Dinastia: Los Leones Del Desierto...

Savaşın yankıları.

Su único objetivo era seguir y cumplir las ordenes de su Sha, se lo repitió.

Sahara hoy corria a los aposentos de su capitán, una joven de belleza excelsa.

Una habilidad marcial que dejaba a muchos adultos o niños en vergüenza.

Y con un porte tanto grandilocuente como altivo, asi era ella.

La joven de hoy de 16 años, era una huérfana de guerra, una de esas que se acumulan en los conflictos donde pueblos, ciudades o poblaciones enteras eran masacrados, hasta que solamente quedaban un puñado, hombres o mujeres repartidos como simples esclavos.

Un camino usual para los cientos de huérfanos seria entre terminar acogida en una familia cercana que no tenia, una familia lejana que tampoco tenia, y también estaba la posibilidad de la prostitución, pero esa era demasiado temprano para una niña tan joven, hasta los proxenetas mantenían estatus de cuando joven podría ser una chica ideal para esos deberes.

Eso claro cuando tenia 6 o 7 años, si la vieran hoy esos hombres o mujeres que le sacaron de esos establecimientos la pondrían hoy como sus mas caras mujeres,pero en esa época era una flacucha, hasta lo huesos y apestaba a mierd*, y su única opción en la vida era ser una simple pordiosera hasta que se volviera en una mujer y poder unirse en los sagrados rituales de las diosas del amor.

Su suerte llego una tarde cuando había recibido muchas monedas de parte de algún buen samaritano, fue rodeado por otros niños de la calle que intentaron robarle pero ella se defendió con con uñas y dientes antes de tener a 6 mocosos en el piso.

A pesar de tener una tierna edad y le gano a niños mayores, estaban ahí en el suelo,ella era cruel,salvaje y brutal, la calle la crio de esa manera.

Podria sentirse cansada, adolorida, había recibido golpes, sangre de su boca y su nariz salía, de un lado por los golpes del otro porque ella había cerrado muy duro su boca a sus enemigos y ahora ellos estaban con mordeduras en los brazos.

Un pequeño ruido le hizo girar ante el temor de mas enemigos, mientras tomaba su pequeña bolsa con mucha fuerza.

Fue el hombre aquel que le había dado tantas de esas monedas que le causaron problemas se acerco con un paso lento y confiado, ella le miro bajando la guardia.

-Mi nombre es el reclutador-dijo el hombre-viajo por todo el Imperio buscando futuros miembros para la guardia real- se agacho a la altura de esa niña-siempre reparto muchas monedas generosamente en busca de aquellos niños que sean poderosos guerreros- le tomo del hombro-y tu eres como una hermosa piedra y yo el joyero, si me sigues te puliré hasta que no haya adorno más perfecto sobre esta tierra-

Ella se quedo callada mirándolo, no podría entender muchas cosas.

-Abra comida- esa era su única preocupación

El hombre solo se rio, algunos niños rápidamente se emocionaban con la idea de ser parte de la guardia real, normalmente con las niñas usaba un estilo mas exquisito en imágenes pero la niña solo pensaba en comida.

-Habra tanta hasta que te hasties-

-Entonces si voy-dijo la niña que estaba acostumbrada a la crueldad de otros niños y la indiferencia de los adultos, para su suerte ese hombre era lo que decía, no como en otros lados donde niños o niñas desaparecían.

Fue llevada con una docena de niños y otra chica, por un viaje de varios días y semans, antes de llegar a un lugar en el desierto.

Era un oasis, donde alrededor habian creado un campamento, que contenia barracas, muchas zonas de entrenamiento, había grupos de niños peleando con armas y otros peleando con los puños desnudos, le señalaron una casa donde tenían comida, una cama, ella se lanzo a dormir perdidamente, hasta que comenzaran sus lecciones al dia siguiente.