Capítulo 006:

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Tanjiro despertó con el sentimiento del peso de los labios de alguien sobre su frente – era un sentimiento agradable-, al ver de quien se trataba con los ojos soñolientos, Yoichi, quien estiro su mano hasta acariciar suavemente con los nudillos su mejilla.

— Buenos días — susurro con aires placenteros.

Tanjiro ensancho una sonrisa brillante — Buenos días— se estiro como un gatito- nunca había dormido tan bien en su vida-

Con ayuda de Yoichi pudo sentarse en la orilla de la cama – su vientre estaba mucho más grande que la noche anterior-

— Necesito ir al baño, el bebé está presionando mi vejiga — otra vez con la ayuda de Yoichi se puso de pie, -en este punto no podía ni verse los pies porque el vientre se lo impedía, estaban seguros que pronto nacería-

Tanjiro camino con pasos patosos hacia la puerta del baño, con el vampiro siguiéndole de cerca.

— Por mucho que te ame, hay cosas que debería hacer solo— detuvo su andar con la mano en el pecho del vampiro.

—Pero... — Tanjiro negó, Yoichi suspiro, dejando entrar solo a su compañero en el baño, pero seguía pensando en todo lo malo que Tanjiro pudiera pasarle, podría caerse o resbalar, o peor aún vomitar sin ayuda de nadie o entrar en labor de parto.

Cuando escucho el agua correr, suspiro lleno de alivio, transcurrieron otros cinco minutos que parecieron una eternidad, Tanjiro salió, ahora se veía fresco y bien descansado, lleno de júbilo, lo que era normal a su edad.

Tanjiro le sonrió – le encantaba como le sonreía- ubicándose delante del vampiro, se tuvo que colocar en la punta de los pies para poder alcanzar la boca de Yoichi.

Lo beso castamente, sabia a dentífrico y a miel, seguro el pequeño humano había utilizado en enjuague del baño, - tenía que tomar nota de lo que necesitaba su compañero en un futuro-

(....)

Yoichi lo siguió hasta un balcón amplio y hermoso con la vista a los jardines de la enorme casa, --también hermosos- difícilmente y pudo observar nos personas en las sillas de campo, enfrente de una pequeña amplia mesa redonda.

— ¡Oh por Dios! ¡Mira eso! — la señora, -porque para él era una señora, no importaba lo joven que se veía-, se levantó de su asiento como un torbellino – era bastante energética- y sus cálidas manos tocaron los lados del vientre abultado de Tanjiro.

— Tanjiro ella es mi madre— la elegante y bella señora lo miro maternalmente, así como su madre.

— No agobies al pobre muchacho — un galante hombre –joven también- bajo el periódico que leía, para reprender a su mujer.

— Él es mi padre — el hombre le regalo una sonrisa.

Tanjiro por fin comprendió de donde venia el encanto de Yoichi, aunque se parecía más al padre que su madre en sí.

— Ven siéntate — la elegante mujer tomo fuertemente su mano, para guiarlo hasta un asiento vacío, Tanjiro no comprendido como es que estaban en un desayunador si ellos no podían comer.

— Oh chico hasta acá escucho tus pensamientos, aunque popularmente los vampiros no deberíamos tomar sol, nos gusta, hace frio y hoy hace una cálida mañana, pero tu si vas a tomar el desayuno —el padre era un huraño eso no cabía dudas.

Un hombre estirazado – lo decía por el traje pulcramente planchado que portaba- y bello, porque era verdaderamente bello, joven también, le entrego un plato de deliciosos hot cake con miel, fresas y moras azules.

La cosa más dulce⌠YoriTan⌡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora