Prólogo

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— Bueno, eso definitivamente no salió como esperaba.

Los dos seres observaban en la seguridad de una luna cercana como un tercer ser de tono rojizo destruía un planeta, que había estado habitado.

— Habían colonizado y torturado otras civilizaciones, sin mencionar que estuvieron cerca de desarrollar la tecnología para viajar entre universos.

— De todos modos, sigue sin ser lo que yo esperaba.

Una de las criaturas, que liberaba una brillante luz blanca, se puso de frente a su acompañante, quién se encontraba sentado en una formación rocosa.

— Querías rectitud, igualdad para toda la existencia. Por eso formaste a los Guardianes.

— Lo que yo quería era que protegieran la vida.

El ser sentado se notaba nostálgico y entristecido. Liberaba un fuerte color dorado, más brillante que la blanca luz del otro ser. El que estaba de pie se mantenía serio, mirando a lo lejos.

La criatura dorada levantó la vista a su acompañante.

— Sabes, algo bastante curioso, es que tu como Vigilante tienes la omnisciencia, conoces absolutamente todo en la existencia. El pasado, el presente y el futuro se te abren como un libro que puedes leer a voluntad. Entonces, explícame, "Vigilante", ¿por qué no me advertiste que los Guardianes terminarían tan mal?

El vigilante seguía de pie, pensando.

— Es lo que debía pasar.

— Si eso es cierto, entonces por qué te desquitas conmigo. Tu ya sabías lo que tenía que pasar. Si esta saliendo como se supone, entonces todo esta bien.

El Vigilante se rio ante la incongruencia.

— Si en serio esta tan bien, ¿por que estas tan triste, Guardián Dorado?

El aludido se levanto bruscamente y enfrentó al Vigilante.

— Porque, como ya dije, nada de lo que yo quería resultó del modo que yo deseaba. Ni siquiera un poco. Así que si pudieras ayudarme en una sola cosa, en solo una, este sería un momento perfecto para decirme que es lo que se supone que tengo que hacer.

El Vigilante observó a lo lejos al ser de color rojo, que se desvanecía en el vacío.

— El Guardián Rojo se ha ido, tu eres el siguiente.

La criatura dorada se estremeció ligeramente.

— Oh, bueno... Eso es un poco repentino.

El Vigilante giró su mirada, para volver a enfrentar a su contraparte dorada.

— Deberías escoger a la siguiente generación de Guardianes... 

— ¿Siguiente generación? ¿Eso es posible? 

— Te estas desvaneciendo en el vacío, al igual que el resto de Guardianes. Y aunque viva más que tú, también me tocará ese destino tarde temprano. Tengo un par de ideas algo vagas y un poco raras para  resolver todo eso, y pueden funcionar. Mejor que este pequeño experimento tuyo.

El Guardián Dorado observó el planeta destruido, del que solo quedaban rocas.

— Bien, te escucho.



Hola chicos, soy el autor, Anitrionix. Intenté lo posible para no dar spoilers sobre la trama de la historia que tengo planeada, pero este inicio será muy necesario para entender la presente lectura (y muchas otras mías). Si te gustó lo que has leído, deja tu comentario y comparte la historia con tus amigos. Vale, ¡disfruta los capítulos que vienen!

CROSSOVER: Mundos de juegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora