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XANDER:

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XANDER:

Es nuestra primera noche en Londres. Ofelia está agotada pero, como cada noche después de recuperar sus recuerdos, le cuesta dormir. Está apoyada en mi pecho y eso me encanta, me deja aspirar su aroma. Ella siempre huele bien, una mezcla dulce de coco y lima, no es una fragancia extravagante ni demasiado cara, pero es su colonia favorita y, admito que también es la mía.

Sus dedos acarician mi abdomen de arriba hacia abajo provocándome algunas cosquillas en el camino. Mientras me concentro en sus movimientos y en el dulce aroma de su cabello pienso en lo poco que hemos hablado del tema desde aquella sesión con la doctora Smith.

— ¿Algún día me contaras sobre tus recuerdos?— pregunto subiendo mis caricias por su brazo.

Ella sonrió, lo sé por el leve aire que suelta por las fosas nasales — Lo hare, te lo prometo —deja un beso en mi pecho — ¿Puede ser en otro momento?

— No pienso moverme de tu lado Ofelia— le respondo abrazándola con más fuerza— tienes todo el tiempo del mundo.

— Gracias— susurra y noto como su cuerpo se relaja cuando cae perdida en el sueño.

Pasaron unos cuarenta minutos y no tengo ni un poco de sueño. A mi también me cuesta dormir un poco desde aquella sesión, fue como estar dentro de una película de terror, la impotencia de ver a Ofelia horrorizada y no poder ayudarla. Se muy poco de lo que paso en su infancia, lo que escuche en esa sesión y lo que me conto Byron. Pero de boca de Ofelia no sé nada, creo que siente vergüenza o teme que me aleje.

— Si entendieras cuanto te metiste en mi alma Ofelia— susurro dejando un beso en su cabello.

Me libero despacio del agarre de mi novia y la dejo dormida en la cama.

Salgo de la habitación y camino hacia la sala, pero en el camino veo la luz de la oficina de Byron encendida. Con el tiempo nosotros fuimos limando asperezas y, poco a poco, la amistad que tenían con mi padre se fue recomponiendo. No creo que vuelva a ser lo que fue pero sé que hablan de vez en cuando.

Golpeo despacio, no quiero despertarlo si es que está dormido.

— Pasa Xander— anuncia con voz cansada — ¿Otra noche sin dormir?— pregunta en cuanto paso a su pequeño despacho.

— Si ¿Qué haces?— pregunto viendo la cantidad de papeles desparramados en su escritorio— Claudia se enojará si te ve trabajando...— ambos sonreímos cansados.

— Siéntate— señala a silla frente a su escritorio mientras se sujeta la cabeza con ambas manos y suspira.

Levanta la mirada, sirve su vaso con whisky y llena otro que me ofrece.

— ¿Sigues buscándola?— pregunto mirando los papeles en la mesa y una carpeta cerrada.

Desde que Madison Harris firmo los papeles de venta de la casa está obsesionado con encontrarla, aunque Ofelia prefiere dejarlo así, él no se resigna y quiere hacerle pagar todo lo que lastimo a su hija... y yo quiero lo mismo. No creo ser una persona vengativa, pero esa mujer merece mucho más que estar tras las rejas.

OfeliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora