Prólogo:

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Nota Irenne: Hey! Hola vengo con otra historia, debo aclarar que esta historia ya la habia subido, esta escrita y terminada, no dire de que ship era pero si dire que terminaron robandose mi amor por ese ship toda la comunidad toxica, gracias a Dios que el fandom de kimetsu no yaiba no es toxico, porque de verdad amo todas sus parejas, esta historia la subi en mi anterior cuenta que tambien el fandom del otro ship me quito por sus envidias, ¿Ven lo malo de ser toxicos? daña el corazon y el alma, pero la ame para adaptarla a este ship, como sea espero y la disfrute.

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Tanjiro estaba exhausto.

Con un largo suspiro escucho el clic de la puerta al cerrar de la pequeña cafetería gourmet de sus padres.

Hacia frio, estaba cansado y con sueño, lo único que quería llegar a su pequeño y cogedor departamento y echarse a la cama igual que un gato.

Cerro su abrigo, mirando los dos lados de la calle para poder pasar, ni si quiera le había dado tiempo de ir a su casa y cambiarse el overol sucio de pintura del día, la universidad lo consumía mucho y más si estudias bellas artes, le exigían excelencia y era bastante duro para su integridad mental, física sin contar su orgullo propio.

Volvió a suspirar pensando que haría al llegar a su departamento, una ducha, comer algo, no primero comer algo después la ducha, pero de lo que estaba absolutamente seguro era el hecho de que iba a dormir, llevaba más de dos semanas sin dormir más de 3 horas seguidas en el día, todo por un estúpido proyecto, donde debería plasmar sus sentimientos, ¡bah! Él era bueno demostrando sus sentimientos, cosa que la maestra no creía, ya iban tres cuadros que le rechazaba, decía que ella quería su esencia, su vigor, energía y su talento y por eso sus pocas horas sin dormir y se lo decían las bolsas debajo de sus ojos.

Camino por la calle distraídamente cuando de pronto una loca idea cruzo por su cabecita loca al atravesar un callejón oscuro y solitario.

Los primeros copos de nieve comenzaban a caer, haría más frio pronto, chasqueo la lengua, era buena idea, lo único malo de lo que se exponía era que lo golpearan por el poco dinero en su bolsillo, no más que eso, camino de reversa volviendo a mirar el oscuro callejón.

¡Dios ampárame! Estaba completa y absolutamente loco, pero solo así se aseguraba de llegar más temprano a su acogedora cama calientita, cortaba camino por los callejones entre las calles.

Acomodo y distribuyo el peso del lienzo en blanco en su hombro, -lo necesitaba para comenzar una nueva pintura en casa metiendo las manos enguantadas, -que aun estando enfundadas estaban frías- en los bolcillos de su abrigo y bajando la cabeza sumisamente, tal vez así pasaría desapercibido por los matones.

(.....)

Suspiro lleno de alivio cuando se hayo en la mejor zona de la ciudad, podía relajarse en este punto, nada sucedía en este núcleo urbano, estaba mejor resguardada que cualquiera, su apartamento estaba del otro lado, solo tres o cuatro cuadras más.

Se detuvo de golpe al escuchar un leve gemido proveniente de la parte trasera de unos contenedores de basura.

Su naturaleza fisgona y divertida lo impulsaba a llegar a ver, pero su lado racional era todo lo contrario.

Al final su lado travieso logro la partida, -siempre ganaba- se acercó cautamente, logrando ver una larga rubia cabellera sobre salir del contenedor.

Pero lo que lo dejo en shock no fue la belleza de la mujer, mucho menos el apuesto hombre que la sostenía media desnuda, no, ¡eran los afilados colmillos a punto de encajarse en la tierna piel del cuello de la dama! lo que lo sorprendió, lo que lo dejo en estado de jaque.

La cosa más dulce⌠YoriTan⌡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora