13. ¿No te gusta, Kenchin?

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And when you're close up,
gives me the shivers

—Draken, por favor, sé que lo que te he comentado hace unos días es extraño y explotable en chismorreo —le dijo Mitsuya desde el otro lado de la línea—, y sé que eres débil cuando se trata de Mikey, pero te ruego que no se lo digas a nadie

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—Draken, por favor, sé que lo que te he comentado hace unos días es extraño y explotable en chismorreo —le dijo Mitsuya desde el otro lado de la línea—, y sé que eres débil cuando se trata de Mikey, pero te ruego que no se lo digas a nadie.

—¿A quién carajo crees que le voy a decir?

—No tengo idea, ni me interesa realmente —le respondió—. Pero si Baji se entera, date por muerto.

—No, no, querido Mitsuya —se rio, sosteniendo el teléfono contra su oreja—. Si Baji se entera de este chisme, date por muerto.

—Ya lo sé, por eso te lo ruego.

—No te preocupes —le dijo—. No tengo interés en andar desperdigando tu intimidad por toda la Touman.

Cuando cortó el teléfono y reanudó su paso por los pasillos del burdel para llegar a su motocicleta e ir a ver a Mikey, sintió un aroma familiar que estaba siendo ligeramente corrompido; ni siquiera era un aroma como tal, sino un cosquilleo en su nariz que le alertaba.

Aceleró el paso con agresividad, sin reparar en la gente que pasaba a su lado ni en el llamado de las chicas. Caminó hasta que llegó al final del pasillo, donde visualizó a Mikey a unos metros, con las manos en los bolsillos y la indiferencia maquillándole el rostro.

—Mikey, ¡carajo! —exclamó Draken, apurando el paso más que antes—. ¿Qué haces aquí?

No fue hasta que estuvo a unos escasos metros, que su atención se desvió hacia aquello que corroía el aroma en su nariz; un viejo alfa invadía su espacio. Era aquello mismo lo que Draken temía ver si Mikey aparecía por ahí.

—Pero qué divino te ves, omega —llegó a oír Draken—. ¿Cuánto he de pagar por ti?

—Una patada mía en el medio del culo te sale gratis, hijo de puta —rabió Draken, interponiéndose entre él y Mikey. Dio un paso hacia adelante para chocarle.

—No está marcado —objetó, ladeando su cuerpo para avistar a Mikey detrás de Draken.

—Me importa un carajo —gruñó, frunciendo el ceño. Su voz se agravaba segundo a segundo. Sus feromonas denotando su ira comenzaron a largarse con una violencia implacable—. Atrévete a ponerle una mano encima y te destrozaré la cabeza.

Pese a que el alfa se estaba sintiendo ligeramente amenazado por el aura de Draken, no se echó para atrás. Este último, por su parte, le tomó de la corbata de un tirón y le acercó a él.

—¡Kenny! —exclamaron las chicas, aproximándose a él con celeridad.

Entre tres de ellas palparon las manos de Draken para que soltase al hombre. Sin embargo, ellas se sentían atacadas por las feromonas que había soltado. Le pidieron disculpas al señor por medio de unas cuántas referencias y se colgaron de él para que olvidase el asunto.

Primeras atracciones ||Draken/Mikey||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora