Capítulo I: Colter (3)

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Unos días despues...

"Han sido unas semanas muy malas, pero... Dutch, como de costumbre, está haciendo planes y, como de costumbre, esos planes implican atracos y sueños"-escribió Arthur en su cuaderno.

La tormenta había desaparecido, y el buen tiempo alegraba a la banda de Van der Linde. John Marston, se encontraba recuperándose tumbado en una tabla de madera, al lado suyo, el reverendo Swanson se encontraba sentado.

-Creí que le estaba dando la extremaunción, y ahora veo que lo está iniciando en su otra pasión-dijo Arthur entrando en la cabaña.

-Le ruego que me muestre un poco de respeto, señor Morgan-le contestó Swanson levantandose de su silla.

-Por supuesto, reverendo-le dijo con sarcasmo mientras el reverendo salía de la cabaña-¿Aún sigues entre nosotros?-le preguntó a John acercándose a su camilla.

-Estoy en deuda contigo, Arthur.

John Marston era, junto a Arthur, el más confiado para Dutch Van der Linde. Y también de los primeros en unirse a la banda, cuando solo estaban Dutch, Hosea y Arthur. Arthur le quería mucho, pero más de una vez John dejó a la banda plantada cuando estos le necesitaban. Era como un segundo hijo para Dutch, y Dutch era como un padre para él. Tiene un hijo verdadero, Jack, fruto del amor con la joven Abigail.

-Ya arreglaremos las cuentas-mientras se sentaba en la silla-Pero por ahora, descansa.

-Arthur-le llamó Dutch entrando en la cabaña-Vamos a perder el tren.

-¿Quieres que vaya?-preguntó John Marston intentado moverse.

-Por supuesto, pero... Mira cómo estás-le respondió el líder.

-Siempre he sido así de feo, Dutch, No es más que un rasguño-dijo levantándose de la tabla.

-Descansa, hijo-le contestó Arthur empujándolo para que se tumbara.

En ese momento, Abigail entró en la cabaña diciendo que su hijo lo quería ver. Jack, asustado, se acercó a su padre.

-Bueno, ya me ha visto. O lo que queda de mí. ¿Y tú?

-Supongo que esperaba ver un cadáver-dijo Abigail enfadada.

-Tú espera... y tendrás cadáveres de sobra-le contestó John sonriendo.

-Eres un hombre podrido, John Marston.

-Es un impresentable, Abigail. Todos lo sabemos-entró Dutch en la conversación.

Dutch y Arthur salieron de la cabaña y reunieron a los miembros de la banda para organizar el asalto al tres. A Arthur no le gustaba la idea, pero siempre quiso seguir las ideas de Dutch. En situaciones así, Arthur esperaba a Hosea para convencer a Dutch de no hacer cosas sin pensar.

-Bill, adelántate y coloca la carga en el depósito de agua de aquí, justo antes del túnel-ordenó Dutch.

-Claro, sin problema. ¿Por qué vamos a hacer esto? Está escampando, Dutch. Podríamos irnos. Creí que ibamos a ocultarnos un tiempo-protestó Hosea mientras los veía montar en los caballos.

-¿Qué quieres de mí, Hosea?

-Lo único que quiero es que no muera más gente, Dutch.

-Estamos vivos, Hosea. Estamos vivos... Mírame. Estamos vivos, incluso tú-le contestó-Pero necesitamos dinero, todo lo que necesitamos está en Blackwater. ¿Te apetece volver allí?

-No... Mira, Dutch, no intento desacreditarte. Es solo que... que quería seguir con el plan, que era ocultarnos un tiempo y luego volver al oeste. Ahora, de repente, estamos asaltando un tren.

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