🥀💕I hate this love!💕🥀 [Hyunmin/Seungjin]

05

Las lágrimas del pelinegro comenzaron a llenar sus ojos, pero no quería llorar, no otra vez, mucho menos después de haber llorado tres veces ante aquel castaño, la primera por algo que él dijo, la segunda cuando apareció en su dormitorio y la tercera podría ser en ese mismo momento.

- Hey, no llores - dijo el más alto con suavidad, soltando sus brazos y sobando sus mejillas, quitando las lágrimas recientes -.

- No me mires - susurró avergonzado, había vuelto a llorar frente a él, frente al chico que tanto despreciaba -.

- No seas crío, no tienes que sentir vergüenza por llorar - susurró comprensivo como respuesta, rodeándolo con sus brazos mientras sobaba su cabello -.

Seungmin estaba cómodo entre los brazos del mayor. Era verdad que aquel chico lo irritaba, pero parecía una persona totalmente diferente cuando él lloraba; toda esa irritación se convertía en amabilidad y comprensión, siempre permitía que lo abrazara y llorara en él, ahora con su tórax descubierto, pero eso no importaba.

- L-Lo siento - se disculpó el menor, limpiando el ahora húmedo hombro del mayor -, no tendría que llorar por estas cosas.

- No te preocupes, avísame si te lastimo o algo, no puedo saber qué sientes.

- Hyunjin, no es eso, yo...

- Déjalo, no es necesario que sigas hablando, mientras más vueltas le des peor será.

El más bajo solo asintió y dejó que se pusiera la prenda restante, para salir del cuarto segundos después.

- Ash, ¿Cómo puedo ser tan dejado con él? Así pensará que me gusta - se quejó consigo mismo, mirando su reflejo en el espejo, lavando su rostro con agua -. Eres idiota, Seungmin, un completo idiota, no puedes simplemente dejar que te trate así, podría usarlo en tu contra en la próxima discusión, esto no puede seguir así.

El chico secó su cara y se recostó en su cama, cubierto con las sábanas, concentrado en tratar de dormir.
Minutos después, su apetito lo desconcertó de sus intentos, cuando sintió la puerta abrirse y a un no muy feliz castaño entrando con una bandeja.

- Hey - saludó -, traje la cena.

- Ow, qué pena que mi padre te haya mandado a traerla para mí - rió con burla y sarcasmo -.

- Oh, puedo quedármela, tu padre no está en casa así que cociné algo para los dos, pero como parece que crees que puedes tratarme como tu criado la comeré yo.

- ¿Qué? Oye, espera, no te vayas.

El menor siguió al más alto hasta la cocina, para situarse junto al mayor, quién solo había dejado la comida en la mesa y había tomado asiento, sin intención de comer.

- Hey, no te pongas así.

- He cedido muy rápido, sabía que el fallo era mío - frotó sus sienes -.

- ¿Ceder? No has cedido a nada, es algo que te sale solo, ¿Ayudas a quiénes lo necesitan?

- Suelo hacerlo - suspiró -, oye, a tí eso no te importa, si no vas a comer vete a dormir, joder.

- Eh, no me hables así, descarado - respondió de mala forma el menor -, solo trataba de ayudar, pero ni siquiera eso, eres peor que una chiche.

- Y tú peor que una persona homosexual, mira que creí que eso era imposible.

- ¡Ja! No vas a encontrar a alguien como yo en la vida, verás cómo te arrepientes y me extrañas.

- No creo que eso pase - rió burlón -, o sea, ¿Te has visto? Pareces un crío de seis años.