Yugen Selcouth.

Un

Normalmente las personas que encuentran a su pareja en situaciones comprometedoras lo primero que dicen es "No es lo que estás pensando", era estúpido.

Las personas cometen errores pero no siempre es porque no lo piensan, por equivocación o confusión.

Seokjin solo se preparaba una taza de té, los ruidos en aquella habitación le hacían doler el corazón y no iba a negarlo, sólo deseaba que parara y al menos aquel hombre de su vida le recordara y se arrepintiera.

"Si no lo hizo durante seis meses qué te hace pensar que lo hará ahora". Simplemente rió irónico y se limpió la rebelde lágrima que se asomó por su mejilla.

Se sentó en el sofá de la sala de estar y después de un largo y torturoso rato escuchó los pasos de aquellos por lo que solo se preparó mentalmente.

Y lo vio.

Sonriente.

Feliz.

Como no lo había estado con él durante días.

Y eso le dolió de nuevo.

Después de unos segundos notaron su presencia.

Rápidamente aquel chico aparentemente joven y guapo se fue con una sonrisa en su rostro tras hacerle una reverencia y despedirse.

El silencio se volvió incómodo así que decidió hablar él.

—Incluso para mí es descarado traerlo a mí propia casa...

— ...

—Veo que no tienes nada que decir, yo sí pero ahora me hiciste sentir como el idiota más grande del mundo, y no es algo relativamente cómodo.— dijo con cierta melancolía.

—Escucha, iba a decírtelo para poder evitarte este dolor, no eres tú so-...

—¡Claro que no soy yo!— Exclamó ofendido. —El único que pensó con el placer carnal fuiste tú, intenté ignorar cada señal pero me harté, no seguiré soportando esto. Es estúpido que quiera irme aún cuando yo no hice nada malo pero no soportaré el hecho de que te revolcaste con ese maldito cual-...

—¡Respétalo!

Y quiso morir, desear que fuese un sueño pero para su desgracia todo era tan real. Sus miedos se hacian realidad.

Lo estaba defendiendo, eso realmente le hacía querer vomitar de incomodidad y tristeza.

—Me pides que lo respete aún cuando tú sabías que te amo.

—¿Qué?

—-¡Aún te amo maldita sea!, los sentimientos no cambian de un día a otro.

— ...

—Aún si no podías serme fiel hubieras tenido el valor para dejarme y no arruinarme de esta manera.— dijo acercándose a él, rió de nuevo con ironía y pasó por su lado directo hacia la habitación para recoger sus cosas quedándose unos segundos para hablar. —De verdad...me hubieras dicho todo para no arruinarme la vida, y de paso la tuya.

Y sintió un apretón más en el pecho.

Porque no lo detuvo o siquiera se inmutó.

Sólo fue a su habitación y comenzó a empacar sus cosas sintiendo aún esa presión en su pecho que le decía que todo cambiaría de ahora en adelante pero además de ello otro presentimiento que le incomodaba de sobremanera.

No tardó demasiado en empacar sus cosas así que regresó a la sala de estar donde un Namjoon con un terrible sentimiento de culpa esperaba a su aún esposo.