Capítulo 9: Invitado especial

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Volví al campamento, me senté en un tronco cercano al de Elizabeth y Henry, así podía pensar mejor en mi plan. Vi que una niebla morada empezaba a llegar al campamento, me cubrí y cerré los ojos. Cuando los volví a abrirlos, los niños perdidos estaban desmayados, también Henry y Elizabeth, ya sabía de qué se trataba.

-Parece que tenemos un invitado especial.- dije levantándome.- ¿Será Rumpelstilskin?- hice un movimiento con mi mano y prendí una antorcha. Un hombre alto, canoso, con pelo largo y un traje negro apareció lentamente, era mi hijo.- Parece que sí.

-Hola, Pan.

-Sé por qué estás aquí.

-¿En serio?- sentí otra presencia, sospeché que era alguien que conocía muy bien. Encendí otra antorcha para verificarlo.- Puedes salir de ahí, Baelfire.- Otro hombre alto, con bigote, pelo castaño apareció, él tenía una ballesta, y la apuntó hacia mí.

-Soy Neal ahora.

-Para mí siempre serás Baelfire.

-No vinimos aquí para hablar de nombres- dijo acercándose a Rumpelstilskin.-, vimos por ellos.- señaló rápidamente a Elizabeth y Henry con la ballesta.

-Me temo que no lo harán.- en ese momento, Baelfire disparó una flecha de la ballesta hacia mí. Yo pude evitar que me diera.- Parece que no te enseñé bien, Baelfire.- dije mirándolo.

-No todo es lo que parece.- dijo, bajando la ballesta. Sentí que un escalofrío me recorría el cuerpo, vi que algo lila empezaba a cubrirme, habían puesto tinta de calamar a la punta de la flecha. La tinta de calamar puede inmovilizar a una persona con magia. 

Baelfire y Rumpelstilskin fueron por los niños, Baelfire tomó a Henry y lo puso en sus hombros, Rumpelstilskin hizo lo mismo con Elizabeth. Aunque no podía mover todo mi cuerpo, sí podía hablar.

-¿Sabes por qué tu padre está aquí, Baelfire?- le pregunté antes de que escaparan. Ellos me voltearon a ver.- ¿No te ha dicho, cierto?

-¿Decirme qué?- preguntó Baelfire a su padre.

-La profecía que dice que ese niño será su perdición.- Sí, yo sé sobre esa profecía.- Tu padre no viene para rescatar a Henry, viene para matarlo.- Baelfire se hizo para atrás.

-¿Eso es cierto?- le preguntó enojado a su padre.

-Solo quiere jugar contigo.

-Es muy cierto.- Rumpelstilskin tomó del brazo a su hijo y se fueron.

Yo me quedé un rato más, sin poder moverme. Estuve así como una hora, hasta que el efecto desapareció. Los niños perdidos despertaron inmediatamente después de eso.

-Hay que encontrarlos.- les dije.

-¿A quiénes?- preguntó un niño perdido.

-Baelfire y Rumpelstilskin están aquí, se llevaron a los creyentes.- todos se sorprendieron, creo que fue más por Baelfire, no creían que volvería. Les hice una seña para que me siguieran.

Caminamos durante un rato y los encontramos, solo estaban Baelfire, Elizabeth y Henry. Como Baelfire estaba distraído, aparecí silenciosamente. Al verme, se sorprendió.

-¿Creíste que escaparían?- sonreí. Los niños perdidos los rodearon, Félix tomó a Henry y a Elizabeth.

-No te saldrás con la tuya, Pan.

-Creo que ya lo estoy haciendo.- hice un movimiento con mi mano para llevarlo al otro lado de la isla.

Volvimos al campamento, allí Henry y Elizabeth despertaron. Me les acerqué.

-¿Por qué tan callados?

-¿Qué pasó?-preguntó Henry. Sonreí.

-Solo tuvieron... una pequeña siesta.

Quisiera que fuéramos algoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora