Epílogo

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Estos últimos tres años no habían sido nada fáciles pero sí especiales, como MinHo diría. Criar a dos bebés con horarios apretados y con noches sin dormir, era cansando. A veces MinHo y BangChan pensaban que no podían más, pero luego veían veían sus hijos reírse de sus travesuras y suspiraban, sonriéndoles de vuelta.

Para el año siguiente que HeeJin y JungWon llegaron, ellos decidieron retomar sus estudios. Chan eligió mercadotecnia, porque le ayudaría a tener un buen puesto en la empresa de su tío—donde actualmente trabaja— y también porque le gustaba. MinHo decidió educación preescolar, porque bueno, adoraba a los niños. MinHo trabaja como cajero en una estética, una de las mejores en Seúl, así que la paga era buena.

Hoy era un día muy caluroso, demasiado. MinHo está sentando en el sillón de su casa con un pote de helado en sus manos. En el suelo están JungWon y HeeJin. La niña sólo tiene sus calzones puestos y JungWon un pañal, ellos tienen también un pote de helado y sus bocas y mejillas manchadas. BangChan estaba en el patio trasero haciendo algo que MinHo desconocía.

—Papá—HeeJin habla desde el suelo, limpiándose con su blusa que está tirada a su lado—, donde trabajas pintan cabellos, ¿verdad?

—Mmh, sí, lo hacen—MinHo frunce su ceño—. ¿Por?

—Es que... quiero que me pinten el mío.

—¿Por qué, corazón?—Abre sus brazos y su hija corre a ellos. —Tú tienes un cabello muy bonito.

—Pero ni papá ni tú lo tienen. Tampoco JungWon.

—Tampoco nadie tiene los ojos como JungWon, ¿o si?

—No, creo que no—niega—. ¿Eso qué tiene que ver?

—Significa que ustedes son especiales, amor.

—¿Eso es bueno?—Su nariz levemente rosada, se arruga.

—Mucho más que bueno—le besa la cabeza.

—¡JungWon, HeeJin!—Chan grita desde afuera.

Los dos niños atienden al llamado de su padre, corriendo con grandes sonrisas en sus rostros.

—¡Una piscina!—HeeJin abre la boca y JungWon chilla.

—¡Siii!—El más pequeño aplaude con sus pegajosas manos.

—¿De dónde la sacaste?

—La robé—ríe, viendo la cara de sus hijos.

Es una piscina inflable y pequeña, sólo para que ellos dos jugasen ahí. MinHo sale, sonriendo de ver a sus pequeños felices.

—Mira, papá. Papá Chan nos consiguió una piscina—HeeJin dice, entrando.

—¡Y la robó!—Ahora JungWon entra.

—¿Ah, sí?—Alza una ceja hacia el Alfa—. ¿Para mí no pudiste robar un anillo de diamantes o algo así?

—Poco a poco.

MinHo se acerca al más alto, besando su mandíbula.

Es verano y están de vacaciones en la Universidad, pero no en sus trabajos, así que lo más cercano al agua sería esto y los niños parecían felices.

—¿Qué haremos para el cumpleaños de JungWon?—El Omega se abraza al Alfa, enrollando los brazos en su torso.

—Podemos decirle a HyunJin que traiga a los gemelos y ya.

MinHo asiente.

—HeeJin me preguntó si podía pintarse el cabello.

—¿Para qué?, tiene cuatro años.

—Dijo que porque nadie lo tenía así, o sea, ninguno de nosotros.

—¿Qué le dijiste?—Besa la cabeza de MinHo, mirando a los niños salpicarse el agua y reírse.

—Que tampoco JungWon tenía los ojos como los demás y que eso los hacía especiales—se separa de Chan, mirándole a los ojos—. ¿Algún día le diremos?

—Ya veremos, Honnie—besa sus labios y pronto escucha la risa de JungWon y HeeJin, burlándose de ellos.

BangChan los moja con la manguera haciendo que griten por el agua helada.

—¡Papá, ayúdanos!—El niño grita entre risas, sintiendo el agua chocar contra su espalda.

—¡Chan, deja a mis bebés en paz!—MinHo grita y el pelinegro también lo moja.

—¡Perdiste también!—HeeJin grita, riéndose junto a JungWon.

[......]

—¿Has sabido algo de SeungMin y Felix ?—El Omega le pregunta al más alto secando el cabello de su hija, después de haberla bañado junto a JungWon.

—Creo que se fueron de vacaciones—él está ayudando a su hijo a ponerse la pijama.

—¿Nosotros vamos de vacaciones?—la pelirroja se pone sola su bata.

—No creo, amor. Papá y yo tenemos trabajo—MinHo la arropa con la sábana hasta la barbilla, por último, besa su frente.

Chan sube a JungWon a la cuna, al parecer pronto dejará de usarla. Ahora MinHo va con su hijo y le besa la frente, el pelinegro hace lo mismo con HeeJin.

—¡Buenas noches, bebés!—El castaño dice desde la puerta, apagando las luces.

—Buenas noches, papi—contestan al mismo tiempo con voces adormiladas.

MinHo comienza a caminar a su habitación, cuando Chan lo toma por la cintura y lo carga.

—Es hora de que los papis—se burla—se diviertan ahora.

BangChan besa los labios del más bajo rudamente, haciéndolo jadear de sorpresa. MinHo pone sus brazos en el cuello del Alfa.

—Diviértete solito.

—No seas pesado—se aleja, con el ceño fruncido.

—Oh, tú no seas pesado—ríe, trayéndolo de vuelta sobre él. ─Ven aquí y ámame, cariño.

—Ya lo hago.

Vuelve a besar sus labios, ahora con lentitud y disfrutándolo.

—Mi Alfa—MinHo jadea, siendo desvestido del torso.

—Mi Omega—Chan dice, mordisqueando la marca del castaño.


𝙑𝙚𝙣 𝙖𝙦𝙪𝙞́, 𝙮 𝙖́𝙢𝙖𝙢𝙚 𝘾𝙝𝙖𝙣𝙃𝙤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora