Wang Yibo...

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-- ¡¿Que hiciste que?! -- Grito histérico Yibo aventando un florero contra la puerta.

-- El no era bueno para ti -- Intento explicar pero no pudo hablar mucho, pues tuvo que huir del vaso de vidrio que había abandonado la mano de Yibo, haciéndose añicos en la parte de la pared donde hasta hace unos segundos el mánager del joven estaba.

-- ¡¿No era bueno?! ¡Te tengo noticias querido amigo! ¡El fue, es y siempre será lo mejor que me ha pasado en la vida! -- Grito aventando todo lo que había en el altillo, dejando que todo se estrellara con el suelo.

Y le hubiera seguido reclamando y aventandole cosas si no fuera por una llamada que entró en el celular que cabe resaltar apenas hace unos segundos su mánager le había entregado.

-- Yibo... Tienes que venir... Se que no puedes estar cerca de el pero... Pero te necesita -- Se escuchaba una voz masculina, completamente alterada, aún que también aliviado, se había arriesgado demaciado al marcar ese numero.

-- Señor... Señor ¿Que ocurre? -- Pregunto cambiando el sentimiento de rabia por uno de miedo y preocupación.

-- Es Xiao Zhan... Vamos al hospital tienes que venir porfavor -- Pidió el hombre mirando al chico en la camilla de la ambulancia.

Yibo dejó caer su celular completamente en shock, no, eso no podía ser verdad, tenía que ser una maldita broma ¿Por qué? ¿Por qué iban al hospital? ¿Por qué Xiao Zhan? Mil preguntas se formaron en su mente mirando fijamente la puerta, sin importarle nada finalmente agarro su teléfono y corrió hasta ella siendo detenido por su mánager.

-- No puedo permitir esto, el es malo para tu carrera, entiendelo -- Le dijo mirandolo a los ojos, el jamás había visto esa mirada en el chico y no podía mentir, temía por ello - No estas pensando con claridad.

-- Nunca había pensado con más claridad que ahora, estoy pensando en lo que es más importante para mí -- Le soltó antes de quitar su mano y salir corriendo del departamento ignorando por completo los llamados de su mánager.

.

-- ¡¡Wei Ying!! --

-- ¡¡Mamá!! --

Escuchaba los susurros demaciado cerca ¿Wei Ying? ¿Por qué lo llamaban de esa forma? Una mejor pregunta era ¿Por qué aún escuchaba voces? ¿No se supone que finalmente había muerto?.

-- ¡Wei Ying! ¡Por favor! ¡No me dejes! -- Los susurros lentamente comenzaban a convertirse en gritos, cada vez escuchaba más claro, las sensaciones eran mas concretas.

-- ¡Mamá! -- ¿Mamá? ¿Quien lo llamaba así? ¿Que estaba pasando? Con un gran esfuerzo abrio lentamente los ojos encontrándose con un rostro completamente lleno de dolor y lágrimas.

-- Bodi -- Susurró impactado, dándose cuenta de su error después de unos momentos, no, ese no era su Bodi.

Miro atento su vestimenta, una tunica Blanca con manchas Rojas que aún estaban húmedas, eran manchas de sangre, levantó la mirada hasta su rostro, sus ojos eran de un dorados brillante, los de Wang Yibo eran de un hermoso color marrón, el no era su Bodi.

-- ¿Lan Zhan? -- Pregunto débil, con la voz entrecortada, con una voz ronca demaciado para el gusto del mencionado quien había fruncido el ceño con evidente preocupación.

Intento voltear a los lados para reconocer el lugar en el que se encontraba, pero una fuerte punzada se dio lugar en su húmedo cuello, levantó la mano para tocarlo, pero por alguna razón su cuerpo estaba cansado, adolorido, casi al ponto de que era incapaz de moverse.

Con dificultad movió su mano por su abdomen arrastrándola hasta llegar a su cuello, pero el esfuerzo que eso conllevaba era demaciado, tanto su mano tuvo que descansar en su pecho, sintiendo en ese lugar un líquido espeso que mojó con facilidad sus dedos enrollando en su lugar el mango de una espada, bueno eso explicaba el por qué no podía moverse, siguió su camino hasta su cuello en donde no hubo una gran diferencia, pues en este se encontraba un corte profundo, era un milagro seguir vivo.

Contigo Siempre Estaré (YiZhan/WangXian)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora