Tras un largo viaje, la banda de Van der Linde estaba en un lugar diferente, una zona verde y fresca. Habían dejado atrás el estado congelado de Ambarino para cruzar a New Hanover, a los campos de The Heartlands concretamente. Tras dejar atrás el frio y el hambre, la banda volvió a sonreír y a tener esperanza.
Cuando Hosea, Arthur y Charles llegaron al nuevo campamento, vieron que la Señora Grimshaw y Pearson habían empezado con el trabajo, colocando las tiendas de cada miembro y convirtiendo aquel lugar en hogar. Dutch Van der Linde los esperaba con alegría.
-No te equivocabas, Hosea. Este lugar es perfecto.
-Eso espero-dijo el viejo Hosea bajando del carruaje.
-Caballeros, hemos sobrevivido. Y ahora, ha llegado el momento de prosperar-comentó sentándose en la silla junto a una mesa de madera.
-Arthur y yo estuvimos a punto de prosperar em Blackwater. Andábamos detrás de algo gordo. Pero Micah te encendió con lo del ferry, y aquí estamos-soltó Hosea rememorando el pasado.
-Todos hemos cometido errores alguna vez, Hosea-dijo levantándose y acercándose a Hosea-Todos y cada uno de nosotros. Pero nos he mantenido unidos, vivos, sin sogas al rededor del cuello.
Dutch parecía enfadado, no le había gustado ese comentario de Hosea hablando mal de Micah. Tras terminar de hablar, se fue del sitio donde estaban hablando. Hosea, preocupado, siguió a su viejo amigo para poder aconsejarle.
-Supongo que simplemente estoy preocupado. No me queda mucho tiempo, Dutch. Quiero que la gente esté a salvo antes de irme-decía Hosea andando rápidamente para poder alcanzar a Dutch.
-Yo también-dijo el líder dándose la vuelta.
-Y ahora estamos atascados al este de Grizzlies, sin dinero, y muy lejos de nuestro sueño de territorios vírgenes al oeste-intentó explicarle a su amigo.
-Lo sé, hermano. Pero estamos a salvo. Conseguiremos un poco de dinero aquí, y volveremos a transladarnos. Los rodearemos, iremos al oeste... y en unos meses compraremos tierras-intentó animar Dutch.
-Eso espero...-dijo rendido Hosea mientras Arthur miraba a la nada.
-Mira a tu al rededor. Este mundo tiene sus consuelos-le dijo seriamente a su viejo amigo.
-Caballeros, voy a visitar la ciudad local, y... ya me entendéis... a ver si consigo montar un pequeño negocio-informó Herr Strauss, el contable de la banda.
-Muy bien, Herr Strauss-lo saludó Dutch mientras el matemático se alejaba-Yo prefiero atracar bancos antes que la usura. De alguna manera, lo veo más digno. Ahora, dejad lo que estéis haciendo-alzó la voz-Acercaos. Vamos-se dirigió al centro del campamento, llamando a los demás-Vamos. Venid. Sé que las cosas no han sido fáciles, pero ahora estamos a salvo, y somos demasiado pobres. Así que es hora de ponerse a trabajar-comenzó el discurso con todos los miembros de la banda mirando.
-Todos a trabajar, pero no os metáis en problemas-ordenó Hosea-Recordad: somos trabajadores itinerantes.
-Nos echaron cuando cerraron nuestra fábrica, en el norte. Ahora, id por ahí, a ver qué podéis encontrar. Uncle, reverendo Swanson... se acabaron los pasajeros-Dutch hizo reír a los demás-Es hora de que todos se ganen el sustento.
-Siguiendo un poco el camino se llega a una ciudad. Se llama Valentine. Es una ciudad ganadera. Llena de barro y de zoquetes, si mal no recuerdo. Parece un buen sitio para empezar-informó Hosea.
-Necesitamos comida. Comida de verdad-dijo Pearson, el cocinero-Cada día se encargará uno de buscarla.
-Y recordad-gritó Dutch con una caja fuerte en las manos-de todo lo que encontréis, el campamento se lleva su parte. Sed sensatos.
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Red Dead Redemption II
AdventureAmérica, 1899. El ocaso del Salvaje Oeste ha comenzado y las fuerzas de la ley dan caza a las últimas bandas de forajidos. La banda de Van der Linde, tras un desastroso atraco fallido en la ciudad de Blackwater, se ve obligado a huir. Deberán atraca...