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las once de la noche ya marcaba el reloj. habían estado toda la tarde en casa de hyungwon, hablando de cualquier cosa que viniera en sus mentes y yéndose por las ramas entre tema y tema y cerveza y cerveza. jamás se había sentido tan feliz. dicen que reír cura el alma, y kihyun lo estaba confirmando. reía solo, acompañado, casi ahogándose con la bebida o apoyado sobre hoseok, pero reía con la alegría que no recordaba viva desde hacía un tiempo.

miró el pastel. desde que había llegado le echaba un par de miradas cada tanto. era mediano, de chocolate y con algunas cerezas encima. le gustaba, era simple, contrario a los que recordaba de su niñez, y eso era lo que más le molaba. la diferencia. agradeció su felicidad al universo, pidiéndole por favor que la haga durar un poco más, porque era vívido creyente de que la felicidad es momentánea. quería sentirse así de lleno un poco más.

suspiró, casi ebrio por haber estado bebiendo toda la tarde pero no tan arrebatadamente. su cuerpo se contrajo en un escalofrío y unos brazos lo rodearon por detrás, cubriéndolo con un abrigo.

— ¿tienes frío? — hoseok preguntó cerca de su oreja, y el estremecimiento lo ahogó.

— sí, pero es porque estoy tomado. — rió, tiró su cabeza hacia atrás para apoyarse en el hombro de su novio y desde allí lo miró. — quiero pastel. — pidió bajito, y le agarró hipo.

hyungwon, como si hubiese escuchado su conversación, apareció con el pastel en la mano. se tambaleaba levemente, también ebrio, y parecía que todo le hacía gracia. hyunwoo, quien tenía buena resistencia al alcohol, disimuladamente cuidaba de que no arruinara el postre. o esa era una excusa, porque en realidad le preocupaba que se cayera y se lastimara.

— ¡al fiiin! — celebró minhyuk, apoyando agresivamente el vaso de vodka mezclado con algún energizante sobre la mesa. parecía una juntada de adolescentes, sólo faltaba la música y más gente.

la adultez les había pegado una cachetada llamada universidad, y ahora las salidas a los bares eran pequeñas reuniones llenas de charlas y alcohol para olvidar el estrés de la responsabilidad que conlleva ser una persona completamente independiente. en ese momento, no eran más que cinco hombres con millones de problemas individualmente secretos festejando el cumpleaños de un amigo, y a la vez celebrando con orgullo aquél pequeño progreso de aceptar un pastel luego de tantos años negando la realidad de sus bloqueos.

unos segundos de canto fueron suficientes para que kihyun cerrara los ojos, pidiera un deseo y soplara la vela con algo de torpeza. las mejillas ardían y todo era un poco más confuso de lo normal, pero estaba bien. se sentía genial.

— por los veinticuatro de kihyun. — anunció hyungwon, elevando su vaso.

el ruido de los vidrios chocando levemente entre sí los ensordeció un poco. hoseok, quien ahora estaba pegado al costado de kihyun con una mano abrazándole la cintura, se acercó otra vez a su oreja y susurró su deseo.

— por nosotros. quiero estar contigo toda la vida. —

no supo si fue el alcohol el que lo hizo decir aquello, pero de todos modos, para el cumpleañero fue lo mejor que pudieron decirle alguna vez. sonrió grande, e hizo fondo blanco. ahora estaba seguro de dónde pertenecía, y esperaba que hoseok también lo estuviera.

los minutos pasaron, con ellos los tragos en el organismo de los cinco chavales y el alcohol en sangre les pasaba factura cada vez que alguno mencionaba algo que carecía de sentido, de lógica o de gracia. había toqueteos de por medio, y tal vez fue la borrachera, pero ninguno vino por parte de su novio, y de eso no se dio cuenta. el par de ojos lo miraba, al límite de la rabia.

— kihyun-ah, tengo dos novios, pero ¿no quieres ser el tercero? el cabello gris te queda demasiado caliente. — bromeó minhyuk, completamente borracho y con los ojos casi cerrados. kihyun soltó una carcajada acercándose un poco a su amigo, sólo para seguirle el juego.

capricho demencial - kiho monsta xDonde viven las historias. Descúbrelo ahora