Capítulo II: Mirador de la Herradura (5)

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Tras recuperar al joven Sean MacGuire y de disfrutar con el joven Lenny Summers, Arthur llegó al campamento cansado y con ganas de tumbarse a observar el cielo.

-Señor Morgan-escuchó a sus espaldas.

-Señora Grimshaw-le saludó.

-Señor Morgan, Mary-Beth ha encontrado una carta con su nombre, lo he dejado allí, en su tienda-le explicó la mujer.

-Vaya... Gracias, Señora Grimshaw.

Arthur, sorprendido por la carta, se dirigió a su tienda y cogió el folio que se encontraba encima de la mesa. Se sentó en el colchón y empezó a leer detalladamente:

Querido Arthur:

He escrito esta carta cien veces o más y no consigo dar con el tono adecuado. Soy yo. Sabes que soy yo por la fea letra que tengo, pero que a ti te encanta. Sé que la última vez que hablamos dije que me iría para casarme y que no volveríamos a hablar. Sé que dije muchas cosas, y supongo que las dije en serio en ese momento, pero ahora no soy tan orgullosa como para dejar de hablar a la gente a la que le importo, o a la que le importaba.

La semana pasada fui a Valentine para quedarme un par de meses. He tenido mala suerte y... bueno, es una historia larga y poco interesante, pero aquí estoy por ahora. Vi a dos de las chicas (o cualquiera que sea el término educado para referirse a ellas) que iban contigo y tus compañeros en la ciudad, y oí hablar de un hombre que parecías tú. Me encantaría volver a verte, si pudieras dedicarme un poco de tu tiempo. Alquilo una habitación en la granja Chadwick, al norte de Valentine.

Siempre tuya,

Mary Linton

Al terminar de leer la carta, Arthur lo dejó encima del colchón y se quedó varios segundos mirando a la nada, pensando en cómo podía aparecer la mujer de su vida en un momento tan malo como aquel. Mary y Arthur siempre estuvieron enamorados, desde jóvenes, pero las circunstancias de la manera de vivir de Arthur hicieron que Mary se alejase de él, en busca de una buena vida, tranquila y acogedora. Tras rascarse los ojos y lavarse la cara en un baúl de agua, se dirigió a su caballo para visitar a Mary Linton.

Tras recorrer los campos y la ciudad de Valentine, Arthur llegó a la granja Chadwick, donde antes de tocar la puerta, se colocó bien el abrigo. Tras respirar tres veces, dio tres pequeños golpes en la puerta esperando a que alguien la abriese y se quitó el sombrero de la cabeza, sujetándolo con las dos manos. De repente, una señora apuntando con un revolver abrió la puerta.

-¿Qué?

-Vaya, lo siento, no quería molestarla, señora-dijo Arthur asustado-¿Está la Señora Linton?

-Iré a ver-le respondió la señora sin bajar la pistola.

Cuando la puerta se volvió a abrir, una bella mujer se asomó mirando fijamente a Arthur.

-Hola, Arthur.

-Mary. Yo...-empezó a hablar nervioso.

-He oído que tus amigos y tú andabais por la zona y...

-Muy bien. ¿Dónde... Dónde está? ¿Cómo se llamaba?-preguntó Arthur esperando ver al esposo de Mary.

-Murió. 

-Lamento oír eso.

-Sí, yo también... Yo también. Pasó hace mucho tiempo. De neumonía...

-Mal asunto...-dijo Arthur sin saber como mirar a la mujer de su vida-Entonces... como has enviudado, ahora vienes a buscarme, ¿me equivoco?

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⏰ Última actualización: Aug 03, 2021 ⏰

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