|| Fénix De la oscuridad ||

-Invitaciones-Capitulo 25

Pov's Din:

DIN!!! -grita una voz: Layla-

Me levantó de la cama frotándome los ojos y me pongo alerta, observo para todos lados y al asegurarme de que no hay nadie trato de hablar con ella

Layla? -pregunto preocupado, por mi mente-

Al ella no responderme comienzo a preocuparme

Layla -repito pero no hay respuesta de su parte-

Siento como el pecho comienza a arderme, me levantó la camiseta y hay unas líneas negras marcadas en el

-"Problemas" -pensé

Layla estás bien? -pregunto preocupado-

Pase unos cinco minutos llamándola pero no respondía y el pecho me ardía cada vez más, no tuve más opción que ir en su ayuda

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LAYLA!!! -grite estando a escasos metros de ella-

Estaba echa bolita en una esquina llorando, ¿que es lo que abra visto?

Din? -pregunta ella confundida-

Se me salió una risa al ver su estado, tenía la cara roja y los ojos hinchados, al parecer se había echado rímel y lo tenía esparcido por sus mejillas, sus manos estaban negras de rímel y también temblaban

Si soy yo -dije sonriéndole-

Ella se levantó, se limpió las lágrimas y agarro mis brazos para que no me cayera, solo el tacto hizo que mis ojos se iluminaran y en mi estomago sintiera revueltas de comida, para mi suerte que no lee el pensamiento

¿Qué haces aquí? ¿como llegaste? ¿Como entramos? ¿Que es esto? -pregunto ella ansiosa pero yo solo quería abrazarla y lo hice-

Sus manos abrazaron mi cuello y ella comenzó a llorar, el pecho ya no me ardía en vez de eso sentía que el corazón se me iba a salir de él y una pregunta suya hizo que sintiera miedo:

¿Porque todo el mundo quiere matarme? -no deje de abrazarla y quite una de mis manos de su torso para ponerla en su cabello y consolarla-

No lo sé pequeña, no lo sé -me limite a decir-

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Cuando salimos de su trance a mi se me había olvidado que la tenía en mis piernas, mientras trataba de entrar a su mente y cuando abrí los ojos la vi abrazando a Susan

Intencionalmente puse mis manos en su cintura y leí su pensamiento, estaba nerviosa...

Cuando Susan llamó a James y a un chico de cabello castaño para hablar, yo aproveche para poner a Layla más nerviosa todavía

Me senté y con mi pecho toqué su espalda, pero también con mi entrepierna toqué su trasero y Layla se puso roja, comenzó a pensar un montón de cosas sucias y hasta se preguntaba cuánto medía mi miembro, sonreí y por malicioso me acerqué a su oído y le susurré:

Si los demás pudieran ver lo que piensas te tacharían de sucia -puse otra vez mis manos en su cintura y la acerque más a mi-