Pov Toni
Desperté nuevamente en los reconfortables brazos de Hai bostezando, al momento recordé lo de anoche y me sonrojé levemente.
Traté de levantarme con cuidado pero en el momento en el que me puse de pie solté un quejido y me caí al suelo.
—¿¡Pasa algo!? ¿¡Poni!? —preguntó Hai levantándose alterado, al verme en el suelo se puso los bóxers y me ayudó a levantarme.
—Esto me lo has hecho tú joputa... —me quejé sobándome la cadera, él rió levemente— Déjame algo de ropa anda.
Él se dirigió a su armario y me dejó unos pantalones con una blusa, me los puse y esperé a que saliera de ducharse para ser yo el siguiente.
Aún teniendo que caminar con su ayuda pude llegar al baño apoyándome en el lavabo.
—¿Estás "segulo" de que no necesitas que te ayude a "bañalte"? —preguntó, yo me puse rojo y nervioso.
—N-No, e-estoy bien —dije apartando la mirada avergonzado, él rió y salió del baño cerrando la puerta.
Terminé de asearme y aún con dolor de caderas y piernas bajé las escaleras como pude ya que estaban ya todos reunidos allí abajo.
—Pues yo propongo que hagamos una fiesta —dijo Jose, yo me serví un café y puse al lado de los demás.
—Pero Jose no ves que estamos aquí para pasar desapercibidos y que una fiesta no es la mejor manera —le repliqué.
—Pues yo no lo veo mala idea, podemos "invital" a algunos mafiosos y bandas de la ciudad y "hablal" de negocios —añadió Hai dándole la razón a Jose.
Después de un largo debate quedamos en hacer la fiesta a las nueve en esta misma casa, Hai buscaría a los invitados con Félix, Jose e Igor comprarían los alcoholes, comida y bebidas mientras Chanel y yo nos encargaríamos de poner las decoraciones y preparar todo.
Todos salieron quedandos solos Chanel y yo, ella subió a la planta de arriba y al momento bajó con botellas de champán rosa, globos y banderines entre otras decoraciones de fiesta, ¿de dónde cojones había sacado todo eso?
La seguí con la mirada viendo como dejaba todo en la encimera de la cocina.
—¿Me vas a ayudar o no italiano teñido? —inquirió con desprecio, yo rodé los ojos.
—Perdón princesita, ¿te traigo una corona? —dije sarcástico acercándome a ella, vi como bufaba y comenzaba a meter el champán en el refrigerador.
Estuvimos prácticamente toda la tarde preparando la casa y organizando todo, no hacíamos mal equipo pero una cosa no quitaba a la otra y el odio que le tenía a ella y a su familia era indescriptible.
Cuando terminamos eran apenas las 19:56pm. Todavía faltaba bastante para que llegaran los demás, se me ocurrió que podía ser una fiesta con antifaces y así nadie reconocía a nadie, por lo que los mafiosos nunca sabrían nuestros nombres reales. Se lo propuse a Chanel y ella estuvo de acuerdo, llamé a los demás para informarles y les gustó la idea.
Subi a mi habitación y tomé dinero para luego bajar rapidamente.
—¿Adónde vas? —preguntó ella parándose en la puerta.
—Voy a comprar un antifaz —respondí secamente, ella subió corriendo y volvió con un monedero en la mano.
—Voy contigo, quiero comprarme un vestido —yo asentí y cerré la puerta, conduje hasta un centro comercial y allí nos separamos.
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¿Solo un Sugar daddy? ||| HANI
RomanceDos hermanos italianos que llegan a una ciudad. Un asiático grosero y arrogante que no se fia ni de su sombra. Un abogado ambicioso y pervertido. ¿Qué más se puede pedir para que explote el caos?