Lynn, te necesito (#HM2)

Capítulo 3: Noticias

     Abrí la puerta del coche despacio, un poco adormilada por el viaje de regreso a casa. Kai ya estaba sacando nuestro bolso de viaje cuándo yo apenas llevaba unos segundos fuera del coche. Cerré la puerta y avancé un par de pasos hacia mi casa. Dejaré mi maleta en ella y luego me iré con Kai a su casa. Me siento mucho mejor si paso allí mi tiempo libre, me ayuda a no sentirme sola.

     He de reconocer que desde que mis hermanos se fueron de aquí nada ha vuelto a ser lo mismo, siento que cada uno de os rincones de mi casa es enorme y que es demasiado para mí sola. Con Kai, siempre acabo pasándolo bien pase lo que pase. Aunque también podría quedar con las chicas, pero supongo que mi novio debería ser mi prioridad.

     Me acerqué a mi bolso de viaje y lo cogí sin esfuerzo alguno. No pesa casi nada, simplemente metí en el varias prendas de ropa y champú, gel de baño, pasta de dientes, colonia, acondicionador de pelo, algún que otro cosmético  y poco más. A fin de cuentas sólo fueron dos días, dos cortos pero bonitos días.

     —¿Te acompaño?—los ojos de Kai chocaron inmediatamente con los míos. Yo le sonreí y negué con la cabeza lentamente—Está bien, te esperaré aquí.

     Fui hacia él y busqué sus labios. Ni siquiera lo abracé porque tenía una de mis manos ocupada con el bolso, pero él por su parte me acercó a su cuerpo y rodeó mi cintura con sus manos, cómo siempre acostumbraba a hacer.

     —No tardaré—susurré sobre sus labios.

     Retrocedí un par de pasos y él me dedicó una amplia sonrisa que yo le correspondí y caminé a paso ligero hacia mi casa. Saqué las llaves del bolsillo de mi chaqueta y entré directamente a la cocina, donde estaba a lavadora, metí la ropa sucia dentro de ella y puse el aparato a funcionar. A más tardar estaré en casa mañana temprano así que no me supondrá ningún problema dejar la ropa lavando. Luego corrí al piso de arriba y dejé mis cosas de aseo en el baño y mis cosméticos sobre el tocador de mi habitación. Guardé el bolso, ahora vacío en el armario y suspiré.

     Hora de irse, espero no haber tardado mucho.

     Me aseguré de dejar la casa bien cerrada y me subí al coche.

     —¿Te hice esperar mucho? —pregunté entrecortadamente nada más sentarme, tenía la respiración un poco agitada por haber hecho todo a las prisas.

     Miré a Kai y me encontré de frente con una de sus sonrisas.

     Realmente, me causa mucha curiosidad lo bien que llevamos nuestra relación, seguro que hay gente que de verdad está enamorada que no acaba de adaptarse bien a su pareja. Sin embargo, nosotros dos somos distintos, siempre está todo bien, nunca discutimos, al menos no por cosas importantes y a pesar de que los meses pasan y pasan ninguno de los dos ha cambiado con el otro. Dicen que las cosas cambian con la convivencia, e paso del tiempo, que los arrebatos pasionales que hay al principio de la relación se van apagando y las cosas empiezan a ser más bien monótonas. Yo no siento que nosotros hayamos pasado por esto, a lo mejor porque nunca hemos tenido esos arrebatos, yo no al menos.

     Tengo que reconocer que me sorprende que Kai no se haya cansado de mí todavía, porque estoy totalmente segura de que él sabe que a pesar de todo este tiempo aún no estoy enamorada de él. Eso en muchos casos sería una carga que una persona no podría sobrellevar tan fácilmente.

     —Apenas un rato, no te preocupes.

(…)

     Y de nuevo, ya es de noche. Concretamente, cerca de las once de la noche. Realmente no sé cómo hemos podido pasar una tarde tan amena encerrados en casa. Nada más llegar a casa de Kai, él se puso a colocar sus cosas en lo que yo me daba una ducha. Luego salimos a comer fuera porque no teníamos nada que comer en casa y después fuimos a hacer unas compras al supermercado.