Capítulo 5: Fotografías de la falsedad.

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Sostengo el álbum de fotografías que Andrew me dio, paso la mirada por cada una: todas parecen viejas, maltratadas.

—Ahí era nuestra antigua casa—habla señalando una fotografía grupal que deja ver una casa pequeña de fondo, es minúscula al lado de esta.

Una foto en común me atrae, un Brent bebe es cargado por una mujer castaña que no reconozco. No es ni Lilian ni mucho menos Linda.

—Esa es la tía Mary—no recuerdo haber tenido alguna tía aparte de Linda.

—¿Por qué no hay fotografías de Dante?—digo y él sonríe irónico.

—Esta loco, cuando tenía veinte años quemo todas sus fotos—le da vuelta a la página—. Nunca sale de su guarida.

Andrew pasa las páginas y me dice cosas a las cuales no le presto mucha importancia. «¿Cuándo llegará Li?».

—¡¿Qué si vas a ir conmigo?!—la voz alterada de Paul me saca de mis pensamientos, volteo hacia Andrew y este me ve con burla.

—Sí, ¿a dónde?—indagó, Paul me ve y señala hacia la salida con la cabeza.

Caminamos hasta el puente, ¿por qué aquí? Los malditos cocodrilos reposan fuera del agua con el hocico abierto.

—Tyler me dijo que había escuchado a alguien en tu habitación—se apoya en la barda de piedra y suelta:—. Se volverá un caos si se enteran que tienes a alguien ahí.

—¿Qué quieres que haga?—gruñó, su mirada se topa con la mía—. Le prometí que la iba a sacar de aquí.

—Le hubieras prometido una muerte rápida, si ellos la descubren la harán agonizar por días—exclama y escupe al agua—. Buscaré la forma de traer alimentos para ella, no puedes seguir robando la comida de la nevera—sus manos se entrelazan entre sí.

Imitó su posición y veo al cielo.

—Ahora mismo está pegada a la ventana—gruñe, volteo hacia allá y sin duda está ella ahí.

—No puedo dejarla encarcelada en ese diminuto lugar—expongo, aparte es oscuro y sofocante.

—Es eso o morir—afirma, suspira y traga saliva—. Por la media noche dejare unas cosas en la puerta. Y prepárate que mañana llega Dariel y Cora—cuando escucho ese nombre dejó de respirar, siento como un nudo el la garganta me impide pasar saliva.

«Él no puede estar vivo, no después de aquello».

—¿Cuándo llegará Lilian?—digo en un hilo de voz.

—Lilian y Linda están muertas—dice, lo miro con preocupación—. La que viste allá era Linda—apunta a nuestras espaldas, la mujer que me pidió que terminara con todo era otra persona.

—¿Entonces quién es Li?

—Una bestia, si Lilian era un maldito fenómeno ella es peor—dice y niega con duda—. Lilian, Linda y Lidia eran hermanas: trillizas idénticas.

—¡¿Me estás diciendo que hay otra bestia suelta?!—gruñó, mi voz sale más fuerte de lo que quiero.

—Linda no era una bestia, nunca se metió en este tipo de problemas—su rostro cambia, parece que le duele al mencionar su nombre.

—¿Qué era ella para ti?

—Mi madre, a los siete años fui a vivir con ella—¿A los siete? Él apenas tenía cuatro cuando yo me escape—. Dante llegó un año después.

—¿Dante no creció con Lilian y los otros?—preguntó con sorpresa.

—Solo Andrew, Brent y Tyler estuvieron todo el tiempo con ella. Cora, Maggy, Caroline son hijas de Lidia—expone, guardo silencio un momento para pensar en esa información.

TychoʼsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora