Me arrepiento.

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Abrí mis ojos y me encontraba en mi jardín, Ismael salió por la puerta del salón, venía a paso rápido y  tenía cara de preocupación.

-¿Te encuentras mejor?-

-Sí..supongo-sentí una punzada en mis sienes- ¿qué ha pasado?-

-Mmm, estabamos hablando y de repente te mareaste y te desmayaste y fuí a pedir ayuda. ¿Has comido?-

-¿Qué hora es?- dije evitando el tema-

-Son las 6 de la tarde, responde ¿has comido?- no quería reponder a esa pregunta-

-¿Podemos pasar dentro? Tengo sed, quiero beber agua.- este frunció el ceño y se acercó a mi, me rodeó con sus brazos y yo apoyé mi cabeza en su hombro, se estaba genial en sus brazos..

Últimamente estoy muy confundida no sé que siento hacía él..

Abrí mis ojos, había sido un sueño. Un maldito sueño. Tenía a mi hermana enrrollada en la pierna como un mono. Con mucho cuidado fuí quitando sus brazos y después sus piernecitas. Miré el reloj y eran las 09:17am, bajé a la cocina y estaba mi madre con una sonrisa radiante, joder me encantaba verla feliz.

-Buenos días mami- le saludé con un tierno beso en la mejilla-

-Buenos días cariño,¿y tu hermana?-

-Sigue durmiendo, no la quise despertar.- oh mi dios, estaba haciendo tortitas, y mi madre solo hace tortitas cuando está realmente feliz.

-¿Por qué estás tan feliz?-

-Viene tu tío Hugo a pasar una temporada con nosotros, hace mucho tiempo que no le vemos y estoy feliz porque quiero mucho a mi hermano y no me hace bien tenerlo lejos.. -en parte lo entendia porque yo a mi hermana la echaria de menos si vivieramos en ciudades distintas, aunque ella tenga solo 6 años, es muy madura para esa edad- y bueno tenemos que ir a la estación por él. Despierta a Maria y vestios, bajais a desayunar y nos vamos.

Subí y fui a mi habitación a vestirme yo primero porque luego tendría que ayudar a María a vestirla. Cogí unos jeans negros, una sudadera de color gris y mis vans negras. Mi pelo lo dejé suelto y sin rizar ni alisar, a lo natural. Nunca me maquillo porque odio sentir la pesadez de la pintura. Sí lo sé, soy rara.

Ya había terminado y fui a la habitación de mi hermana a despertarla. Estaba en su cama echa un ovillo. Tenia una tierna sonrisa. Moví su hombro y le susurré su nombre. ¡Estaba haciendose la dormida! Se puso a reir como loca y empezó a saltar en la cama.

-Maria..-no me hacía caso- ¡Maria! -esta paró- Que tenemos que bajar a desayunar que viene el tío Hugo y tenermos que recogerle en la estación.

Corriendo abrió su armario y sacó un vestido azul muy bonito, unas medias de color blanco y unos zapatos. Se vistió sola porque no quiso mi ayuda, dice que ya es mayor que va a cumplir 7 años pronto. Todavía no se que comprarle y su cumpleaños está a la vuelta de la esquina.

-¡NIÑAS, RÁPIDO! ¡SI NO LLEGAREMOS TARDE! -gritó mi madre-

-¡YA VAMOS!-gritamos nosotras al unísono-

Maria me lanzó una mirada que para nosotras significaba que quien llegara antes abajo ganaba y la otra debía comprarle un chicle a la otra. Y ahora pensareis 'dejale ganar que es una niña' pues lo que no sabeis es que una vez me empujó al baño y me cerró a la puerta en las narices, otra me agarro del pie y me tiró al suelo.. etc. Mi dignidad está por los suelo, bueno ¿qué digo? A mi no me queda dignidad. Estabamos corriendo por los pasillos y Maria subió a la barandilla de la escalera y se deslizó hasta abajo. Otra vez he perdido..

Triste y cruda realidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora