- 𝕷𝖚𝖓𝖊𝖘 -

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La última misa de lunes era ofrecida por el padre Lee, siempre elegía los evangelios más largos y casi siempre los mismo, su sermón era tan aburrido que al ser la última misa del día, todos estábamos cansado y fastidiados, con hambre solo pensábamos en que queríamos regresar a los dormitorios a quitarnos la sotana y descansar.

Por fin la ceremonia había concluido y todos rápidamente comenzaron a retirarse, a mi y a mi compañero Taehyung nos tocaba auxiliar al padre en toda la ceremonia por lo cual tuvimos que quedarnos a recoger, limpiar, apagar todas las velas que eran cientos de ellas, y ya no las dejaban prendidas desde el incendio de hace 11 años.

-Cierran bien por favor cuando salgan.

-Si padre Lee pierda cuidado. - contestó Taehyung haciéndole una pequeña reverencia.

El padre era muy anciano ya y estaba medio sordo, salió y nos dejó solos, cada quien haciendo lo suyo para entre los dos poder terminar más pronto.

-¿Jimin? - Me habló Taehyung con su voz gruesa.

-Si, ¿Qué pasa Taehyung? - Respondí tomado por sorpresa por que generalmente solo nos quedamos a limpiar y nos íbamos, jamás entablabamos conversación cuando estábamos ahí.

Taehyung era un hombre demasiado varonil, alto y esbelto, con el cabello castaño y alborotado en unos rizos divertidos que caían por su angelical rostro. Tenía unas manos finas y delgadas, demasiado cuidadas, su sonrisa era hermosa, pero casi nunca sonreía, era muy serio y su mirada era muy profunda casi tanto como su voz. Era guapísimo, definitivamente quería todo con él, pero si algo he aprendido es a ser paciente, cuando quieres algo tienes que ir a por ello pero de forma inteligente.

Tenía semanas siendo coqueto con Taehyung pero de formas tan pero tan sutiles que él ni siquiera se dio cuenta en el momento en el que cayó por mi, él después lo confesó.

Cada que conversábamos yo solo veía sus labios y relamía los míos, mis miradas gritaban "Te deseo, bésame", pero mi cara de niño bueno reflejaba lo contrario, tenía muchas mañas para hacer a los hombres caer por mi y nunca me habían fallado, chico que yo deseara, chico que seria mío.

-¡Feliz navidad Jimin! - Dijo tomándome por sorpresa y dándome un fuerte abrazo el cual no esperaba, era la primera vez que lo abrazaba, su cuerpo era firme pese a su delgadez, olía a un perfume tan varonil que me hizo suspirar y su agarre a mi cintura fue tan suave y delicado que me hizo estremecer.

-¡Feliz navidad Taehyung! - Contesté devolviéndole el abrazo. ¡Dios! Ojala pudieran ver a Taehyung con sotana, es el hombre mas sensual, la fajilla le forma perfectamente la cintura y lo hace ver jodidamente sexy.

Nos quedamos un rato abrazados y de pronto sentí como su nariz hacía cosquillas en mi cuello. - Hueles a postre. - Fue lo único que dijo, ahí en mi cuello, con su ronca voz, se me escapó un suspiro tan bajo que pensé que él no lo había escuchado. - ¿Te gusta Jimin? - Dijo y acto seguido posó sus labios en mi piel dejando un cálido beso en mi cuello que me robó otro suspiro.

-S-si... Me gusta mucho. - El secreto para conseguir a mis chicos era ser tímido al principio y después demostrarles quien mandaba, siempre terminaban dándome justo todo lo que quería.

Taehyung siguió besando mi cuello (si a ese pequeño pedazo de piel expuesta se le puede decir así) con su mano soltó mi cleriman y soltó los primeros botones de mi sotana dejando mi cuello completamente expuesto.

Comenzó a chupar mis clavículas con tanta devoción que me hacia suspirar, con sus manos comenzó a bajar lentamente por mi cintura y por mis piernas hasta llegar a mi entrepierna la cual estaba muy despierta y comenzó a acariciarme, fue subiendo la sotana con una mano, lentamente hasta poder dar con el borde de mi pantalón, el cual desabrocho y yo lo deje.

HominumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora