Otto

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— Buenos días, vengo para llevarlo con el jefe.

Seokjin suspiró con pesadez asintiendo y tomó sus cosas luego de acomodar su traje color gris saliendo del apartamento para dirigirse afuera donde un auto negro se encontraba estacionado.

Ese día iba a asistir con Jungkook a un bufete de abogados cerca de ahí, debía primero recuperar un lugar de trabajo para tener la orden de apelación.

—Buenos días, ese color te sienta muy bien.— Le guiñó un ojo y Seokjin solo sonrió con sarcasmo subiendo al auto, colocando su maletín con los papeles en su regazo. —Bueno, el hombre que dirige el edificio es un buen amigo mío que ya tiene un lugar preparado para ti así que solo tienes que firmar un contrato por modalidad pero el lugar ya está asegurado así que sólo llega a hacer tu trabajo.

—Está bien, ¿hay algún conocido en ese lugar?— Lo miró durante escasos segundos.

—No, me aseguré de eso así que puedes estar tranquilo. Respecto a tu amiga, ella ha estado buscándote por este tiempo y debo decir que me sorprende. Luego de arreglar todo irás a verla pero sabes que no puedes decirle nada respecto a nuestro trato, sólo le dirás lo necesario.

—Está bien, gracias.— Fue lo único que dijo y solo miró por la ventana tratando de no lucir tan decaído. Realmente pensaba en el tipo de rumbo que su vida detonó, pensando seriamente en si estaba haciendo lo correcto a pesar de todo puesto que no quería ser una mala persona y mucho menos llegar a perjudicar a otros.

Nuevamente las imágenes de aquel hombre al que asesinó llegaron a su cabeza sintiendo esa inmensa culpa que lo quería hacer llorar.

¿Cómo había llegado a ser tan patético en cuestión de días?

—¿En que piensas, querido?— La grave y suave voz de Jungkook llegó a sus oídos.

—En si hago lo correcto.— Se sinceró dejando salir un pesado suspiro.

—No te diré que soy un santo pero en este mundo eso es lo correcto para mí, ¿por qué después de todo esto no nos divertimos un poco?, ¿qué dices?— Murmuró acercándose a él mientras relamia sus labios pasando su brazo por la cintura del pelivioleta.

El contrario soltó una risa de completo sarcasmo y lo alejó con brusquedad. —Estás loco si piensas que voy a ceder ante alguien como tú. No pienso involucrarme de más con un demente.

Jungkook mordió su labio inferior sonriendo con ironía mientras negaba. —Ese es el punto.— Está vez Seokjin lo miró confundido. —Eso me diferencia de tu querido ex esposo, yo no tengo la necesidad de mentirte ni de engañarte sobre quién soy yo, sabes que puedo llegar a convertirme en alguien despiadado. Y respecto a la infidelidad, yo no considero eso algo capaz de perdonar porque la lealtad es algo que vale oro para mí, mientras que él se lo pasó por el culo y decidió involucrarse con otra persona engañandote, mintiéndote, hablando estupideces sólo para mantenerte a su lado disfrutando de dos personas al mismo tiempo. Ahora dime... Entre él y yo, ¿quién tiene más posibilidades de ganarte y de hacerte suyo de todas las formas posibles?, ¿uhm?, ¿qué tipo de desquiciado deseas tener en tu vida?

El de labios gruesos lo miró incrédulo, analizando cada palabra. —Ninguno.— Fue lo único que dijo antes de girar su rostro y sólo concentrarse en el paisaje fuera no estando dispuesto a seguir hablando con ese hombre que parecía querer convencerlo de oscurecer toda su mente, cuerpo y alma.

Pasaron unos largos minutos en aquel silencio hasta que pronto se detuvieron frente a un alto edificio. —Te esperaré aquí, el hombre de adentro te explicará todo como tal. Su nombre es Jackson Wang y se encuentra en el último piso, asegúrate de ser un buen chico.

Yugen Selcouth.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora