Wei Ying...

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Dos realidades distintas, dos épocas separadas por siglos, pero ambas compartieron la misma tragedia, que hizo que dos almas a temprana edad encontraran su cruel final.

Wei Wuxian un chico alegre, gentil, simpático, un chico que daría todo por su familia, un chico con una sonrisa pintada en la cara ¿Quien iba a pensar que ese chico justo ahora estaría corriendo a los túmulos funerarios? Si, estaba corriendo al lugar en el que se había estado refugiando hace pocos meses con los últimos Wen.

Corría, corría con lagrimas resbalando de sus ojos por sus mejillas, haciéndole ver borroso, logrando que tropezar en ocaciones casi perdiendo el equilibrio, corrió hasta que sus rodillas tocaron el suelo de los túmulos funerarios, más específicamente en la cueva matademonios.

¿Por qué?... ¿Por qué no había podido controlarlo?... ¿Por qué perdió el control? ¡Maldita sea, se supone que tenía que mantenerlo controlado!

Se maldecia mentalmente el joven patriarca manteniéndose encerrado en la cueva mata demonios, desgarrando sus brazos con la ansiedad y la gran impotencia de no haber hecho nada.

Vio a su hermana morir frente a el, vio la mirada de odio que su hermano le había dedicado, y no era para menos, había matado a la única persona que los unía, la única persona en este mundo que merecía ser feliz.

Jin Ling, crecería sin su padre por su culpa y ahora también le había arrebatado a su madre, lloró, dejó que amargas lágrimas se derramaran por sus mejillas, no había protegido a nadie.

No pudo proteger a su familia, no pudo proteger a los Jiang, ellos también habían muerto por su culpa.

Tu los mataste

Por tu culpa están muertos

Eres un asesino

Por ti Jiang Cheng se quedó solo

Tu tienes la culpa de todo

Eres un maldito asesino

-- "Dijiste que podías controlarlo" -- Le había reprochado Jiang Cheng mientras cargaba el cadáver de su hermana mirandolo con odio.

Esas voces, esos pensamientos, esos recuerdos solo hicieron que las marcas en sus brazos crecieran mientras lágrimas amargas salían de sus ojos y gritos de dolor abandonaban su garganta, dolía, jode dolía tanto.

Todo lo que el había hecho era para proteger a su familia, había intentado de todas maneras posibles ayudar a las personas con quien había crecido, había intentado salvar a los inocentes Wen de esa guerra, habia intentado salvar a A-Yuan...

Había dejado atrás a Shijie, habia dejado atrás a Jiang Cheng... Había dejado atrás a Lan Zhan...

El simple pensamiento y la gran culpa creció, había matado a los Jiang, había matado a Shijie, había dejado solo a Jin Ling, no había podido proteger a los Wen, había dejado morir a A-Yuan.

-- ¡¡Eres un maldito asesino!! -- Se repitió apretando con fuerza a Chengqing entre sus manos, miro con odio el sello que había sido creado solo con el fin de acabar con la guerra, apretantolo con fuerza, esa maldita cosa fue quien lo dominó.

Con fuerza golpeó el sello en el suelo, aún sabiendo que no se rompería, con rabia agarro aquella arma entre sus manos apretandola con la poca fuerza que le quedaba, escarbo en la tierra de aquel lugar hasta que sus dedos comenzaron a sangrar, enterrando aquel maldito objeto finalmente fuera del alcance de todos, incluso de el.

-- ¡¡No dejes que nadie lo tenga!! -- Grito como una última orden a los túmulos funerarios.

Lloro con aún más dolor mirando como aquella tierra muerta consumía el sello, después camino hasta su espada, esa que un día su... Hermano... Había llevado a el, la desembaino mirando el filo.

Estaba harto, estaba cansado y el mundo también estaba cansado de el, así que sin pensarlo dos veces la desenvaino acariciando el nombre "Suibian" que estaba marcado en la funda, recordando a Madame Yu y  su tío Jiang haciendo la culpa mucho más grande.

Quería vivir sin arrepentimientos, pero mierda, como se arrepentía de no haber protegido a los Wen, de no cumplir la promesa que le hizo a su hermano, de no haber ido con Lan Zhan... Simplemente, se arrepentía de vivir con esos pensamiento paso el frío y filoso metal por su cuello cortando su garganta y a los segundos la enterró en su pecho, la enterro a tal profundidad que el mago de la espada había tocado su piel, miro el suelo, este se comenzaba a manchar de un tono carmesí debajo de el, formando un charco de la espesa sangre que salía de su cuerpo, levantó la mirada después de unos segundos, miro la oscuridad de los túmulos funerarios.

Miro por última vez aquel lugar en donde había dormido, jugando, comido, hablado, vivido, con los Wen, miro alrededor esperando su muerte, su vista se tornaba borrosa, su respiración se hacía más lenta, por un momento pensó en levantarse pero sus piernas no respondían.

Moriría solo y se lo merecía, no podía quejarse, no tenía permitido llorar, no tenía derecho, pero por un instante lo hizo, lloro por lo que no pudo ser, lloro por quien no pudo proteger, lloro por quien abandonó, lloro, amargas lágrimas por quienes murieron injustamente.

Poco a poco sus ojos se cerraron mirando la entrada esperando que alguien caminara hasta el, al menos a decirle adiós, pero eso no pasó, y el sabía que no pasaría, pero prefería pensar que aún estaba esa posibilidad.

- "¡Mamá!" - Grito alguien desde la entrada, pero el solo pudo ver una pequeña silueta, río amargamente todo lo que su pecho le permitió, no era digno de ser llamado así, no era digno de escuchar a ese pequeño antes de morir.

- "¡Wei Ying!" - Otro grito bastante conocido, sonrio un poco dejando que su cuerpo entero chocara contra el charco carmesí que yacía debajo de el.

Esas voces... No merecía escucharlas, no merecía tener esa sensación de calidez producida por esas voces, simplemente no se lo merecía, pero no pudo evitar sonreír, no pudo evitar curvear sus labios en lo que sería su última sonrisa.

Después de aquello ninguna palabra más sono, por fin, después de tanto sufrimiento cerro los ojos, dejando que el dolor en su cuello y pecho se desvanecerá por completo.

Oscuridad, eso es lo que envolvía al alma de ese joven, sintió como si estuviera flotando, sintió como si estuviera volando, se sintió ligero, por primera vez en mucho tiempo, se sintio tranquilo.

-- ...o... an -- Escucho a alguien decir.

-- ...ao... han -- Intento ignorar el sonido, intento ignorar la luz, intento destrozar su alma, pero había tardado demaciado en hacerlo.

-- ¡Xiao Zhan! -- Abrio los ojos aún mirando borroso, el estómago le dolía, joder, ardía de una manera sumamente dolorosa

-- ¡¡Tienes que vivir Xiao Zhan!! -- Escucho una voz gritar repetidas veces esa frase antes de dejarse consumir de nuevo por aquel lugar oscuro, donde por fin le ahorraría al mundo aquel dolor de verlo en otras vidas.

Uff... Bueno, solo puedo decir que este fanfic lo inicié en Tiktok, pero lo quise complementar aquí, ya que como sabrán hay ciertas restricciones que me impedirían desarrollarla como me gustaría, así que... Espero la disfruten 😇

¡Ah! Pero antes, punto a aclarar, ya que posiblemente hay cambios de sentimientos de un momento a otro, es por la inestabilidad mental de WWX, ya que como sabrán.

Su mente está perturbada y bueno... Tratara temas un poco fuertes, ahora si, me despido y nos leemos en otro capítulo.

Contigo Siempre Estaré (YiZhan/WangXian)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora