Toqué el timbre miles de veces. Traté de derribar la puerta, aventé piedras hacia su ventana, llamé a su teléfono y nada. Ni una señal de vida.
Vi pasar un carro a toda velocidad y me escondí detrás de un muro.
El carro se detuvo. Si era ella, era muy probable que ya me haya visto.
En cambio, lo que vi, no fue nada agradable.
Vi bajar a mi novio con una chica más alta que yo y con un vestuario no propio de mi. Bajaron dándose besos sin parar, ella prácticamente quitándole la camisa y el metiendo mano debajo de su falda.
Una lágrima rodó por mi mejilla. No podía creer que el fuese capaz de esto.
Me había jurado amor eterno, y ahora me salía con esto.
Estaba completamente destrozada.
Me armé de valor y salí.
-Me amas tanto que me cambias por una basura-.
El me miró, dejado de lado aquella chica.
-Esto no es lo que parece-dijo alarmado.
-Oh, no. Eso no funciona conmigo. Diviértete- me alejé corriendo sin un rumbo fijo.
-Espera, ¡Alejandra!-yo lo ignoré y continué corriendo para alejarme de el lo suficiente.
Mi alma se rompió en mil pedazos. ¿Qué sería de mi ahora?, ¿Qué haría con todo el amor que yo sentía por el?
Las lágrimas no paraban de salir, reduje el paso.
Nunca había sospechado nada de el, siempre había sido un chico muy lindo y tierno. Siempre había estado ahí para mi.
En el pasado el y yo nos habíamos vuelto más que una pareja. Éramos un equipo.
Con dolor me di cuenta de que el amor se había terminado.
No sé cuantas calles había caminado, y tampoco era consiente de la hora, mucho menos me importaba si alguien llegaba a hacerme daño. Sólo quería que el dolor desapareciera, quería tener la fuerza suficiente como para poder enfrentarlo en los pasillos de la escuela.
Un carro se detuvo junto a mi, bajando la ventanilla, entonces supe que era ella.
-Te he encontrado. Sube, anda- ordenó.
Cómo no tenía ánimos de ir a mi casa y tampoco tenía otro lugar a donde ir, decidí subir.
Después de que me había servido una taza de té, me dijo:
-Sé que no querrás escucharme, pero de verdad es que yo necesito disculparme por mi comportamiento. Creo que no debió de pasar nada entre nosotras-.
No tenía ánimos para nada, así que solamente dije:
-Lo mismo pienso, platícame de ello. ¿Qué pasa contigo?- la miré aún con lágrimas en los ojos.
-Estoy mal Alejandra...-desvió la mirada-me enamoré de ti, perdidamente. Algo que no debió ser. Creo que te deseo con toda mi alma. Anhelo ser tu dueña, y anhelo que tu solamente seas mía. Mi amor por ti es más grande que mi perversión. Deseo protegerte y hacerte mía en lo bueno y en lo malo-.
Me quedé sin habla. Nadie me había dicho palabras así, no sabía muy bien qué debía de sentir.
Retomó.
-No se si esto sea bueno...-un minuto de silencio- Hace mucho tiempo que sucedió algo conmigo. Me di cuenta de que me gustaban las mujeres. Me sentía cómoda con ellas, pero no sabía porqué. Mi padre tomó eso como una ofensa, y entonces abusó de mi- vi cómo comenzaba a llorar, era un hecho claramente doloroso, y me sorprendí más cuando ella terminó de contarme todo.
No lloraba, pero su mirada estaba perdida debido a los recuerdos. No me gustaba verla así.
La abracé. No soportaba verla en ese estado. Casi nunca me contaba algo, y ahora que lo hacía se veía muy afectada.
Lamentaba haber sido yo su causa.
-Lo siento mucho, yo no sabía de aquello. Lamento de verdad todo lo que te pasó. Eres una buena chica, no pasa nada, olvidaremos esto, ya verás- la consolé.
-¿Cómo podré olvidar que te amo? Te amo Alejandra- se separó de mi y me miró a los ojos-Te amor con toda mi alma. Dime tu, ¿Cómo olvidaré lo que siento por ti?. Me cuesta verte con César, lo odio.
-Respecto a eso. El y yo ya no somos nada. Al parecer, yo también salí lastimada. Cuando llegué a su casa, bajó del coche besando a otra-traté de no llorar, pues el no se merecía ninguna de mis lágrimas.
-Es un maldito. Por eso nunca llegó a agradarme-.
-Lo sé-.
-Alejandra-me tomó de las manos- te amo con toda mi alma-.
-Yo... yo no puedo, lo siento-.
-Deja atrás los prejuicios. Te amo Alejandra, y estoy dispuesta a todo por ti, dame una oportunidad y verás que no te arrepentirás-.
-No me presiones. Yo no tengo esas preferencias. Esto es muy extraño para mi, dame un respiro por favor-traté de alejarme de ella, la situación se había vuelto algo incómoda.
-¿Me estás diciendo que no te gusto?-se acercó peligrosamente a mi mientras me quitaba la taza y la ponía en la mesa. Tocó mi pierna y encimó todo su cuerpo hasta quedar encima de mi-¿Segura que no tienes esas preferencias?-puso su nariz en mi cuello, llenando sus fosas nasales con mi olor. Yo me puse de nervios, un calor extraño comenzaba a recorrerme. Quería que siguiera
-¿Y si te doy un beso?, ¿Qué podría pasar?-me besó, esta vez un beso lindo, sin perversión. Moví mis labios, mi cuerpo se sacudió, la idea de que ella me besara era escalofriante, pero la mismo tiempo, quería que lo hiciera.
Poco a poco su mano recorrió mis piernas para provocar el deseo y yo comencé a gemir.
-¿Aún piensas que no tienes esas preferencias? Si es así, ¿porqué dejas que te bese y que te toque?-dijo cambiando la ruta de sus labios para ir a mi cuello.
-Me gusta. yo.. me gusta lo que haces y cómo me haces sentir, pero también me asusta. Tengo miedo- confesé.
-Tranquila, no voy a lastimarte-.
Bruja.
Eso era, una maldita bruja que solamente me sonsacaba para que yo hiciera lo que ella deseaba.
Se había propuesto arrojarme al lado oscuro y perverso.
Desafortunadamente, me di cuenta de que ella había logrado su cometido.
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Vicio Perfecto [TERMINADO]
Fiksi RemajaSe prohíbe cualquier tipo de comentario negativo hacia ésta pequeña historia. Contiene escenas de sexo entre personas del mismo género, por lo cual, si usted querido lector es homofóbico, le pido que pase de largo. SE PROHIBE CUALQUIER TIPO DE COPIA...