✨🌟 Prohibido: Epílogo ✨🌟

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Tres golpes a la puerta me indican que ya se encuentra aquí.

Camino hacia la entrada principal mientras acomodo mi vestido tratando de que quede completamente liso y le doy un último retoque a mi cabello con los dedos tratando de no deshacer el moño alto con el que decidí peinarme para esta ocasión.

Me siento bastante nerviosa en realidad; tropiezo una vez al caminar y me tiemblan mucho las manos al girar la manilla de la puerta, es algo extraño en mí porque no es como si fuera la primera vez que nos encontramos en mi departamento a altas horas de la noche para una cita, igual de alguna forma logro controlarme y puedo abrirle, recibiendo de inmediato el aire frío de la noche en mi rostro combinado con el delicioso olor de su perfume.

Ella no me está mirando como esperaba; en realidad me da la espalda buscando algo con torpeza en su bolso mientras sostiene una ramo de flores a la misma vez.

Escucharla balbuceando palabras incoherentes y notar su distracción al no percibir mi presencia en el pasillo me hace sonreír, porque últimamente después de formalizar nuestra relación y convertirnos en pareja, he llegado a conocer a Mei de una forma que nunca pensé.

Existían tantas cosas que se guardaba y reprimía con tal de proyectar esa imagen de perfección al mundo exterior, que llegué a preguntarme como hacía para sobrellevarlo.
Era algo triste si lo pensabas. Sobre todo porque no fuí del todo consciente sobre lo que ella cargaba consigo.
Pero sé que ahora acabó.

Con cada día que pasamos juntas nuestra relación se fortalece.
Hablamos sobre lo que nos preocupa, sobre lo que nos hace felices e infelices.
Hemos creado un fuerte vínculo y sé que por esa razón ella ya no le ve el sentido ni tiene la necesidad de reprimirse más.
Ahora se siente segura y confiada a mi lado, lo que ha permitido que salgan a flote partes de su verdadera personalidad. Yo también me siento igual, y gracias a ello he logrado presenciar bastantes de sus nuevas facetas, como la de la mujer distraída y olvidadiza que en ocasiones pierde sus llaves o a la que en secreto le fascinan las cosas tiernas y coleccionar osos de peluche.

Sinceramente es algo que me fascina y me emociona.
Es como volverla a conocer, y con cada vez, mi cariño no hace más que aumentar.
Éste precisamente es uno de esos momentos.

—¡Oh! Aquí está. Por un momento creí que... —Al fin se voltea hacia mí, y me mira casi sin pestañear. Esa intensa e indescifrable mirada de sus ojos violetas me sonrojan de inmediato.—...Wow...

—...¿Wow qué? —Le pregunto un poco abochornada. Cambio mi peso de un pie a otro y miro al suelo fingiendo no saber.

Pero sé a lo que se refiere.

Después de todo no siempre uso vestidos cuando estamos juntas ya sea aquí o cuándo salimos, ni mucho menos uno negro que marca a la perfección cada detalle de mi cuerpo.
Pero esta noche es especial, decidí que quería usar algo que llamara completamente su atención y parece que fuí bastante acertiva con mi decisión.

—...Te ves preciosa...—Murmura sin dejar de observarme. Parece bastante desorientada por mi apariencia lo que además del bochorno me hace sentir también bastante orgullosa.
Acomoda las tiras de su bolso sobre su hombro y me entrega el ramo de flores con algo de torpeza.

—Gracias... —Digo al acercar las flores a mi nariz para poder percibir su olor.

Ella no dice nada más. Tan sólo se queda absorta mirándome de los pies a la cabeza como si pensara que soy una especie de visión o algo similar.

Citrus One-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora