes.

-Tú tienes que ser el gran general- refiriéndose a Budo  -Dicen que solo Esdeath puede igualarte en fuerza- le dijo al general Budo, el cual se mantenía quieto y serio en una esquina -No necesitas molestarte por unos cuantos sucios rebeldes. Puedes dejármelos a mí- le ofreció al hombre rubio con una sonrisa.

Pero entonces, el general no dijo nada, y se dirigió hacia una puerta para salir de la habitación.

-¿Qué? ¿A dónde vas?- preguntó confundido Onest.

-Siempre se pueden encontrar algunas cuantas ratas husmeando antes de que llegue el resto de ellas- explicó inexpresivo, y saliendo de la habitación.

-Santo cielo. No creo que le haga mal relajarse un poco- mencionó el pelivioleta, rascándose un poco la parte de atrás de su cuello.

-De acuerdo, Syura. Este encargo es muy importante- le explicó a su hijo mientras se acercaba a la puerta -Porque esto determinará si eres digno de convertirte en mí sucesor- añadió seriamente.

Akame Ga Kill! AlternativeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora