Capítulo 10: Sintiendo cosas por ti

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Los niños perdidos bailaban, giraban y saltaban, como de costumbre. Yo estaba tocando mi flauta, levanté la vista y vi que Henry y Elizabeth estaban hablando. Aunque era un poco obvio, me preguntaba por qué no estaban bailando como los demás, así que fui a averiguarlo.

-¿Por qué no están bailando?- les pregunté mientras me sentaba con ellos.

-No somos como ellos.- dijo Henry.

-Bueno, tengo algo que les gustará.- tomé mi flauta y la empecé a tocar, pero parecía que no escuchaban.

-Lo siento, pero no podemos escuchar la flauta.- dijo Elizabeth.

-Oh, vaya.- hay me di cuenta de que si tenían amor en su vida.

-¿Por qué no podemos?- preguntó Henry.

-La flauta solo puede ser escuchada por personas que no se sienten amadas.- le contesté. Él y Elizabeth se miraron.- Y al parecer, ustedes si se sienten amados.

-Sí, tenemos a nuestras familias.- dijo Henry. Reí.

-Pues tengo que decirles que no vendrán a buscarlos.

-¡Claro que sí!- dijo Elizabeth.

-Tú no los conoces.- añadió Henry.

-Créanme que si los conozco.- podía sentir que se la estaban creyendo. Volví a tocar la flauta y esta vez, Henry y Elizabeth si la pudieron escuchar, porque cuando yo me levanté, ellos me siguieron y empezaron a bailar junto a los niños perdidos.

Entonces volteé a ver a Elizabeth, su cabello rojizo se movía mientras bailaba, su sonrisa era muy linda, se movía al ritmo de la música. Empecé a sentir algo que hace mucho no sentía, desde que mi esposa desapareció. Le tomé del brazo y la llevé a un lugar alejado.

-¿Qué quieres?- preguntó molesta.

-Tengo que decirte algo.- respondí cuando llegamos a un pequeño prado.

-¿Qué?

-Hace un tiempo, he estado sintiendo cosas.

-¿Qué cosas?

-Yo...- estaba muy nervioso- yo he estado sintiendo cosas por ti.

-¡¿Qué?!- exclamó y retrocedió un paso.

-Sí, sé que es difícil de creer.

-No, no, no, esto no puede...

-Oye, tranquila.- me le acerqué.

-No me digas que me tranquilice.- retrocedió otro paso.- ¿Sabes la gravedad del asunto?

-Sí, sí, pero, no puedo evitar sentir lo que siento.- me le acerqué tanto, que nuestras caras se quedaron a centímetros.

-Yo también siento algo por ti.- dijo con tristeza en la voz.

-¿Por qué suenas triste?

-No podremos ser nada, Peter.- "Quisiera que fuéramos algo", pensé.

-Me dijiste por mi nombre.- sonreí.

-Sí.- también sonrió.

-Yo solo quiero estar contigo.

-Y yo contigo.- nos acercamos más y nos besamos, pero solo duró unos segundos, porque Elizabeth se alejó.- No puedo hacer esto.

-¿Por qué?

-Tú nos...- hubo un silencio. Sabía a lo que se refería.

-Eso fue antes de conocerte...

-¡Ah, claro!- me interrumpió- Esa excusa no va a funcionar conmigo.

-Te estoy diciendo la verdad.

-Ahora quiero estar sola, Pan, voy a pensar.- y se fue, dejándome solo.

Quisiera que fuéramos algoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora