Los días siguieron transcurriendo con tranquilidad y los conocimientos de William aumentaron en gran medida, de los hechizos aprendidos solo uno llegó al cien por ciento, este fue Lumos el encantamiento de la iluminación.
Al tener el cien por ciento de comprensión sobre el encantamiento William ahora podría iluminar la punta de su varita con bastante control, dependiendo de la magia empleada en el encantamiento era la exposición de la luz pero el límite máximo es comparable con lumos maxima de cualquier otro mago.
La biblioteca fue prácticamente su segundo hogar, al ser despreciado por sus compañeros de casa no tenía muchos amigos y siguió con su minuciosa búsqueda de aventura.
Fue un martes por la mañana mientras estaba comiendo luego de las clases de la jornada de la mañana cuando por la ventana entraron un grupo de búhos, todos estaban sorprendidos por la cantidad de aves sobre los estudiantes y William era uno de ellos pero su sorpresa creció más cuando noto que él mismo era el objetivo de los búhos.
Varias bolsas fueron puestas en la mesa frente al atónito William cada una de las bolsas tenía una tarjeta lo que dejó al mago más sorprendido, al levantar la tarjeta pudo ver la nota.
Felicidades, fuiste el ganador de la lotería de los duendes
Felicidades, fuiste el ganador de la lotería de los duendes
Felicidades, fuiste el ganador de la lotería de los duendes
Todas las cartas eran felicitaciones por haber ganado la lotería, William esperaba ganar pero más que nada esperaba tener que ir a retirar los premios por si mismo, las cartas ademas solo tenian una frase la cual presumiblemente estaba escrita con cierto desagrado, los duendes odiaban entregar su dinero y ahora mismo William gano bastante o eso se podía ver desde las bolsas.
William abrió una de las bolsas encontrándose con varios galeones de oro, metió la mano y pudo sentir que había varias maneras, volvió a leer la pequeña nota "¡¿diez mil galeones?!" el joven revisó cada una de las tarjetas y todas ellas tenían el mismo mensaje, diecinueve de las veinte bolsas tenían el mensaje de diez mil galeones además las bolsas tienen el espacio necesario para llevar las monedas en su interior.
Ahora que tenía aquella cantidad de dinero en su poder William sentía un peso menos en su espalda, no importaba si su abuelo lo expulsaba del castillo, podría valerse por sí mismo teniendo ese dinero.
William no pudo evitar reír en silencio, muchas de las preocupaciones que sentía ahora no eran nada, podía seguir aprendiendo con tranquilidad, mientras no fuera expulsado de Hogwarts entonces todo estaba bien.
Cuando organizaba las bolsas fue que notó la última, aquella que tenía una nota diferente a las demás, esta no tenía monedas de oro sino un huevo blanco totalmente redondo, William puso el huevo en sus manos ignorante del contenido al interior de este, miro a todos lados y noto que la atención estaba sobre sí mismo por lo que decidió guardarlo nuevamente y salir del comedor, tenía que descubrir el contenido del huevo pero no era lugar ni el momento correcto.
En cuanto William salió del comedor para ir a revisar el huevo y guardar sus ganancias, todos los estudiantes comenzaron a hablar del asunto.
"¿lo viste?" preguntó Ron mirando a Harry a su lado quien asintió con la cabeza "Todas esas eran lechuzas de lotería, mi hermano charlie me habló de eso pero jamás hubo tantos premios juntos"
"¿entonces tiene mucha suerte?" preguntó Harry de forma inocente a lo que Ron solo sacudió su cabeza de forma negativa
"No es posible que tenga tanta suerte, obviamente hizo trampa despues de todo es el hijo de un mago negro"
"Pero salvo a Hermione del troll antes"
"Eso fue solo un error, McGonagall lo dijo ella misma, es imposible que un estudiante mate a un Troll de las montañas y tu mismo lo viste, William estaba sonriendo cuando estaba atacando al Troll con su hechizo, es un mago malvado ambos lo sabemos" Ron se llenaba la boca mientras comentaba sobre lo que había sucedido hace días atrás, ambos estuvieron presentes durante los ataques al troll, antes de que los profesores llegaran al lugar.
"Aun así William salvo a Hermione, ella misma lo dijo"
"No lo entiendes Harry, Hermione solo estaba equivocada, el miedo no le dejó pensar y solo creyó lo que vio" Ron tenía cierto desprecio hacia los magos de sangre pura conservadores entre esos claramente estaban los Rosier, pero Harry que no comprendía mucho sobre el mundo de los magos y siendo el mismo un objeto de abusos, sabía que no todas las personas son como son sus familias.
Hermione que estaba a unos puestos de distancia del dúo solo pudo suspirar impotente, ella sabía muy bien lo que había visto, aquella noche del ataque podía ver a William en el pasillo lejos del Troll, ella lo llamó en voz baja pero sabía que su voz no llegaría hasta el, aun asi William se enfrentó al Troll.
En un principio pensó que William no sabía que ella estaba en el lugar pero al usar el encantamiento wingardium leviosa alejo el Troll permitiendo que ella escapara, era obvio que sabía de su existencia.
Hermione intentó hablar varias veces con William pero este desaparecia rápidamente al terminar las horas de clases y cuando estaba en la biblioteca estaba tan concentrado que era mejor no molestarlo, solo en las comidas estaba en paz pero buscaba los puestos más alejados, ella no podía comprenderlo. William era un mago raro como ningún otro en Hogwarts, los magos son despreocupados e intentar encajar en sus casas pero a William parecía no importarle nada sobre sus compañeros.
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Año 1: Hogwarts, el pequeño mortifago y la piedra filosofal
FanfictionAnte una segunda oportunidad de vida luego de un fallido intento de heroismo, William Rosier debe levantarse como un mago con la entrada a su nueva vida dentro del colegio Hogwarts de magia y hechicería. William Rosier el hijo de uno de los mortifag...