Capítulo 9 Rasetsu

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Capítulo 9 Rasetsu

Nos bajamos del bus en la última parada, una zona bastante lejos de la ciudad, pero todavía en el perímetro, una zona que no pertenece ni al Shin Ryuu Gumi ni al MBI. La parada está en la base de una gran montaña boscosa junto a un camino empedrado que se adentra en el bosque.

Después de que terminé de recoger todo y el último de mis alumnos se fue, cerré el dojo por hoy.

Como ya es usual Akitsu está conmigo vigilado a Karasuba que sonríe después de una pelea de entrenamiento conmigo. Hoy es fin de semana, cerré el dojo temprano y aun tengo tiempo ya que no tengo nada que hacer.

Así que decidí hacer una visita que he estado prolongando durante un buen tiempo.

—¿Que hacemos aquí cariño?

Las palabras de Karasuba me hicieron recordar la historia de esta montaña y lo que habita en este lugar.

Mientras caminamos por el camino empedrado le digo.

—Venimos a hacer una visita. Dime Karasuba, a parte del MBI y el Shin Ryuu Gumi ¿qué otra organización hay que tomar en cuenta en Shin Tokyo?

—Uhmm, diría que la compañía “Hiyamakai Enterprise”. También hay uno que otro, pero no son tan importantes.

—Ciertamente en el exterior ese sería el más importante, después de todo el MBI y el Shin Ryuu Gumi no han dejado mucho. En el exterior ciertamente solo existen esos tres, pero, en las sombras existe una organización más Karasuba.

—Oh

Karasuba deja salir una pequeña expresión de asombro y curiosidad.

—Una organización que nació casi al mismo tiempo que el Shin Ryuu Gumi, lo que nos lleva a este lugar…

Detengo mi caminata y me volteo para mirar a mis acompañantes.

—Señoritas, déjenme presentarles a la cuarta y más peligrosa organización…

De repente del cielo empezaron a caer decenas de sombras negras que cargaban con frías y afiladas cuchillas, mientras decenas de láseres rojos cubrieron a Karasuba y Akitsu.

—Los Rasetsu.

. . .

—Maestro ¿era muy necesario el dramatismo?

—Oh, vamos Shougo hasta tú tienes que admitir que fue genial.

Mikadono Shougo, un joven de 20 años, cabello castaño y una compleción bastante definida para su rostro bishonen. El mejor de mis alumnos y segundo al mando de los Rasetsu.

—Hasta yo debo admitir que fue una genial entrada.

Karasuba sonríe alabando mi genialidad.

La verdad no lo planee ni nada, pero cuando sentí la presencia de los chicos les hice unas señas para que no bajaran hasta que lo indicara. Al final ellos mismos pudieron darse cuenta del plan y actuaron en consecuencia.

Ahora mismo estamos atravesando el toori a un templo sintoísta en la base de la montaña. Por supuesto el templo es solo una fachada para la base de los Rasetsu. Mikagono los guía hasta el santuario principal donde entramos y nos paramos frente a una gran estatua de buda.

—Mondai wa nanimonai, nani mo mondaide wanai.

Tras el rezo, la estatua de buda comienza a moverse dejando ver una puerta doble. Las expresiones de las chicas eran bastante divertidas incluso Akitsu que rara vez cambia su semblante mostraba una cara de verdadera curiosidad.

Un Escorpión en Shin TokyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora