Ofelia

24.

Llegó el mes de Marzo y con él la primavera, parece mentira que la nieve se haya derretido y se llevará consigo toda la porquería de mi vida. Lo de Jayden lo tengo asumido, son los riesgos de conocer personas nuevas, me alegra que finalmente este teniendo consecuencias por sus actos, su familia intentó hacer un arreglo con las familias de las chicas pero tras el ataque contra mi persona tanto mi padre como los de las chicas se negaron en rotundo.

Con respecto a Liz, no hice absolutamente nada, no soy del tipo vengativa. En un principio estaba muy enojada, Sol y Beth estaban convencidas que debía destapar su problema con las drogas, pero yo solo pude pensar en todos los años de amistad que compartimos. Tal vez no fue reciproco, tal vez ella no fue sincera conmigo. Pero yo sí y eso, para mí, vale. Ahora bien, no soy vengativa, pero no soy idiota. Tengo todas mis cartas bajo la manga.

Las cosas con Xan no podrían estar mejor. Seguimos compitiendo y pasamos mucho tiempo junto a nuestros amigos, que por suerte se llevan muy bien. Incluso, algunas veces, tengo que soportar a Celina y sus comentarios venenosos. Pero la tolero, no sé porqué lo hago o por cuánto tiempo, pero aun la soporto.

Estoy terminando un trabajo para Análisis Socio Económico, cuando Xander pasa al cuarto, que estaba con la puerta abierta y se acuesta en mi cama.

- ¿Tienes planes para el fin de semana?

- Lo que me propongas- cierro mi computadora y me acuesto a su lado.

- Mi padre y mi hermano están en la ciudad y Jacob está muy entusiasmado por verte.

Me siento de forma brusca en la cama con una enorme sonrisa - ¿Me recuerda?- pregunto incrédula, la única vez que lo vi solo fueron un par de horas en la cena, en casa de sus abuelos.

Xan se levanta y acaricia mi mejilla - No solo te recuerda, está feliz por poder verte...

- ¿Qué quieres hacer?

- No lo sé- levanta sus hombros- había pensado en ir algún parque, luego tal vez por unas hamburguesas...

- ¿Le gustan los peces? Podemos llevarlo al acuario luego.

- Le encantará- Sonríe y me besa.

Es un beso no demasiado tranquilo y con muchas intenciones, se lo devuelvo y reclamo más. SI hay algo que caracteriza mi relación con Xander es el sentirnos constantemente atraídos, algo que nunca antes me había pasado, es un fuego constante. Son esas ganas locas de tocarnos, besarnos y hacernos el amor, no importa el lugar o el horario.

- ¡Ya cerdos! - Exclama Beth- al menos cierren la puerta - Nosotros nos reímos y ella no nos mira- vamos a tener que pensar un código como una tanga colgando del picaporte.

- No exageres, solo nos besábamos- Xan le tira una almohada.

- Además, yo las he encontrado en situaciones mucho más comprometidas.