- 𝕮𝖔𝖒𝖎𝖊𝖓𝖟𝖔 -

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El camino a la gloria y a la gracia divina siempre fue mi destino y desde el momento en que nací mi vida estaba planeada.

Ser hijo de Dios era lo mas maravilloso que me habían enseñado, así como el ABC y el 123.

Hoy a mis 26 años, estoy a una noche de convertirme en sacerdote.

Todo mundo en este lugar me mira con amor y respeto, muchos me tratan como si fuera su última esperanza, los feligreses besan mis manos cuando me topan en la calle, las señoras me dan a sus hijos para que los bendiga y les bese la frente, los hombres se acercan a darme una palmada en la espalda para que yo los persigne ya que dicen que eso les mejora el día.

Aún no soy sacerdote y todo el pueblo me llama "Padre Jimin".

Pero todo es una máscara, odio mi vida, odio estar en este lugar, odio el destino que me tocó, odio ser hijo de Dios, el mundo no necesita mas religiones ni gente cegada por la fé, la religión ha causado las peores guerras, millones de muertes de inocentes por creer en un Dios que no es piadoso ni bondadoso como ellos creen, por que simplemente no existe.

Lo único que me mantiene con vida en este lugar son los hombres a los que me propuse salvar, hombres maravillosos, hombres que me dan un poco de felicidad y me hacen olvidar quien soy realmente y por que estoy aquí.

Y justamente quiero dejar plasmado en este papel, la historia de los seis hombres mas maravillosos que he conocido en este infierno.

HominumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora