Cinque

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Ambos se encontraban en una cafetería cerca de la estación de policía, era amplia y muy acogedora pero aún así Namjoon se sentía nervioso ante la intensa mirada que le dirigía su amiga.

Moonbyul le observaba expectante, esperando por al menos alguna palabra que éste decidiera decirle para calmar ese tenso ambiente.

—Bueno, comenzaré... Se llama Choi Minki, lo conocí durante en una operación encubierta, tenía la misión de sacarle informacion para arrestar a uno de sus hermanos culpable de narcotrafico y estafas pero él no sabía nada de eso.— Relamio sus labios y suspiró con pesadez. — Fue hace un año.

La chica trataba de aguantar las ganas de tirarle el café caliente sobre el rostro respirando hondo ante cada palabra que esté le decía.

—Comenzamos a conocernos después de que le explicara todo y luego empezamos a salir. Me enamoré de él.

Moonbyul quería llorar y al mismo tiempo tirarle de los cabellos, ¿enserio era Namjoon esa clase de persona?, sentía su corazón doler recordando cuando todos los días Seokjin le llamaba para hablar sobre su día y contarle lo mucho que extrañaba a su pareja mientras trabajaba duro hasta tarde para poder conseguir su ascenso y las vacaciones de ambos para viajar a algún lado juntos y poder relajarse de tanto estrés, con tanto trabajo sobre sus manos le era incluso difícil salir de su oficina o siquiera por ser ir a comer.

Consiguiendo regalos, sorpresas y cosas para al menos verlo feliz cada vez que llegaba de su cansado y largo día de trabajo con un jefe al que le gustaba la vida ajetreada para sus empleados.

Estaba tan decepcionada que deseaba golpearlo hasta que al menos sintiera culpa.

—Minki no sabe nada, ni siquiera sabía que estaba casado y sólo fue un chico inocente que se enamoró de alguien como yo.— Miró por un momento hacia el gran ventanal para pensar en cómo seguir hablando sin ese nudo en la garganta sabiendo los errores que había cometido. —Le dije que Seokjin era mi hermano.

Suficiente.

Se levantó y le dio una bofetada dejando estupefactos a los clientes y al personal que atendía a las demás mesas.

—Eres un cínico...— Dijo mientras su vista se volvía algo borrosa por las lágrimas que amenazaban con salir. —Te entregó años de su vida y tú le pagas con esta mierda.— Rió irónicamente. —¿Dónde está él?— Habló respirando hondo de nuevo para calmarse.

—No lo sé.— Dijo enderezando su rostro lentamente sintiendo su mejilla arder —Mark quiso darme un expediente pero no lo revisé cuando dijo que tenían cosas que ver con Seokjin. No sé qué le pasó después de que se fue de la casa yo creí que había ido a verte a ti.

—Pues no, hace días que no lo veo y que no se ha comunicado con nadie.— Lo tomó por el cuello de su camisa y se acercó de manera demandante hacia él. —Escúchame muy bien, vas ayudar a buscarlo y a encontrarlo porque sabes tan bien como yo que no merecía toda esta estupidez que pudiste solucionar hablando con él. Si algo le sucedió creeme que voy a arrancarte lo que tienes entre las piernas con una sola mano.— Frunció su ceño con molestia y se alejó luego de soltarle son brusquedad tomando su bolso.— No le diré nada a ese chico porque no me corresponde, eso lo harás tú y es mejor que lo hagas pronto antes de que termine odiando por convertirlo en un amante sin siquiera estar consiente de tus errores.

Salió de la cafetería y subió a su auto para conducir al hotel donde se hospedaba, no se quedaría de brazos cruzados, ella buscaría a su amigo hasta por debajo de las piedras de ser necesario.

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Yugen Selcouth.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora