Capitulo 58: El mago y la hidra

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Una vez quitaron todos los escombros William hizo una señal para que Ananá se alejara, no podía dejar que asustara a la hidra, un paso en falso y podría acabar creando otra batalla donde una de las dos partes seria acabada.

La hidra estaba recostada sobre su propio cuerpo, con sus tres largos cuellos enrollados para cubrir las cabezas, tenia heridas en todo el cuerpo, la batalla contra los cazadores de tesoros y el colapso de la pirámide habia hecho su trabajo.

La hidra levanto sus tres cabezas en el momento que sintió la presencia de William, no había manera de que olvidara al pequeño mago que la había atacado.

"Ey" saludo William mientras se acercaba lentamente pero con suma confianza.

La hidra se levanto lentamente, su altura superaba a William ampliamente, solo su cuerpo sin contar el cuello ya media dos metros, si se contaba los cuellos entonces podía alcanzar la altura de cinco metros con facilidad.

Cada una se las cabezas miraba a William mientras mostraban sus alargados colmillos y siseaban con enfado.

William se quedo quieto en el momento que escucho el ruido, si se acercaba mas allá entonces estaría en peligro.

<Tengo que encontrar una manera de enseñarle que no soy peligroso y que no quiero herirlo> William pensó un momento y se dijo a si mismo <¿Qué es lo que haría Newt Scamander en mi situación?>

Lentamente movió su mano hacia su bolsillo derecho donde guardaba su varita, la hidra se engrifó incluso mas que antes y abrió su boca para mostrar sus colmillos mas que antes.

Incluso con la amenaza de la hidra, William no se detuvo y tomo la varita lentamente y pronto la puso en el suelo.

<¿Qué estas haciendo Will?> Ananá que estaba observando todo lo que sucedía apretó con fuerza su varita, si veía que la hidra intentara acabar a su compañero entonces tomaría cartas en el asunto incluso si William se tuviera que enfadar con él. Es el capitán del club de duelo y tiene que tomar decisiones cuando el momento lo amerita.

La hidra observo como William dejaba la varita en el suelo y volvia a su posicion mientras levantaba sus manos lentamente simbolizando que no tenia nada peligroso con él.

"No llevo nada conmigo, no quiero hacerte daño" dijo William con un tono suave, los ojos de la Hidra estaban enfocados en William pero de alguna manera parecian mucho menos aterradores que algunos segundos atras.

Pasaron algunos segundo antes de que William decidiera dar un paso mas para acercarse a la hidra, un paso lento y no muy amplio pero de todas maneras era un paso, se alejaba de su varita y se acercaba a la bestia mágica catalogada en la categoría mas peligrosa de todas.

Ananá a lo lejos apretaba la varita en su mano con fuerza, casi estrangulándola. El miedo de ver a su amigo se herido frente a sus ojos lo tenia nervioso, quería hacer algo pero al mismo tiempo quería confiar en el juicio de William.

Con cada paso que William estaba dando, estaba más cerca de la peligrosa hidra del bosque, más lejos de su varita, mas cerca de una muerta rápida, mas lejos de la seguridad, pero de alguna manera el sentía que tenia que hacer esto para crecer como persona, quedarse siempre en lo seguro no le ayudaría a crecer en este mundo de magia.

Extendió su brazo derecho lentamente con la palma de su mano abierta, siempre hacia el frente, mantenía su brazo izquierdo alzado para no levantar sospechas en la bestia mágica.

La Hidra escondió sus colmillos, ya había notado en su interior que William no tenia intenciones de hacerle daño en este momento, tenia heridas en todo su cuerpo, seria fácil para el dúo de magos acabar con su vida. Durante la batalla anterior la cabeza del centro perdió uno de sus ojos, la cabeza de la izquierda había recibido varias heridas y la cabeza de la derecha tenia quemaduras.

"No... puede ser... verdad" Ananá dijo sorprendido mientras soltaba el firme agarre de su varita. Restregó su mano sobre sus ojos varias veces para confirmar que aquellos que sus ojos estaban viendo no era ninguna clase de ilusión.

William tenia su brazo alzado con su mano derecha extendida y justo en la palma descansaba la cabeza central de la hidra, ambos tanto mago como bestia mágica tenían los ojos cerrados.

Antes de venir a la expedición, William les había hablado a todos los miembros del club de duelo sobre los antecedentes de su familia, de su vida en Hogwarts y sobre la casa en la que lo habían seleccionado, también explico la razón por la que el sobrero seleccionar estaba equivocado.

"William, el sombrero seleccionador no estaba equivocado, hacer lo que estas haciendo en este momento realmente requiere de gran valor, yo creo que realmente eres un Gryffindor" dijo con un tono suave mientras observaba la escena frente a él.

Un estudiante de magia de primer año había logrado domar a una de las bestias mágicas mas peligrosas de todo el mundo mágico.

William busco entre sus cosas, aun tenia bolsas mágicas con hechizos de extensión de espacio que recibió cuando gano el premio de los duendes. Solo hizo falta abrir la bolsa para que la hidra entrara en su interior, allí podría descansar y reponer energía.

"Eso fue increíble, William. Lograste domar a una hidra del bosque, una de las bestias mágicas mas peligrosas de todas"

"Y quizás una de las ultimas de su especie" interrumpió William mientras recogía su varita y procedía a asegurar la bolsa con la hidra en su cintura "Necesito que la existencia de esta hidra sea un secreto, por lo menos hasta cuando regrese a Hogwarts"

"Claro, no hay problema"

"Vamos, aun tenemos que sacar al club de duelo y confirmar la muerte de todos los enemigos"

Año 1: Hogwarts, el pequeño mortifago y la piedra filosofalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora