Se acercó a mi, como un tigre acechando a su presa. Yo lo era en ese momento, y sin saberlo, me excité ante tal juego de seducción.
-Eres mía ahora, pequeña. No te haré daño, te haré muy feliz-.
Volvió a besar mi cuello y a tocar mi sexo. Ante dos cosas así, no sabía que hacer, me estimulaba en todas partes.
-Me vas a volver loca-le dije aún gimiendo y llena de miedo- para ya, me voy a venir de nuevo-.
-Sabes bien que no me importa, te daré el placer que te mereces-.
-¡Ah!-solté cuando sentí que me mojé de nuevo.
-Vamos a mi cuarto, mi amor- me dijo en una voz tan baja que no le escuché muy bien. Me tomó de la mano y me llevó hasta ahí. Ya en su habitación, volvió a hechar el cerrojo y bajó las cortinas.
-Así nadie nos verá, acuéstate, amor-.
-No, por favor, tengo miedo, mejor lo dejamos para otro día, ¿si?- dije cuando se acercó de nuevo. Me acostó en la cama, tomando mi cintura y besando mis mejillas y mi cuello, me estaba excitando mucho y yo quería que parara ya.
-Sabes que quieres, amor. Me encanta tu piel, tu sexo tan delicioso, tus caderas y tus senos-estiró mis brazos y me tomó de las muñecas- te haré sentir mucho placer-.
Yo seguía más asustada que nada, era placentero, pero también me daba mucho miedo.
Puso unas esposas entre mis muñecas y fue cuando me di cuenta de que me iba a amarrar.
-¡Sueltame!, ¿A caso me quieres tener como una esclava?-traté de jalarme- ¡Déjame? -.
Hizo que le rodeara con mis piernas en su cadera y succionó mis senos, se puso las sábanas encima para taparnos. Recorría mi cuerpo con sus manos, besó todo mi cuerpo, absolutamente todo, mi cuello lleno de marcas, mi cintura, mi espalda toda arañada y con marcas. Me puso de espaldas a ella y me puso en cuatro.
Metió su lengua en mi vagina, metiendo y sacando. Yo no paraba de gemir, la sensación fué tan placentera...
-Te encanta, ¿verdad? Te va a gustar más-.
Comenzó a penetrarme de verdad con un juguete sexual similar al órgano masculino. Me dolió demasiado, pero ella no dejaba de moverse. Después de eso, me empezó a agradar la fricción, no quería que parara. Sentí cómo un dedo entraba en mi ano, dándome así una doble penetración. No podía soportar más, me encontraba al borde.
Me sentía demasiado cansada, había pasado demasiadas horas entregada al placer y la lujuria, no había dormido nada, pero estar a su lado había sido maravilloso.
Cuando llegué al orgasmo, me soltó. Lo sacó y recorrió mis piernas con besos hasta llegar de nuevo a mi vagina. Estaba completamente mojada y cansada. Me daba un poco de pena que hiciera eso, pero no podía negar que se sentía demasiado bien.
-Aún falta-murmuró.
Me giró de nuevo para estar frente a ella. Vi que aún traía puesto ese juguete, así que desvié la mirada. Después de quitárselo, me dijo.
-Abre tus piernas, amor-.
Yo simplemente obedecí.
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Vicio Perfecto [TERMINADO]
Teen FictionSe prohíbe cualquier tipo de comentario negativo hacia ésta pequeña historia. Contiene escenas de sexo entre personas del mismo género, por lo cual, si usted querido lector es homofóbico, le pido que pase de largo. SE PROHIBE CUALQUIER TIPO DE COPIA...