Capítulo 3 Tengo un lugar que cumple con tus condiciones

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Descargo de responsabilidad:

No soy dueño de Mortal Kombat o Sekirei estos pertenecen a sus respectivos dueños y creadores. Esta historia es gratuita y sin animo de lucro por lo que si alguien pago para leerla entonces fue estafado, la escribo porque me gusta y quiero que otros rían o al menos pasen un buen rato cuando lo lean. Nadie está obligado a leerla si no quiere o no le gusta.

Capítulo 3 Tengo un lugar que cumple con tus condiciones

Después de dejar a Karasuba en las puertas del MBI los chicos condujeron hasta la sede del grupo.

En menos de 20 minutos llegamos a la zona norte de la ciudad, el auto se detuvo frente a un enorme edificio, no al nivel del MBI, pero sin duda es el más alto de la zona.

Nada más baje del auto fui recibido por dos largas filas de antiguos amigos y subordinados que se inclinaron en reverencia.

— ¡BIENVENIDO DE VUELTA ANIKI!

*Suspiro* Es por esto que odio venir aquí. Siempre pasa lo mismo.

Más bien ¿de dónde mierda salieron los pétalos de sakura? No hay un maldito árbol de sakura en ningún lugar cerca, más bien, ni siquiera estamos en época de florecimiento.

—Es bueno volver a verlos chicos. Solo estoy de paso, así que vayan a hacer sus cosas y no se preocupen por mí.

— ¡HAI!

Con mis palabras todos los que estaban en la entrada se retiran y la entrada nuevamente queda despejada.

Entre al edificio y mientras me disponía a llamar el elevador oí una voz conocida que me llamó.

— ¡Hanzo-aniki!

El dueño de la voz era un hombre de un poco menos de 2m de altura que se acercaba corriendo a mi ubicación. Cabello negro y de cuerpo musculoso, la posible confianza que creara su rostro sonriente era destruido por una gran cicatriz que atravesaba su ojo derecho llegando hasta su labio inferior.

Ahora que lo pienso no les he dicho como me llamo ¿verdad? Bueno como ya deben haber adivinado me llamo Hanzo. Mi nombre completo es Sahashi Hanzo. Sí, se lo que deben estar pensando. ¡Qué poco falto! ¿Verdad? La verdad fue mamá la que eligió nuestros nombres y debo admitir es que me gusta mi nombre actual.

—Kentaro, ha pasado un tiempo.

El sujeto conocido como Himura Kentaro sonrió torpemente cuando le hablé.

—Ha pasado mucho tiempo Aniki. Es bueno volverte a ver.

Kentaro es uno de mis antiguos compañeros de preparatoria y uno de los fundadores del grupo. Es lo que se conoce como un cerebro de músculo, nunca fue alguien muy destacado en los aspectos intelectuales, ya que siempre se le dio muy mal pensar mucho.

Pero compensaba muy bien eso con su capacidad física, recuerdo que una de sus frases más comunes era: “Les dejo el pensar a ustedes, solo avísenme cuando y donde hay que pelear”

Si bien sus palabras y aspecto lo pueden hacer parecer un desalmado, la verdad Kentaro, es alguien bastante tranquilo, benévolo y paciente. Pero ten cuidado que cuando se enoja es una verdadera máquina de destructora de columnas.

Mientras entramos al elevador y marcamos nuestros respectivos pisos Kentaro me pregunta.

— ¿Qué haces aquí Aniki? ¿Qué no estabas de viaje?

—Llegué hoy, pero sucedieron algunas cosas con el MBI.

— ¿El MBI?

—Sí y antes de que te desenfrenes ya se resolvió tranquila y pacíficamente.

Un Escorpión en Shin TokyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora