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—¿Cómo vas con BangChan?—Felix mete la cuchara al pomo de helado de fresa.

MinHo encoge sus hombros.

—Ha estado de gruñón.

—¿Alguna razón en especial?

—Ha conseguido un nuevo trabajo, es por la noche. No duerme bien y le pone de mal humor.

—Me imagino.

—Además... ayer llegaron los resultados de la Universidad local—tuerce la boca.

—¿No fue aceptado?

—Pasó el examen pero no le dieron un lugar porque estaban excediendo el límite de alumnos. Fue una mierda, eso lo dejó peor.

—Lo siento por él.

—Está triste, aunque diga lo contrario.

Han pasado tres semanas desde que salieron de vacaciones. HyunJin, JeongIn y SeungMin estaban en el viaje de graduación, así que el único amigo disponible era Felix. Su compañía era agradable y a MinHo le divertía.

—¿Qué harán para vacaciones?

—Probablemente nada. BangChan seguro trabajará todos los días.

—¿Y tú?

—Me quedaré aquí, con él. No quiero salir de paseo mientras él trabaja día y noche, literalmente. No es justo.

—¿Aún sigue con la idea de que no trabajes?

—Ahora no puedo hacerlo. Casi no aguanto mucho tiempo en una posición, me canso mucho y la espalda me mata.

—Oh, lo siento.

—Está bien. Valdrá la pena.

—Mierda, esto debería ser sorpresa pero... El tío YoungHyun  está organizándote un Baby shower con mi familia. Si te dicen, actúa sorprendido y no digas que la cagué.

—¿De verdad?—Sonríe, achinando los ojos—. Que lindo de su parte.

—Él es así.

Ellos siguen platicando de diferentes cosas, Felix le cuenta sus planes para las vacaciones y le dice que si gusta, se puede unir a él. Dan las 7PM y Chan llega, luciendo cansando y harto de todo.

—¿Qué haces aquí?—Ni un saludo ni nada, sólo una pregunta hostil para su primo.

—Haciéndole compañía a MinHo, nada más.

—Ya puedes irte, entonces.

—BangChan, no tienes que ser grosero—el Omega le dice, regañándolo.

Sin prestar atención, el pelinegro va a la cocina para prepararse algo de cenar.

—Te dejo, Honnie. Nos vemos después—lo abraza cortamente, para después irse.

Suspirando, MinHo camina a la cocina con los pies hinchados.

—No tienes que ser así con él.

—¿Qué hacía aquí?

—Él te dijo, sólo me acompañaba.

—No quiero que venga cuando no estoy.

—BangChan, mira... no me gusta Felix, ¿está bien?, me gustas tú.

—Ya lo sé.

—¿Entonces por qué eres así?—Alza la voz—. Acepté ser tu Omega, acepté que ataras la flor en mi muñeca. Chan, ¿por qué dudas de mi?

—No dudo de ti.

—¡No confías en mí!

—¡No se trata si confío o no, mierda!

—¿¡Entonces de qué mierda se trata!?

El Alfa suspira, agarrándose de la encimera.

—Iré a dormir—guarda las cosas que antes había usado.

—Se acabaron las vitaminas.

El pelinegro saca dinero de su bolsillo y lo pone en la mesa, yéndose.

MinHo hace un ruido con la boca, tomando el dinero. Antes de salir, va por su abrigo que está en la sala. Necesitaba distraerse.

En el supermercado toma un carrito para apoyarse ahí y caminar con comodidad. Dentro pone leche de sabores, jugos de soya para Chan y un poco de pan para sándwiches. Con todo listo, va a la caja a pagar. Poniendo todo en la cinta negra de la caja, un coche choca con el de él.

—Perdón, fue un accidente—una pelirroja natural dice. Parece tener la misma edad que él, o tal vez unos cuantos meses más grandes.

—Está bien, no te preocupes—le sonríe.

—Oh, Dios—se acerca, abriendo sus labios—. Estás embarazado.

—Eso me temo.

—Es encantador, ¿de cuánto estás?

—Casi siete meses.

—Es niño, ¿verdad?, puedo olerlo. Yo tengo una nena.

—Debe ser lindo—asiente, sonriéndole de nuevo.

—Son quince con veinte, amigo—la cajera dice, interrumpiendo.

MinHo paga y espera por el cambio.

—Nos vemos por ahí...

—Yein—ella dice, estirando su mano.

MinHo la toma, agitándola suavamente.

—MinHo—él se despide, tomando sus bolsas y yéndose.


[......]

Cuando ya ha tomado sus vitaminas y se ha cambiado la ropa para dormir, entra a la cama, acostándose al lado de Chan.

—¿Honnie?

—Sigue durmiendo, Channie. Todavía es de noche—abre los brazos del Alfa, para envolverse en ellos.

Se acomoda bien contra el caliente cuerpo de BangChan. Ama dormir así con él. Cuando por fin el sueño comienza a inundar su cuerpo, oye un sollozo a su lado y mierda, es Chan.

—¿Chan?, ¿estás bien, amor?

—N-no.

—¿Qué está mal?—Le habla con cariño, acariciando sus mejillas.

—Es que, s-siempre soy un idiota contigo y tú sólo eres muy bueno.

—Tranquilo, Channie. Ya estabas bien, el trabajo y lo de la universidad te tienen así.

Bang sorbe su nariz, asintiendo.

—Aún así, perdón.

—Está bien, BangChan, no estoy molesto.

—Y sobre lo de Felix...

—Después hablaremos de eso. Ahora necesitas descansar, ¿está bien?

—Está bien—las pequeñas manos de MinHo secan sus lágrimas.

—¿Por qué no trabajaste hoy, sin embargo?

—Están fumigando el bar. Volveré hasta en dos días más.

—Mejor, mereces descansar.




𝙑𝙚𝙣 𝙖𝙦𝙪𝙞́, 𝙮 𝙖́𝙢𝙖𝙢𝙚 𝘾𝙝𝙖𝙣𝙃𝙤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora