Capítulo 08

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Jungkook había ido a casa del omega cada mañana durante toda la semana. No habían vuelto a hablar sobre el tema de llevar al cachorro a Busan, y Jungkook estaba sinceramente preocupado porque solo le quedaba una semana más en Seúl, y sabía que tenía que irse porque su trabajo le esperaba.

Hoy se había despertado muy enfermo, el cambio de clima había hecho efecto en su cuerpo como cada cambio de estación. Se duchó con agua fría porque su cuerpo quemaba, también sentía su nariz congestionada, pero tenía que ir a ver a BaekSeok, había prometido que a pesar de que Taehyung iba a estar en casa todo el día porque era fin de semana iría para ver a su hijo.

El alfa sentía la indiferencia del omega hacia él, y Jungkook tampoco daba pie a alguna manera de mejorar la relación entre ellos. No quería que Taehyung le dijera las razones por las que ya no era un buen alfa para él, ahorrarse ese dolor le beneficiaba para mantenerse en pie, ignorando a su lobo que aullaba queriendo, exigiendo juntarse con su compañero. Jungkook no podía cumplir los deseos de su lobo. No por ahora.

Con su cuerpo aún caliente a pesar de la ducha fría. Salió abrigado subiéndose al auto para dirigirse a casa de Taehyung. El día anterior habia comprado unos juguetes con diferentes formas de comida, y llevaba una gran sandía en el asiento delantero. Taehyung había dicho la primera vez que BaekSeok amaba la sandía.

Su pecho se ponía cálido cuando pensaba en su pequeño cachorro, podía ver la similitud entre ambos, sus ojos, su sonrisa, incluso había notado muchas manías de él en BarkSeok. Por ejemplo, el hecho de que el pequeño se concentraba al mirar al gato dormir, solo sentado, con sus manitos en su regazo y su mirada atenta. Jungkook hacía eso cuando algo le era realmente interesantes. BaekSeok le había reconocido a penas le vió, riendo dulce y estirando sus cortos brazos para que Jungkook lo sostenga.

Cada mañana se encontraba con un BaekSeok con ojos lagrimosos, y pucheros porque era el momento en que se despedía de Taehyung para quedarse a cargo de Hoseok, el tierno omega niñero. Entonces Jungkook lo tomaba en sus brazos meciendo su pequeño cuerpo mientras le susurraba palabras bonitas, su cachorro ronroneaba restregando su nariz en el cuello del alfa. Jungkook deducía que el omega marcaba con su olor al pequeño cada mañana, y el alfa no se privaba de oler ligeramente para obtener un poco también.

El alfa no había ignorado las palabras de Taehyung el último día que discutieron, claro que no, pero por ahora no podía resolver el misterio que Taehyung parecía meter en sus palabras.

Sentía como sus ojos lagrimeaban producto de la fiebre, estacionó el auto fuera de la casa del omega y se dispuso a llegar hasta la puerta con las bolsas de juguetes y frutas.

Taehyung le abrió la puerta, observó sus cejas fruncidas por un momento antes de darse la vuelta y dejarle la puerta abierta. Jungkook suspiró entrando con las bolsas a la casa, caminó hasta la cocina dejándolas en el mesón.

ㅡ Buenos días.

El omega lo miró sobre sus hombros.

ㅡ Hola.

Observó la figura de Taehyung mientras este estaba de espaldas preparando chocolate caliente. De pronto sintió la incomodidad palpable en el aire, luego del saludo no sabía que más decir. Pero optó por saber de su hijo, la casa estaba en completo silencio.

ㅡ ¿Dónde está BaekSeok?.

ㅡ Duerme.

ㅡ ¿Puedo subir?.

Taehyung se encogió de hombros dándole a escoger. Rápidamente se levantó del banco, subió las escaleras cuidando de no hacer mucho ruido para no despertar a BaekSeok.

Lo encontró envuelto en las colchas de la cama durmiendo, sonrió enternecido al ver como el pequeño se aferraba a una camiseta que supuso era del omega. Se acercó hasta sentarse en la cama, Jungkook al ver a su cachorro dormir también le dió sueño, la noche anterior no había dormido lo suficiente debido a la fiebre que tenía.

Pensó que recostarse a su lado para observarlo dormir no le haría daño, así que eso hizo. Se acostó de lado flexionando sus piernas y usando sus manos como almohada para mirar el rostro de su hijo, su cabello negro y un poco largo caía por su frente. Sonrió por lo mucho que se parecían. Entonces miró hacia sus manitos en donde tenía encerrada en un puño la tela de la camiseta de Taehyung.

Tomó el resto de la prenda en sus grandes manos llevándola a su nariz, sentía como su lobo brincaba emocionado dando vueltas, sonrió triste cuando recuerdos llegaron a su mente. Taehyung embarazado vistiendo su ropa, envuelto en su aroma todo el día, Jungkook creyó que las lágrimas que caían por los costados de sus ojos se debían a la fiebre, que en esos momentos era más alta que cuando estaba en la habitación del hotel.

I Still Want You •୨୧• KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora