La muerte veía desde un rincón de la habitación como las discusiones entre Edward y Carlisle iban en aumento, el joven vampiro estaba molesto e irritado porque la regla que tenía el mayor sobre no alimentarse de humanos. Estaba resentido porque pensaba que lo único que el rubio hacía era refrenar su sed. Tiempo después, el vampiro abandonó aquel clan en rebeldía, dejando a una preocupada Esme. Admitía que su trabajo hacía criminales se había disparado, el cobrizo comenzó a alimentarse de la peor escoria que pudieras encontrar en las calles y, de cierta forma, aquello había hecho desaparecer nombres de personas inocentes en los pergaminos que recibía y los había remplazado por los de aquellos asesinos.Más Edward sólo duró cuatro años fuera del clan y pronto, en 1931, regresó arrepentido de sus actos, como un perro con la cola entre las patas. Carlisle no le dijo nada, simplemente se alegró de que estuviera de regreso y lo recibió con los brazos abiertos como si no supiera lo que había estado haciendo.
Pronto marcharon hacia Rochester, Nueva York.
Allí la belleza que aquella familia poseía no fue ignorada por nadie, más como esos tres no solían verse por las calles a menudo, no le dieron mucho importancia. Nadie salvo Rosalie, cuyos celos y envidia la hicieron dudar vagamente sobre si ella era la joven más hermosa de todo el lugar. Pero eso solo duró un par de días, Rosalie continuó su vida de la mano de su mejor amiga, Vera, quien se había casado hace poco y acababa de tener un hijo.
Rosalie era similar a una hermosa escultura griega, de piel pálida y ojos que oscilaban entre el azul y el claro violeta, por no señalar su largo cabello rubio brillante. La joven era el dueño de muchos hombres en el pueblo.
No fue hasta 1933 que conoció a un joven de una buena familia adinerada y meses después se convirtió en la prometida de aquel chico, su nombre era Royce King. Rosalie estaba enamorada, sus celos por su amiga quien tenía todo lo que ella siempre había querido cayeron en picado porque ahora ella tendría su propia familia. Sin embargo la vida nunca es lo que uno cree.
La noche en la que Rosalie murió, la muerte paseaba a su alrededor mientras ella sostenía en brazos a Henry, el hijo de su mejor amiga, y sonreía con ternura hacia el regordete infante pelinegro que le devolvía la sonrisa. La rubia giró su rostro y divisó la tierna imagen de su amiga y su esposo hablar entre susurros y risas a sus espaldas, y allí Rosalie cayó en la cuenta de que su prometido nunca la había mirado o tratado así. Pero eso daba igual, algunas personas no mostraban afecto de la misma forma y Royce, en su caso, siempre le obsequiaba con cualquier cosa hermosa que le recordara a ella.
Rosalie salió del hogar de Vera tarde en la noche, ambos la despidieron en la puerta y ella marchó bajo el frío clima nocturno. Sus zapatos de tacón resonaban contra el suelo pero pronto fueron opacados por las risas y conversaciones de un grupo de hombres, entre los que estaba su prometido, claramente borracho. Royce la llamó y Rosalie ilusa se acercó.
Rosalie fue dejada en mitad de la calle tras haber sido a usada y golpeada para esperar a la muerte.
Dicha entidad la miraba conflictiva, y por primera vez en su eterna vida se dirigió hacia la residencia de los Cullen para cambiar el destino de la joven aunque aquello le costara el perder un alma; Carlisle sintió una fuerte ráfaga de viento abrir las ventanas y dejar entrar la luz de las farolas, el olor a sangre humana y fluidos corporales no tardó en llegar a él. De una carrera ya estaba junto a la casi muerta Rosalie Hale, quien parecía haber visto a un ángel tras reconocer al joven doctor a quien tanta envidia le provocaba su belleza.
El corazón de Rosalie dejó de latir bajo las frías y blancas manos de la muerte, más sus ojos se abrieron mostrando aquel color escarlata que los caracterizaba.
La entidad volvió a las calles terrenales tan sólo un par de meses después y se hizo pasar por la nueva prometida de Royce King, mientras que Rosalie perseguía y torturaba a los amigos de su ex-prometido. Las noticias de que una joven llamada Eider era la nueva prometida de aquella escoria no tardaron en llegar a los oídos del rubio vampiro, y pronto se halló a sí mismo una noche en el jardín trasero de la joven para comprobar si era la misma persona que él recordaba. Y grata fue su sorpresa cuando así fue.
Eider había añadido un aspecto un poco más maduro a su figura humana y ahora lucía que pronto alcanzaría los treinta, más la belleza y tersa piel seguían allí. Carlisle no pudo evitar acercarse aquella noche, la pelinegra lo observó y sus ojos gritaban cuánto había añorado hablar con él, más su rostro inexpresivo y sus guantes de seda seguían en donde siempre.
— No puedes casarte con esa escoria inhumana—había dicho el rubio vampiro cuando estuvieron sentados en la hermosa hamaca de madera situada junto a un árbol. Sus manos sostenían las suyas a través de los guantes y la miraban con desespero, temiendo por la vida de aquella joven que no podía quitarse de la cabeza.
— El matrimonio no es algo de lo que yo pueda decidir—había contestado. Por alguna razón, la sensación de preocupación que el contrario le dedicaba le resultaba agradable, la sensación de protección—, ¿hay algo malo en Royce King?
Carlisle parecía dudar en cómo guiar la conversación:— ¿Conoces a Rosalie Hale?
— ¿La ex-prometida de Royce? ¿La que desapareció?—preguntó con falsa ignorancia.
— No desapareció, Eider—habló el rubio con calma—, Royce y sus amigos la violaron y la dejaron a merced de la noche para morir.
— Oh...
— No quiero que sufras el mismo final—«aunque Rosalie ya se está cobrando su venganza» pensó—, lo mejor es que te alejes de Royce King cuanto antes, Eider.
Los azules ojos se clavaron en los dorados del vampiro, provocando una tierna sonrisa en el varón que causó un ligero mareo en la figura femenina.
— Gracias—le contestó al fin—, me iré del pueblo mañana.
Aquello, aunque demasiado corto para ambos, fue lo suficiente como para que Carlisle quedara más hipnotizado con la chica, y para que el apego de la muerte hacia el vampiro se hiciera más fuerte; El rubio marchó horas después, justo cuando estaba a punto de amanecer y se despidió con un abrazo y un casto beso en la frente de la pelinegra. Eider no supo qué fue aquella sensación de familiaridad que obtuvo al sentir los fríos labios sobre su piel.
Al día siguiente, la noticia de que la prometida de Royce había huido circulaba por toda la ciudad, más la muerte del joven dos semanas después desvió toda la atención de la chica hacia él.
La muerte volvió a ser la entidad de siempre, claramente satisfecha por las pocas horas que tuvo para poder hablar con aquel vampiro pero totalmente confundida por las sensaciones que éste mismo provocaba.
Los Cullen habían marchado hacía Gatlinburg, Tennessee, instalándose cerca de las montañas para ocultarse de los ojos curiosos de los humanos. Más dos años después de haber convertido a Rosalie, la joven haya una figura musculosa que yacía en el suelo tras haber sido maltratado por un oso, salvándose del ataque de puro milagro. Aquel pelinegro ensangrentado le recordó al pequeño Henry, el hijo de Vera, y no tardó ni un segundo en tomarlo entre sus brazos con cuidado y todo el autocontrol que poseía antes de correr kilómetros y kilómetros sólo para suplicarle a Carlisle que lo convirtiera.
— Puedes controlarte a la sangre humana, tenía miedo de que perdiera el control y pudiera matarlo. Conviértelo, por favor—había dicho Rosalie.
Emmett fue convertido tiempo después, pasando a formar parte del clan Cullen, siendo un cuerpo más del que Carlisle se preocupaba y que, de rebote, también lo hacía la muerte.
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DEATH; carlisle cullen
FanfictionEn donde la Muerte desarrolla una especie de apego por el vampiro Carlisle Cullen. (carlisle cullen x female/male oc) (8 capítulos + epílogo) (ambientado desde 1600s hasta los 2000s) (HISTORIA CORTA)