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Después del beso, BangChan no dijo mucho, nada en realidad. Sólo había sonreído a medias para MinHo, le tomó la mano y lo encaminó a su casa. Para el castaño estuvo bien, ese era un pequeño gran avance, sabe que tampoco Bang va a estar besándolo a cada rato. El Alfa necesitaba acostumbrarse a la idea de que eran Alfa–Omega.

Para el miércoles BangChan estaba más pegajoso que nunca. En el receso se pasaba con la cabeza enterrada en su cuello, olfateando. Gruñía cada vez que alguien le hablaba al más bajo, no importaba si era beta o un omega como él. MinHo no se quejaba, por él estaba perfecto así.

Ahora están sentados en las mesas de la cafeteria, Felix también está porque dijo ahora eran sus nuevos amigos. Bang no lo soportaba, él era el que más le hablaba a MinHo y lo estaba provocando.

ㅡEhhh, BangChan. ㅡMinHo acaricia la mejilla del alfa, llamando su atención, sólo hace que el pelinegro ronroneeㅡ ¿Puedes ir a comprarme una malteada?

ㅡQue vaya Felix. ㅡaspira fuerte.

—Pero no creo que quieras que otro Alfa me compre cosas...


—Está bien—molesto de tener que dejar el calor del Omega, se levanta, yendo a la caja.

MinHo voltea hacia HyunJin, alzando su ceja.

—Es su celo—dice obvio—. Se está acercando y necesita olerte para que a la hora de, bueno ya sabes, hacerlo, su Alfa te reconozca y no te haga daño.

—Oh—asiente en compresión—. ¿Crees que Chan lo quiera pasar conmigo?, ¿o llamará a alguien?


—Pienso que primero te dirá que no porque tendrá miedo de lastimarte. Pero si tú quieres pasarlo con él y lo convences de que no te hará nada... tal vez lo logres.

—Y si no pasa, ¿llamará a alguien?

HyunJin niega.

—No lo creo—come un chocolate, de esos que BangChan le regaló a MinHo y el castaño le da un manotazo—. Su Alfa se volvería loco de oler a otro Omega que no seas tú. Así que, si no eres tú, no es nadie.

HyunJin termina de comer el chocolate y a MinHo ya no le importa. Muerde sus uñas, pensando. Que BangChan no llame a nadie más le calmaba un poco, pero sabiendo el dolor que iba a sufrir, lo alteraba de nuevo. Tenía que convencerlo.

—Toma—el Alfa pelinegro asienta la malteada de vainilla en la mesa, sentándose a su lado y poniendo su cabeza sobre su hombro.

—Gracias, Chan. ¿Cómo sabías que ésta era mi favorita?

El pelinegro gruñe.

—Era la única que había.

MinHo ríe por lo bajo, sabía que era muy bueno para ser verdad.

[.....]

Empaca sus pantalones nuevos en su mochila, esos que tienen el elástico. Y también unas cuántas camisas y suéteres más.


—Estoy listo, má—grita, bajando las escaleras.

Su madre está en la sala, leyendo una revista de chismes. Cuando lo ve, sonríe y se acerca para besar su mejilla.

—Mi bebé está creciendo.

—Gracias, má. Yo-

ㅡNo tú, MinHoㅡpone las manos sobre el estómago del omegaㅡ, éste bebé.


El omega rueda los ojos.

—Tranquilo, Honnie. Tú siempre vas a ser mi bebé número uno—ayuda a su hijo con las cosas que carga—. Vamos, tengo que llevarte.

𝙑𝙚𝙣 𝙖𝙦𝙪𝙞́, 𝙮 𝙖́𝙢𝙖𝙢𝙚 𝘾𝙝𝙖𝙣𝙃𝙤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora